María del Carmen Herrera, heredera del patrimonio de la escritora Dulce María Loynaz, entregó este martes el Premio Cervantes obtenido por la autora al Centro Cultural Hermanos Loynaz, en la provincia de Pinar del Río, informó el centro en su perfil de Facebook.
A partir de este momento el Premio Cervantes forma parte del patrimonio de la Sala-Museo del Centro Cultural, que abre sus puertas para atesorarle con el compromiso de conservar su obra y legado, según la información
La autora de la novela Jardín y de una vasta obra poética recibió el más importante lauro de las letras en español de la mano del rey Juan Carlos en 1993. El premio le había sido otorgado el año anterior.
Tras la llegada del régimen de Fidel Castro al poder, Dulce María Loynaz se mantuvo al margen de la política, lo que hizo que el Gobierno la dejara en el olvido. Proveniente de una familia aristocrática cubana, la autora de Cartas de amor a Tutankhamon, se mantuvo consecuente con sus principios católicos y patrióticos. Según publicó Carina del Valle Schorske en The Newyorker, la negativa de Loynaz de abandonar el país que su familia había ayudado a construir hizo que sufriera un exilio interno.
El interés del pianista José Antonio Martínez de Osaba y el historiador Aldo Martínez Malo, ambos de Pinar del Río, por la obra de Loynaz hizo que se estableciera una fuerte relación entre ellos y la escritora. Esta amistad se extendería a un vinculo fuerte de la poeta con la más occidental de las provincias de Cuba durante los últimos años de su vida.
