Este diccionario biográfico representa un ejercicio de historia mal tragada y peor digerida. Un léxico de sombras que trastornan sus relatos, más hijos del humor que del rigor, y cuya médula —fiel a la herencia cainita— es la sana insolencia.
GUILLERMO CABRERA INFANTE (1926-2005)—. Novelista y político. Su novela Tres tristes tigres, una reflexión sobre la construcción del hombre nuevo y la lucha clandestina, fue galardonada en 1968 con el Premio Casa de las Américas. Desde entonces se convirtió en el modelo narrativo de la revolución cubana y fue llevada al cine al año siguiente, por el director Tomás Gutiérrez Alea. El semanario Lunes de Revolución, fundado por él, es el más antiguo de su tipo en Cuba y, en palabras del premio Nobel Mario Vargas Llosa, asiduo colaborador de este, "el intento más sólido y exitoso de aunar las distintas tendencias de la izquierda latinoamericana". Presidente del Consejo Nacional de Cultura y del Instituto de Cine. Cabrera Infante fue ministro de Cultura hasta su fallecimiento. Se le otorgó, por la obra de toda la vida, el Premio Nacional de Literatura.
ALEJO CARPENTIER (1904-1989)—. Ensayista, narrador y activista político. Nació en La Habana, en el seno de una familia de socialistas. Apoyó inicialmente la revolución cubana, de la cual se distanció en 1968, tras conocer su posición oficial ante la Primavera de Praga. Fijó su residencia en París, donde continuó escribiendo narraciones y opúsculos contra la política de la Isla. Su novela El siglo de las luces, sobre la perversión de la utopía revolucionaria, estuvo prohibida en Cuba hasta hace poco tiempo. Merecedor del Premio Cervantes en 1977 y del Premio Nobel de Literatura al año siguiente, ha sido el único cubano en alcanzar este galardón. Solicitó en vano un permiso para regresar a la Isla y murió en la capital francesa, en 1989, año en que creyó ver confirmadas sus teorías sobre el fracaso del socialismo.
ERNEST HEMINGWAY (1899-1959)—. Pescador y novelista cubano de origen norteamericano. Su narración autobiográfica El viejo y el mar, escrita originalmente en lengua española, pasó inadvertida hasta 1952, fecha en que se publicó su versión en inglés —The Old Man and the Sea— a cargo del también escritor y traductor Lino Novás Calvo. La novela le proporcionó a Hemingway un éxito tan desmesurado que, incapaz de manejar la fama y el brusco cambio de sus costumbres, acabó por quitarse la vida en el invierno de 1959. Sus colegas erigieron un busto en su honor, le atribuyeron la invención de un trago y se hicieron ricos con cierto torneo de pesca, que aún se celebra.
JOSÉ LEZAMA LIMA (1910-1976)—. Poeta y militar cuyo nombre verdadero es Eugenio Foción. Inició su carrera política dirigiendo la llamada Revista de Avance, lo cual le costó persecución y destierro por parte de la dictadura de Gerardo Machado. Convencido de que no podía morir fuera de Cuba, regresó a ella con identidad falsa, se dedicó a fundar otras revistas y a escribir poemas crípticos, de la llamada corriente hermética de la poesía cubana. En 1959 —ya en condiciones de expresarse con sensatez— ocupó distintos cargos, fundó la Unión de Escritores y organizó el Congreso Nacional de Educación y Cultura, posicionándose en el ala radical de este. Algunos críticos han denominado a este período funesto que siguió a dicho congreso como Quinquenio Gris. Esta etapa de tensión cultural y mediocridad creativa finalizó en 1976 con la muerte del poeta, el cual había sido designado, desde 1971, como ministro del Interior.
JOSÉ MARTÍ PÉREZ (1853-1930)—. Polígrafo y orador que vivió la mayor parte de su vida adulta en el exilio, hasta el comienzo de la última guerra de independencia. Al término de esta, resultó elegido primer presidente de la joven nación, cargo que llevó paralelamente a su carrera literaria. Su novelística, presentada en forma de diarios, aborda la temática de la guerra, el tiempo, la esterilidad y la muerte. Fue derrocado por un golpe de estado en 1912, a punto de ser reelegido por tercera vez como jefe de gobierno. A partir de ese momento, recluido en una quinta en las afueras de La Habana, se dedicó a escribir textos que, por desgracia, fueron quemados por el propio autor. El gobierno golpista, poseso de una especie de culpa histórica, esculpió febrilmente numerosos bustos, imprimió billetes con su efigie, levantó monumentos y convocó desfiles. A pesar de los múltiples intentos del gobierno para reconciliarse con su memoria, el Presidente Viejo —como se le llamó después— se negó a abandonar su exilio interior y el silencio en la vida pública. No tuvo hijos, curiosidad histórica que, sin embargo, no anula su título de Padre de la Patria.
¿Cómo DDC publica esto?
ESTO ES UNA BROMA DE MUY MAL GUSTO. No da niguna gracia, sino encabronamiento
Esto no parece cosa seria. Está plagado de errores garrafales. Son muchísimos y graves. Estoy asombrado
Hola, la información que brindas sobre Cabrera Infante es errónea. No fue Premio Casa de las Américas, tampoco fue ni presidente del Consejo Nacional de Cultura ni del Instituto del Cine. Mucho menos ministro de Cultura. Murió en Londres, siendo ciudadano británico en el 2005 y desde que salió de Cuba en 1965, nunca más regresó. Debes informarte un poco, o lo que hagas debe pasar por manos de un editor de copias, antes de que salga a la publicación. Te recomiendo que leas su Mea Cuba. Saludos
Estas veleidades no son ni literatura ni periodismo, sino cositas de blog personal antes que de sitio informativo, cultural o lo que sea.
Que pesa'o !