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Artes Plásticas

'Una Cuba libre que vuelva a reír', la arquitectura de los deseos en la Bienal de La Habana

Una escultura del alemán Martin Steinert en la Plaza Vieja se convierte en el testimonio más elocuente sobre la triste realidad de la Isla.

La Habana
'Nube de madre, arquitectura de los deseos', en la Bienal de La Habana.
'Nube de madre, arquitectura de los deseos', en la Bienal de La Habana. Bienal de La Habana/G.R. Sánchez/ Facebook

Una Cuba Libre, un viaje, que el salario dé para vivir, que Cuba vuelva a reír, que Cuba vuelva a ser un país ideal, son algunos de los deseos que una obra de la XV Bienal de La Habana ha arrancando a los que pasan por la Plaza Vieja.

Se trata de "Nube de madera. La arquitectura de los deseos", del escultor alemán Martin Steinert, que empezó a levantar antes del paso del huracán Rafael y que resistió los embates del meteoro.

La instalación forma parte de un gran proyecto que Steinert lleva desarrollando hace 14 años. Como parte de este, el artista ha construido este tipo de obras en 35 lugares de nueve países, según recogió la página oficial de la Bienal de La Habana en Facebook.

"Nube de madera…", con unos ocho metros de alto y casi diez de diámetro, es una estructura con forma de capullo de flor, construida a mano y casi sin ayuda en algo menos de tres semanas, con cerca de 1.800 metros de listones y bloques de madera, explicó a EFE su creador

"Lo decisivo en esta serie de proyectos es que la gente de las ciudades en que trabajo y el contacto con esa gente juegan un papel principal", dijo el artista.

El montaje sobre el terreno implica un contacto con la ciudad y sus pobladores, algo que va modelando el resultado final de la escultura, según Steinert. Para el artista, su "nube de madera" acaba siendo "una instantánea del estado de ánimo" del lugar donde se instala.

El objetivo del escultor es que visitantes y curiosos escriban en los maderos sus "pensamientos, ideas y deseos" para que la ciudad y la sociedad acaben siendo "parte de la escultura".

En redes sociales, usuarios han publicado imágenes y algunas impresiones sobre la obra.

"De todas las obras expuestas ahora mismo en la XV Bienal de La Habana, hay una del alemán Martin Steinert que conversa directamente con el pueblo de una forma tan sencilla como inesperada. Es la Nube de Madera, un tablado asimétrico que pretende dar forma a la arquitectura de los deseos en cada transeúnte", escribió Guillermo Rodríguez Sánchez en Facebook.

"'Puedes escribir tu más profundo deseo en la madera, solo así estará completa la obra', reza un pequeño solapín plastificado atado con un hilito rojo a una de las tablas. Lo que allí está dejando escrito la gente es un testimonio más que elocuente sobre la realidad actual de nuestra Isla", añadió.

"No lloran desconsoladas las astillas porque no les fue dada esa capacidad por natura. En un ejercicio democrático espontáneo que ojalá Martin guarde para siempre y lo exponga en un lugar seguro, personas de todas las edades están dejando grabado ahí un catauro de sueños rotos, a medias o por cumplir, que grita silencioso una verdad colectiva hacia el Malecón saturado por el salitre y la nostalgia. Tal vez porque hoy el país es eso para demasiada gente, una tabla a la deriva. Sálvese quien pueda", consideró.

Martin Steinert se despidió de la Isla el pasado 17 de noviembre a través de un reel publicado en su perfil en Facebook, donde describió el montaje de su obra como agotador y marcado por el calor.

La Bienal de La Habana inició el viernes 15 de noviembre bajo fuertes críticas. El Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, a cargo históricamente de la organización del evento, ha anunciado la participación de 240 artistas de 57 países. Durante tres meses se verán intervenciones en espacios públicos, exposiciones, clases, talleres y un evento teórico enfocado en "la inclusión de saberes más allá del arte" que tendrá como sede el Museo Nacional de Bellas Artes.

La plataforma conceptual de esta Bienal tiene el título de "Horizontes compartidos". Según sus organizadores se trata de "una propuesta basada en el respeto a la diversidad y el trabajo solidario desde la mediación, la colaboración y la transdisciplinariedad entre creadores y manifestaciones artísticas". Un mensaje que ha sido calificado de hipócrita

En una reflexión sobre la historia de la Bienal de La Habana aparecida en varias publicaciones, seis curadores y artistas cubanos se han preguntado: "¿Qué significa para una institución del Estado fomentar un evento que defienda la diferencia y la resistencia en un país con más de 1.000 prisioneros políticos, donde la oposición y las expresiones creativas críticas son censuradas, los artistas son censurados y una publicación en una red social contra el Gobierno puede meterte en la cárcel?".

En efecto, mientras el Centro Wifredo Lam y los comisarios de la Bienal de La Habana hablan de inclusión y diferencias, hacen lo posible porque se ignore, por ejemplo, la propuesta artística desde la cárcel de Luis Manuel Otero Alcántara, en la que  invita a todos los participantes a la Bienal y al público en general a visitarlo en la cárcel de Guanajay para conocer su obra secuestrada, llamando a los teléfonos  7858 3604, 7858 3479, 7858 3455 de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior. 

Por otra parte, decenas de personas han considerado una "falta de respeto" y una "burla" la celebración de la Bienal de La Habana en momentos en que Cuba se encuentra hundida en apagones, hambre y la falta de techos golpea a decenas de familias tras los huracanes Rafael y Oscar y los sismos del oriente cubano.

Una publicación del portal oficial Cubadebate en Facebook anunciando una edición de la Mesa Redonda dedicada al evento de las artes en la capital cubana fue el centro de la indignación de los cubanos.

"Un país en ruina total y que (su Gobierno) aplica a su pueblo una miseria total, apagones terribles y hambre, se da el lujo en un momento tan crítico de hacer cosas como esta, y congresos y más reuniones inútiles. Este Gobierno es la peor desgracia que ha sufrido el país en su historia", lamentó Jorge Vega Ramos, mientras Mirtha Reinosa Valladares resumió su indignación en una idea: "¡Bienal de desastres!".

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