Hace unos meses caminaba junto a una amiga por la Gran Vía de Madrid. Pasaban las 2:00 de la mañana y nosotros cantábamos a viva voz canciones cubanas que nos recordaban lo lindo de nuestra tierra. "Yo aprendí", de Danay Suárez, la cantamos completa; la conozco desde que era un adolescente y la he escuchado miles de veces, pero hasta ese momento no me di cuenta de que me la sabía de memoria. Esa canción fue un himno para una generación y llamó la atención de muchos sobre la cantante y rapera cubana.
A Danay la conocí siendo apenas un niño, por el año 2010, en La Madriguera, un espacio de la Asociación Hermanos Saiz donde se hacían peñas de rap. A lo largo de 14 años hemos coincidido en breves lapsos de tiempo, ya sea en La Habana o en Miami; sin embargo, sus canciones casi siempre han estado en mis listas de reproducción, sobre todo "Esta guerra tan violenta", que cobró más sentido cuando tomé la decisión de salir de Cuba.
Encasillar a esta artista en un solo género o manifestación absurdo, pues con su trayectoria ha demostrado que puede cantar o interpretar lo que se proponga. Por ello, muchos de sus seguidores han aspirado a que se convierta en una diva del mercado pop moderno y haga colaboraciones con figuras como Bad Bunny o Rosalía. Pero ella ha decidido ir por la vía de crear a sus anchas, quedándose con quienes quieran recibir un mensaje diferente con el que entrega su arte y devoción a Dios.
En estos momentos Danay Suárez presenta las canciones de su más reciente producción musical, que lleva por título Cambio. Sobre esta reciente propuesta habla con DIARIO DE CUBA.
Hasta ahora has lanzado los audiovisuales de las canciones "Dicen" y "No temeré", las cuales están incluidas en el álbum Cambio. Por lo que he visto en los comentarios que te han dejado en público, con anterioridad has dejado pistas de estas canciones que ahora estás estrenando. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en el disco?
Llevo trabajando en este álbum desde hace dos o tres años. Estas letras e ideas comenzaron a surgir después de mi álbum Vive, un proyecto íntimo de siete canciones exclusivamente espirituales, que puede ser una joya para quienes tienen el corazón herido. A diferencia de Vive, Cambio es un álbum que envía mensajes muy directos e incluso confronta. Ha tardado el tiempo que el propio álbum ha requerido para madurar, tanto musical como textualmente, porque las obras se parecen al artista: ¿lo tienes claro o aún está en suspenso? A mí me gusta tenerlo claro antes de convertirlas en canciones.
Aunque para muchas personas tú deberías estar compitiendo con las superestrellas del mercado pop moderno, has decidido separarte de la industria y hacer la música que te nace. Háblame de esa decisión y de lo que aspiras a transmitir a las personas que siguen tu obra.
La competencia es buena cuando es contigo. La razón por la que mis alianzas son limitadas se debe a que, en primer lugar, he sido una artista que ya ha publicado música con grandes sellos como Universal Music, no soy ajena al juego. Generalmente, los valores en mis canciones son totalmente opuestos al mundo inflado de pactos oscuros y negocios turbios que conforman el hábitat natural de estas majors [compañías discográficas que lideran el mercado] que te lanzan a la fama mundial en menos de un año.
Déjame explicarte el proceso natural de una canción como las mías: Primero, tengo que vivir lo que duele y lo que me transforma. Cuando supero eso, pienso en otros que quizás estén varados en ese lugar que ya atravesé. Ahí nace una canción, de la necesidad de dar esa luz a otros. Luego, debo ver cómo construir una armonía musical que transmita el mensaje de la letra con las emociones correctas. Eso lleva tiempo de creación y debes añadir personas a tu equipo. Una vez con esto, pasas a grabar por un costo, a mezclar por otro, a masterizar por otro, a hacer el arte por otro y, si es posible, hacer un video para que la música no sea desaparecida por un algoritmo.
Luego viene una major con sus propuestas, queriendo tener la exclusividad y derechos de tu música. Si accedes, pierdes control y autonomía, y lo que puede resultar es que te quedes endeudado, sin música y, lo peor, que las personas ni lleguen a escucharla.
Mis redes son orgánicas y mi mensaje no es sobornable, por lo cual siento que estoy llevando todo en buen punto como artista independiente. No voy a hacer música para que la roben y la encierren, porque mi mensaje también es de Dios y para las personas. Si no, ¿para qué pensar o escribir y gastar todo el tiempo y esfuerzo que necesita una canción?
Sé que la fotografía también es una rama del arte que te apasiona, y veo que estás dirigiendo tus propios audiovisuales. ¿Cómo es esta nueva etapa en la que también estás dirigiendo audiovisuales para otras personas?
La razón por la cual dirijo mis videos también se basa en lo mencionado anteriormente. Las imágenes, como las palabras, son muy importantes. Las personas que saben lo que quieren deben aprender a manejar su barco y aceptar que no todos irán con ellos al puerto. Algunos ni siquiera se montan y otros se bajan. Pero el capitán siempre estará llevando su barco. Debo defender mi música desde los visuales hasta todos los aspectos. Parece mucho trabajo, ¡y lo es!, pero los resultados valen mucho, ya que a diario surgen artistas que al final hicieron cosas, pero no las que necesariamente debían expresar. O sus resultados no son coherentes con sus pensamientos iniciales para crear la obra. Afortunadamente, no estoy sola. He ido encontrando creativos que también anhelan trabajar por un propósito de vida y una excelencia artística.
En esta nueva producción musical estás trabajando junto a la producción de Pupo. Háblame del equipo que han conformado juntos como pareja y compañeros de trabajo.
Mi esposo y yo nos conocimos trabajando, prácticamente sobre un escenario, y desde entonces no hemos podido separarnos en la vida ni musicalmente. Nadie entiende mis pensamientos mejor que Pupo. Su música como artista independiente es totalmente diferente a la mía; sin embargo, él tiene todas las habilidades para traducir mis ideas y también engrandecerlas.
¿Qué es el nuevo proyecto en el que estás, Ark For Art?
@arkforart es una especie de nave industrial donde convergen performances en vivo, música, ensayos y arte de gran valor creativo, workshops, etc. Nuestra Ark es un refugio para la inspiración y las expresiones artísticas; nos transformamos en galería también, exponiendo obras de gran significado. Este espacio es de mi esposo y mío. Como somos artistas, entendemos las necesidades de otros artistas, por lo que todos los que nos visitan, ya sea para un evento o una visita regular, se sienten asombrados y no quieren irse.
Necesitábamos tener nuestra propia sede artística en Miami, y hemos comenzado por construir @arkforart, abrimos nuestras puertas para más artistas y vamos por más.
Cada canción tuya es una reflexión sobre el presente, la vida… ¿Cuáles son los temas que más te preocupan de la sociedad en la que vivimos?
Hace tiempo que no me preocupan muchas cosas, sin embargo, observo mucha distracción, falta de identidad y enfriamiento en el amor, así como burlas hacia Dios y sus valores. Cada uno debe examinar su propio camino. Nosotros, los que hemos conocido a Dios y a Jesús, simplemente actuamos en un deber natural que es ser luz y sal en el mundo: sal para que la carne humana no se descomponga y luz para mostrar el camino. Ese es el resumen de toda mi obra: ser sal y luz. Aquellos que lo entiendan son afortunados.