Para Liliane Giraudon
Mejor hubiera sido compartir el espanto de las oficinistas
cuando algún ratoncito se cuela en sus papeles.
Una a otra despeinan sus cabezas,
cuelgan de las clavículas,
juntando bien los puños hacen cuatro escalones.
Es un pavor tremendo, un terror al ratón que busca un
orificio,
baten sayas, se agitan,
juran que la colita les roza todo el cuerpo.
Su terror de oficina es también primer llanto de la adulta,
es también su bautismo, se nace a la mujer, a las mujeres,
se está sobre una mesa con ese cuerpo inmenso, delicado,
con la inmensa cartera.
Un miedo de epidermis que si va a lo profundo
salta como cortezas.
Basta actuarlo una vez, un cierto día,
en la hora por siempre señalada
ante un espectador, ante sus brazos.
Ay de lo que te aguarda, ay de lo que te elige,
ay de aquello que espantes,
si a ti no te fue dado,
si no jugaste nunca ese miedo al ratón
y sus múltiples poses.
Alessandra Molina nació en La Habana en 1968. Sus últimos libro de poemas publicados son Otras maneras de lo sin hueso (Leykam Verlag, Graz, 2008) y Algodón del sueño, cuchillo de los zapatos (Rialta Ediciones, Querétaro, México, 2017). Rialta Ediciones acaba de publicar su Poesía reunida.