Extirpo dedicatoria del amigo aparente
boto sus cuadernos donde nadie me ve.
Te hacen vergonzante neftalíes y reyes,
exigir a una rosa provenga de Limpopo
descubra a su clepsidra en bantustanes
una hora de viento charco de Transvaal
nos corten por lo sano nadie supo darle
tribunos galopantes a perro de las rejas
isagoge is fecit cui predest fueses y te ahogues.
En ese Peñalver hay un azófar. Longanimidad,
latón de un Peshawar que encarga más libelos.
Le traigo un "dedicado" lo introduce helminto.
Da la sensación que es la Luisiana
y un helminto por cosas de la vida,
al latón de Manrique más taimado
espera en su dominio a la hora-TE
sin viveza de autores intimidantes,
remite de memoria El asno de oro
para sus adentros la licencia fatua.
Gesta del verbo, esguince escaleno
si le abordo con plomo quintiliano
debe agasajarme con el comentario.
Él puede ser un paria
tomar las decisiones
que nadie más puede.
Carlos Augusto Alfonso nació en La Habana en 1963. Sus libros publicados más recientes son Cerval (Letras Cubanas, La Habana, 2004), El rey sastre (Letras Cubanas, La Habana, 2010) y Todas las guerras (Editorial Casa Vacía, Richmond, Virginia, 2019), al cual pertenece este poema. Antologó su poesía en Protestante (Unión, La Habana, 2014).