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Urbanismo

Obispo y O'Reilly, dos calles hermanas (II)

Se dice que el primer estudio fotográfico de toda América Latina se estableció en Obispo 297, en 1841. En lo que restó de siglo, O'Reilly fue conocida como la calle de los fotógrafos.

Madrid
Calle O'Reilly, La Habana Vieja.
Calle O'Reilly, La Habana Vieja. Tripadvisor

Tiene La Habana Vieja pares de calles contiguas que se perciben enlazadas por la dinámica de su uso y proximidad, como Oficios y Mercaderes, Monserrate y Zulueta, pero tal vez las más hermanadas son Obispo y O'Reilly. Partiendo de una plaza llegan a otra, conectando dos centros medulares de La Habana antigua y moderna. En el camino parecen infinitas con sus 12 manzanas colmadas de negocios, en un largo escaparate de productos y servicios. Vistas y empleadas como un gran corredor, se referencian proyectos de 1860 y 1910 que propusieron consolidarlas como una sola vía, lo que afortunadamente no llegó a implementarse.

Hasta 1959 coexistieron en ambas filiales fundadas desde tiempos coloniales, como la Farmacia Taquechel, la confitería Dominica y el restaurante París, con otras de estirpe moderna como la Western Union, el Bank of Nova Scotia y el edificio de oficinas La Metropolitana. En el entresijo de negocios que hacían de estos ejes el corazón del distrito financiero de La Habana y ramal significativo del comercio menor y la hostelería, destacó una red de establecimientos afines que acentuó su peculiaridad.

Desde tiempos coloniales en Obispo se instalaron tiendas de libros que, hasta la primera mitad del siglo XX, alcanzaron el número de diez en todo el eje. Nombres como La Moderna Poesía, Racoy, Wilson, La Galería Literaria, Rambla y Bouza, Minerva, Montero, Lex, Victoria y la de José González Porto, hicieron esta calle imprescindible para estudiantes, lectores e intelectuales. Algunas tuvieron temática especializada como Montero y Lex que vendían libros de Derecho, o Victoria que comercializaba textos de literatura universal.

Algunas funcionaron también como imprenta, como La Moderna Poesía, Lex y Rambla y Bouza. Esta última imprimía la Gaceta Oficial y un gran número de libros de autores cubanos. Se ha registrado que entre 1917 y 1924 publicó unos 514 títulos. Sus instalaciones y las de otras librerías de la calle fueron sede de tertulias dedicadas a distintos temas y autores, así como a exposiciones de pintores cubanos de la vanguardia. Todo ello eleva su significado cultural, incorporando nuevos recursos a la calle más allá de su consabida vorágine empresarial.

Esta actividad se hacía extensiva a O'Reilly beneficiándose de la proximidad, aunque no en tal alto número de libreros. Allí se encontraban librerías como Temis, La Propaganda Literaria y Casa Giralt, editora musical. O'Reilly también tuvo la peculiaridad de tener varios comercios de un mismo tipo, en su caso asociados a grandes progresos tecnológicos de mucha popularidad como la fotografía, la óptica y los electrodomésticos.

Se dice que el primer estudio fotográfico de toda América Latina se estableció en Obispo 297, en 1841. Sin embargo, en lo que restó de siglo, O'Reilly fue conocida como la calle de los fotógrafos. Para que se tenga una idea de la proporción en que se encontraban, de los 15 negocios fotográficos registrados ya en La Habana en 1859, ocho estaban en este eje. El primero de ellos, fundado por el austríaco Samuel A. Cohner en O'Reilly 364, tuvo un reloj de sol en la fachada, el primero de la ciudad, lo que le condicionó el mote de Calle de la Puntualidad.

De una manera muy creativa resumió Conrado Massaguer la concurrencia de estudios fotográficos de O'Reilly, en un artículo publicado en 1947: "Me retraté sobre un caballito en casa de Suárez, de primera comunión en el atelier de Mestre, de 'confirmación' con Cohner, en el bote en casa de Dufart y Mañan, con mis hermanos en el taller de Maceo, de bombero en casa de Gelabert y no recuerdo si patrociné a Mestre y Petit, Pumariega, y Handel que vino después. Por cierto, que el exótico apellido de este último, todavía se lee en el quicio de una puerta entre Bernaza y Villegas, donde el viejecito germano-yankee tenía su salón de fotografía".

Algunos de ellos como J. A. Suárez y Cía. y N. E. Maceo, se anunciaban como fotógrafos de cámara del rey Alfonso XII y hacían uso del escudo de armas de la Casa Real. Por otra parte, como sucedió en otros negocios, en estos talleres algunas mujeres tuvieron la oportunidad de desarrollar un nuevo oficio, o la necesidad de hacerlo al quedar viudas y tener que mantenerse. Esto sitúa en O'Reilly a algunas de las primeras fotógrafas cubanas, como Ida Concha, con estudio en el número 72 antiguo, a la Viuda de Suárez en el número 64 antiguo, y a Encarnación Irástegui quien desde 1853 compartió oficio con su esposo Pedro Arias en su estudio del número 60 antiguo.

Según Massaguer "después de Obispo es O'Reilly, la calle de intramuros más favorecida por el público elegante, ese que sabe ver, y no digo esto solo por la cantidad de ópticas que hay en ella". Aunque fue indiscutible que hubo muchas, entre ellas: la de Lastra y Hno., de Fariñas y González, Delaporte, El Almendares, La Casa Orozco, La Gafita de Oro, Marzan, Folch Ubeda y Cía., y Nacional.

Durante la primera mitad del siglo XX, las ópticas y tiendas de electrodomésticos ocuparon parte importante de la calle O'Reilly, que entonces ejercía un nuevo atractivo con la comercialización de radios, refrigeradores y televisores. Se reseña que, en noviembre de 1950, en la sede de la Compañía Cubana de Fonógrafos, agencia de la RCA Víctor cita en el número 523, se realizó una de las primeras transmisiones televisivas de la Union Radio. Otras tiendas de electrodomésticos muy populares fueron La Casa de Roberto Karman, Saturno Radio Electric, Radio Motorola, Casa Barrié y Casa Giralt.

En las últimas décadas Obispo y O'Reilly han sido objeto de una importante labor restauradora, principalmente Obispo que está prácticamente rehabilitada, aunque como el resto de la vieja ciudad siga precisando continuo mantenimiento y gestión patrimonial consecuente. O'Reilly, siempre a su saga, incorpora más lentamente la recuperación de su fondo construido. En ambos casos los cambios de uso y deterioro de los comercios tras las intervenciones de la década de 1960, cambiaron el carácter de estas vías y depreciaron sus inmuebles. En el plan actual se incorporan nuevas funciones y se recuperan antiguas, en algunos casos empleando los nombres históricos en rescate de la memoria cultural de estas calles que alguna vez parecieron contener el universo entero, y que como diría Conrado Massaguer fueron "encanto de nuestros tatarabuelos y quizás lo serán también de nuestros tataranietos".

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1 comentario

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felicitaciones a la autora... En O'Reilly tenía su estudio el pintor Mariano Rodríguez. Cuenta la leyenda que allí surgió la idea y se bautizó, por José Lezama Lima y José Rodríguez Feo, la revista Orígenes, en 1944, que duraría hasta 1956. 12 años, 40 números: Nuestra más relevante revista cultural de la República.