Juan Carlos Cremata Malberti: 'Yo soy gusano gratis, lo que no soy es lombriz de tierra'

A Juan Carlos Cremata Malberti le debe el cine cubano todas la lágrimas derramadas por El premio flaco, Viva Cuba o Nada. Por otra parte, en el teatro su obra El rey se muere revolucionó al público... y a quienes imponen límites a la libertad de expresión, al punto de que fue el giro sin retorno hacia su exilio.

"Yo me exilié definitivamente en 2016 y he decidido no regresar nunca más a Cuba. No extraño a Cuba. No extraño la tierra. Esa gente que te dice 'ay, pero usted no extraña la tierra donde nació'. Yo no nací en la tierra. Yo nací en un hospital de maternidad. Si acaso extraño a mis amigos, pero yo no puedo extrañar el pasado, porque al pasado, por mucho que se quiera, no se vuelve. Entonces, volver a Cuba significaría volver al pasado, volver a un lugar donde hice mi vida, pero donde también me decretaron la muerte en vida".

El cineasta y dramaturgo se asentó en Miami desde que se exilió. Y aunque nunca pensó emigrar ni llegar hasta esa ciudad, confiesa que vive en el lugar que siempre soñó, un espacio que le ha dado independencia, soledad y nuevos intereses creativos. Un contexto que le ha valido para sacar, hasta el momento, seis volúmenes de libros de memes. Ahora, trabaja en la realización de otros dos.

"Yo aprovecho mis redes sociales como medio de expresión. Las ciberclarias me dicen: 'usted era director de cine y ahora hace memes'".

El primer libro que publicó Juan Carlos Cremata se llamó Memeo todo. Como tenía tantas ideas, publicó un segundo volumen, titulado Memeo todo corregido y aumentado. Entre ambos proyectos contabiliza 500 memes, lo que equivaldría a 500 planos cinematográficos. Por si fuera poco, salió luego el ejemplar Memeo todo de nuevo.

"No son libros para leer de arriba a abajo. Son libros que puedes leer cuando quieras en la página que quieras. Alguien me preguntó si me repetía. Hasta ahora no he encontrado ningún meme repetido".

Entre los intereses que encuentra el cubano en su exilio está el de dar a conocer, desde el chiste, la figura de Ernesto Che Guevara. Ahí surgió Memeo todo: La Cherie, con dos temporadas. 

Cremata prepara Memeo todo con las glorias, sobre celebridades cubanas, y All of meme, con memes internacionales, para tener acceso al mercado de habla inglesa.  

"Hacer un meme es como hacer un plano de una película. Tengo que escoger una historia. Hacer un casting. Buscar imágenes. Y contar en palabras o imágenes, lo mismo que hago en el cine. Todas las ciberclarias dicen: 'Ah, te están pagando, te están dando dinero, la CIA'. No, no, no. Yo soy gusano gratis, lo que no soy es lombriz de tierra. Quien me llama pájaro es porque es jaula. Quien me llama gusano es porque es lombriz. Quien me llama homosexual es porque es homofóbico".

La idea de hacer un libro de memes surgió cuando el artista vio el revuelo que estos causaban en su perfil de Facebook. El comentario más común era: "ay, memeo". De ahí el nombre y el color amarillo y blanco del diseño: su autor señala que es el mismo color de la orina.

Juan Carlos Cremata es un hombre que dialoga con chistes, que acude a la ironía, a la burla, que hace reír con su desparpajo y naturalidad, pero detrás de todo eso se esconde uno de los dolores más grande que experimenta un ser humano: la pérdida de un hijo.

"En noviembre de 2021 cumplí 60 años y la felicidad me duró solamente dos meses. En el año 2022 perdí en Cuba, en situaciones todavía no muy aclaradas, a mi hija de tan solo 19 años. Mi hija estaba totalmente sana. Uno está preparado para la pérdida de los mayores, pero no lo está para perder a los menores. La pérdida de mi hija me llevó a preguntarme dónde están realmente los valores de la vida. Aunque yo soy una persona que trata de darle esperanzas a los demás, puedo confesarte que sin ser un frustrado, porque yo soy una persona totalmente realizada, vivo sin esperanzas. Por mucho que yo pueda lograr proyectos, ya no tengo a mi hija. Nada me va a devolver a mi hija. Todo lo que hago, lo hago en nombre de mi hija".

En 2020, Juan Carlos Cremata había perdido a su madre, Iraida Malberti, quien fue una prestigiosa coreógrafa, profesora y directora de televisión. Uno de los hermanos de Cremata, Carlos Alberto, dirige la compañía infantil La Colmenita. El padre de la familia murió en el avión derribado en 1976 en aguas de Barbados.

"Mi mamá para mí era muy importante. Yo tenía una relación muy especial, no solamente familiar sino también profesional. Cuando yo doy una entrevista o hago un meme siempre existe la ciberclaria punzante que empieza a hablar de mi papá, como si lo hubieran conocido y lo quisieran más que yo. O de mi mamá, o de mi hermano, con quien tengo excelentes relaciones. Más allá de lo que él piense o haga, es mi familia. Yo no me voy a poner en el mismo plan que Fidel Castro, que ni siquiera pudo mantener a su familia, y rompió toda la familia cubana y la dividió totalmente".

En julio de 2015, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas decidió retirar de la sala Tito Junco, del Centro Cultural Bertolt Brecht, en La Habana, la obra El rey se muere, una pieza del rumano-francés Eugene Ionesco adaptada y dirigida por Juan Carlos Cremata Malberti. En lo que fue otro caso de censura en el teatro cubano, la obra se eliminó de la programación tras solo dos funciones inaugurales.

"Si yo decidí exiliarme fue para, desde mi libertad personal, decir lo que me dé la gana en contra o a favor de quien me dé la gana". La otra opción era quedarse en Cuba "siendo un conflicto, y yo no tengo vocación de mártir ni soporto la cárcel". No obstante, "respeto mucho a las personas que están en la cárcel por defender sus ideas".

"Yo ahora he tenido que, como todos los exiliados, insertarme. Aquí hay la posibilidad de reinventarse. Toda esas ciberclarias estúpidas, entrenadas, que me dicen que soy un traidor, yo les respondo: '¿traidor a qué?'. A mí nadie me preguntó dónde yo quería nacer, ni el país, ni la familia, ni el sistema social mucho menos. Entonces, con 62 años, ¿tú crees que me voy a callar?".

Juan Carlos Cremata confiesa que fue alguien que creyó en la Revolución. Incluso militó en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas. Según cuenta, su límite "siempre estuvo en no joderle la vida a nadie".

"En este momento aunque trabajo, no soy remunerado. Yo por lo menos vivo, desayuno, como, almuerzo, vivo bien, cosa que no podría hacer en Cuba. Me siento totalmente libre. Hay quien me achaca no estar haciendo más cine, más teatro, yo creo que estoy a la búsqueda de un nuevo lenguaje. Seguiré haciendo lo más que pueda, no para que se caiga un Gobierno, sino para enseñar que ese sistema es inoperante, inhumano y está haciendo un daño antropológico, no solamente al país, sino al resto del mundo que sigue pensando en esa 'maravilla' de la Revolución cubana que no es verdad".