William Vivanco considera que una forma de colocar su música en la escena española es mezclarse con la cultura local. El artista cubano, de 50 años, ha decidido quedarse a vivir en Madrid junto a su esposa y su hijo.
"Llegué a principios de julio para una gira de verano. Hace dos meses que estamos en Madrid. Esta ciudad me ha abierto sus puertas. Tengo muchos amigos, muchas bendiciones. Quiero mostrar mi arte, compartirlo con los artistas de acá. En Cuba, creo que hice todo lo que tenía que hacer durante esta primera etapa de mi vida", dice Vivanco a DIARIO DE CUBA.
Al músico no le ha faltado el trabajo. El 14 de febrero se presentará en el Club Jamboree de la ciudad de Barcelona. También se le puede ver en la noche madrileña. Salas como Clamores, Villanos, El Rincón del Arte Nuevo son espacios para disfrutar de su ritmo.
Natural de Santiago de Cuba, William Vivanco mezcla reggae, bossa nova, blues y rap. Entre sus temas más escuchados sobresalen "Barrio barroco", "Cimarrón", "Lo tengo tó pensao", "Negra sálvame", "Por todos los caminos" y "Café".
"Al principio del siglo pasado, tres hermanos de apellido Vivanco se fueron a la Isla. En este siglo, mi hijo y yo regresamos a España. En aquel aquel momento la cosa estaba dura en España y se iban para Cuba porque había prosperidad. Ahora en Cuba no hay futuro. Acá estamos. Una amiga antes de salir de Cuba me dijo que si me quedaba allí, me estaba quedando en el exilio. Cuba es como el exilio. Ya todo mi público, las generaciones a las que le gusta mi música, están por acá o por EEUU", dice el músico, que tiene entre sus líneas creativas la búsqueda de las raíces.
¿La realidad cubana te ha hecho perder el interés en trabajar allí?
Yo fluyo como agua hacia donde esté la corriente, como un cimarrón. Otro amigo de Miami me dice que en realidad yo sigo ganando público, lo que está disperso. Cuba, como es tan pequeña, es un gran infierno. Al principio yo tuve todo el apoyo de las discográficas, de todos los medios. Fue algo muy raro, un tipo con dreadlocks con una canción que el coro decía "La la la la la la la". Esto molestó mucho. No obstante, me dieron todas las oportunidades.
¿Sientes que eso cambió?
La primera vez que dije "no" a una actividad política, me invitaron muy sutilmente a que tomara un camino. Como vieron que no lo iba a hacer, que no me interesaba, pues ahí mismo me cerraron el grifo. Navegué gracias a mi público, a la gente que me seguía, y a algunas personas que en la televisión y en la radio me invitaban personalmente. Sentí que hacía mucho tiempo que estaba fuera.
Recientemente tuvimos en El Zoom de DDC a David Calzado. Él habló de la inexistencia de una industria musical en Cuba. ¿Qué opinas tú de este tema? ¿Qué pasa con la música cubana que no llega tan lejos como la de Puerto Rico, República Dominicana o Colombia, que tienen características similares?
Pues sencillamente intereses personales. No existe un equipo trabajando para sacar a los artistas cubanos. Son intereses, gente buscándose sus propios dineros. Graban discos a quien sea para generar dinero, lo cobran y ya no importa nada más. Se han grabado cientos de discos que no han servido para nada, que lo que han hecho es botar el dinero, porque no es una industria musical. Es otra cosa que ni yo mismo te puedo explicar.
¿Hay algo que puedan hacer los músicos cubanos para revertir esta situación?
Lo que ha hecho el mundo desde que apareció internet, ahora todo artista puede ser independiente. Es la escapatoria que hay.
¿Estás trabajando en algún disco nuevo?
Exactamente. Tengo un montón de canciones nuevas. Mis musas aquí se han desperezado. Quiero hablar de otras cosas y compartirlas con los artistas de acá. Que se nutran de nuestro ritmo.
¿Esos temas nuevos ya se pueden escuchar?
Los estoy cantando en los lugares en que me presento. Los estoy calentando, se lo estoy dando a la gente en vivo.
Acaba de terminar un año especialmente duro para Cuba. ¿Quieres dejar, para terminar la entrevista, algún mensaje para los cubanos?
Yo intento no descender un escalón hacia la política, una cosa tan burda y tan fea que lleva siglos haciéndonos infelices. Jamás hablo de este tema. No me interesa. Todos hemos sufrido, nos han devastado, nos han destruido. Hay una perversión de algo que nos vendieron como un ideal. Yo propongo a todos los cubanos del mundo, empezar a buscar soluciones. Y la primera solución es unirnos. Tenemos una enfermedad de desunión, si no empezamos a trabajar ahí, no podemos solucionar nada. Si seguimos hablando de todo el daño que no ha hecho ese sistema, nos quedamos ahí. ¿Cuándo vamos a mirarnos de frente y asumir que todos estamos afectados psicológicamente?
La entrevista está buena, la foto está de truco.