El poeta, narrador, ensayista y traductor cubano Reinaldo García Ramos, miembro del grupo que dio lugar a la revista Mariel (1983-1985) de escritores emigrados en el éxodo de 1980, falleció el lunes 19 de agosto en Miami Beach a los 80 años.
La escritora cubana Mabel Cuesta indicó en su muro de Facebook que "su partida ha sido tranquila y ha estado acompañado por Sergio (su compañero) y sus primos Marianela F. Molina y Milkos D Sosa".
"Hasta sus últimos días Rei habló de sus libros, especialmente el que salió este año (Una amiga en París), y de la posibilidad de que le diera tiempo escribir otro. Su único deseo es que honren su memoria manteniendo su obra literaria viva", añadió.
Nacido en Cienfuegos en 1944, su familia se mudó a La Habana cuando García Ramos tenía tres años, y allí vivió el poeta durante más de tres décadas. Publicó su primer y único libro en la Isla, el poemario Acta, con la independiente Ediciones El Puente, en 1962.
Con Ana María Simo, impulsora junto al escritor José Mario del proyecto editorial posteriormente censurado por las autoridades, preparó la antología Novísima Poesía Cubana.
Tras graduarse en 1967 de Licenciatura en Lengua y Literatura Francesas en la Universidad de La Habana, ejerció varios empleos hasta que abandonó el país en 1980.
Se asentó en Nueva York, donde trabajó en una agencia de traducciones y como periodista de United Press International y The Associated Press. También integró el Consejo de Dirección de Mariel. En 1987 fue contratado por Naciones Unidas, donde trabajó hasta que se jubiló en 2001.
En el exilio publicó los libros de poesía El buen peligro, Caverna fiel, En la llanura y El ánimo animal, así como el relato autobiográfico Cuerpos al borde de una isla, además de Espacio circular y Una amiga en París (Cartas, 1968-1972).
En 2006 ganó en España el XI Premio de poesía Luys Santamarina-Ciudad de Cieza, por su libro Obra del fugitivo.
Reynaldo García, un poeta más en el exilio .. R.I.P
¡QEPD!
Qué descanse finalmente en paz, después de tanto sufrimiento.
Que dios lo reciba en su seno y lo condecore con su amor.
Descanse en paz, siempre con la curiosidad intelectual y la sensibilidad artística que caracteriza a los escritores genuinos.