La obra interactiva Ni pena ni miedo después de Raúl Zurita, de los artistas emergentes Amed Aroche y Raquel Cruz, acaba de aterrizar en Madrid. Se trata de la segunda vez que los cubanos presentan al público este trabajo. La muestra en Madrid, a cargo del colectivo creativo Forma Foco, ocurrió en la librería Arenales.
Es la segunda vez que se presenta la obra. "La primera fue en Montreal, en el mes de septiembre. Es una obra basada en un poema de Raúl Zurita que se llama 'Ni pena ni miedo'", dice Aroche en conversación con DIARIO DE CUBA.
La pieza propone tatuar en la piel la frase que da título al poema de Zurita. De manera que, explica Aroche, cada cual la puede asumir e interpretar a su manera. Una vez terminado este proceso, la obra se visualiza en fotografías.
"Yo trabajo principalmente con la fotografía. Me interesa generar procesos que luego terminen en una foto. No se trata tanto de cazar un momento único, sino de crearlo fotográficamente hablando. Esta pieza es itinerante. La idea es que se repita, que se haga tantas veces como sea posible, y generar una especie de archivo".
La acción de tatuar la frase del poeta chileno tiene dos variantes. Una es con tatuajes efímeros, en la que con un cuño se adhiere a la piel el texto. La otra es la de tatuaje permanente, que han hecho los artistas en Montreal (Canadá), donde ambos residen.
En el año 1993, Raúl Zurita logró plasmar esta frase en el desierto de Atacama, en Chile. El poema que inspira la exposición fue escrito en el contexto de la dictadura de Augusto Pinochet en su país. La línea tiene 3.000 metros del largo y solamente puede ser vista desde el cielo. "No solamente es un poema, sino también un gesto poético. Y la idea que yo propongo es reinscribirla, pero esta vez no es el desierto, sino en la piel de la gente", argumenta Aroche.
Amed Aroche estudió Arquitectura en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría. Salió a Canadá a realizar una maestría en Estudios Urbanos. Su práctica lo sitúa en el mapa de los artistas emergentes jóvenes cubanos. Él mismo define su trabajo como una imbricación entre herramientas de la sociología, los estudios urbanos, el arte conceptual y la fotografía post documental.
Junto a la presentación de Sin pena ni miedo después de Raúl Zurita en Madrid, Aroche tiene una obra expuesta hasta el mes de febrero en la galería Entre, en la Bienal de Arte Contemporáneo de Viena. Su trabajo forma parte de la exposición colectiva de artistas cubanos We have done nothing because we have avoided nothing.
Aroche expone una instalación fotográfica que pertenece a su serie Todo lo que se pierde regresa. "Es la documentación de una conversación. La documentación tradicional recoge un hecho concreto; en cambio cuando se documenta una conversación, es mucho más difícil sobre todo cuando las personas conversan a través de whatsapp. Entonces se documentan emociones, traumas y cosas que son más intangibles. Por eso le digo un post documental, porque es una documentación más subjetiva".
La idea de este trabajo surgió a raíz de un diálogo que sostuvo el propio Aroche con una amiga que fue forzada al exilio, desde Cuba a EEUU. Esas conversaciones, que abordan temas geográficos, políticos, espirituales, se convirtieron en una serie fotográfica. Todo lo que se pierde regresa se desarrolló entre los años 2022 y 2024. Consta de 80 fotografías analógicas hechas en 35 milímetros.
A propósito de tu maestría en Estudios Urbanos y del aniversario 505 de la fundación de La Habana, ¿crees importante hacer un estudio de esta dimensión para la capital cubana?
Todas las ciudades tienen sus complejidades, sus especificidades y necesitan estudios. La Habana es una ciudad extremadamente densa y rica en problemáticas y estudiarlas desde el punto de vista de su dimensión sociológica, sociopolítica, del espacio público, es sumamente importante.