A juzgar por las observaciones preliminares de mercado, puede afirmarse que el 2023 fue un buen año para la comercialización del arte cubano. Todavía se computan los principales balances estadísticos que serán dados a la luz, pero desde ahora podemos ponderar el desempeño según las principales subastas del año que ha cerrado.
Sin exceder los límites de una simple nota informativa, aclararemos como siempre que las subastas de arte tienen un tema principal, y es el dinero. Derivar conclusiones estéticas sobre obras o autores a partir de su desempeño en una puja es cuando menos ingenuo, aunque no poco frecuente en aficionados del arte. En cierta medida el mercado observa el veredicto de las autoridades del arte, pero también depende de circunstancias muy diversas que van desde el buen trabajo de un representante hasta un golpe de suerte mediático del artista. En esta nota estaremos hablando, como siempre, de las subastas colectivas que ocurrieron en las principales casas del mundo.
Comenzó el año con un importante acto de venta online en la casa Bonhams, con sede en Nueva York, llamado Modern & Contemporary Cuban Art, que puso a la disposición del mercado 67 piezas cubanas que fueron desde Landaluze hasta el año 2022. Como resultados destacados, Bonhams cita en su página web los remates de la piezas "Mujer con tumbadora" (2005) de Cundo Bermúdez (25.000 dólares); "Espera", de Antonio Gattorno (25.000); "Paisaje de La Habana", de René Portocarrero (19.125), tres fotografías de Ernesto Fernández Nogueras (2.040) —aunque hay que señalar los elevados precios alcanzados también por Manuel Mendive con una escultura sin título (25.000), y el sostenido buen desempeño de Belkis Ayón—. Quedaron sin un trato final, sorprendentemente, tres obras de Mariano Rodríguez y dos de Tomás Sánchez, aunque en todos los casos se trata de piezas no representativas de la carrera de ambos, que fueron realizadas antes o después de su etapa "clásica".
La casa Christie's tuvo dos grandes pujas en la primavera y otoño del año pasado. En la primera, ocurrida en marzo, continuaron su racha ascendente las obras de Yoan Capote, Roberto Fabelo, Tania Bruguera, Belkis Ayón, Rafael Soriano, y clásicos como Wifredo Lam y Víctor Manuel. La venta más impresionante correspondió a la pieza Loaf de Carlos Alfonzo, que se esperaba estuviera en el rango de los 30.000 a 40.000 dólares y llegó a los 119.700 dólares. Este autor, que salió de Cuba durante el Mariel después de días de encierro en la embajada del Perú y murió de SIDA en la cúspide de su carrera, no es muy estudiado en la Isla y, sin embargo, su obra impresionista, que visita la mística o la enfermedad, conoce el éxito del mercado en los últimos años.
Varias piezas de Wifredo Lam tuvieron diverso destino: algunas vendidas a menor precio de lo estimado, algunas no vendidas, pero la intitulada "Nu assis II", que se esperaba que se vendiera a no más de 45.000 dólares llegó a los 81.000 dólares. Sorprendentemente, ni Mariano, Portocarrero o Landaluze tuvieron suerte esta vez. De esto se puede concluir, acaso, que el interés de la compra estuvo más en la contemporaneidad, en sentido general.
En el mismo mes de marzo la casa Sotheby's, bajo el lema de Contemporary Discovery, puso a consideración del público una colección que incluía clásicos y contemporáneos cubanos. De ellos sobresalió una pieza de la pintora Loló Soldevilla, artista abstraccionista del grupo de los Diez Pintores Concretos en La Habana. Aunque esta autora empezó a registrarse en subastas tardíamente, ha tenido una sólida presencia desde 2009, según ArtPrice, con un repunte en los últimos años, de lo que da fe esta venta de una pieza suya por 40.640. A ella le siguió Pedro Pablo Oliva —autor no demasiado frecuente en las subastas—, con un dibujo de 2001, "El silencio de Teresita", que llegó a los 15.240 dólares.
El grupo The Merger (Mario Miguel González & Luis Niels Moleiro & Alain Pino) también sobrepasó el límite esperado con un dibujo que se cerró con 16.510 dólares. Otros autores afortunados fueron Fabelo, con un dibujo de 1994, y José Bedia. Una obra de Los Carpinteros, aunque despertó interés en los días previos al evento, no logró venderse.
Finalmente, en octubre la casa Christie's otra vez propuso una subasta online llamada Latin American Art Online. En esta ocasión se propusieron 82 piezas, 26 de ellas cubanas, provenientes la mayoría de la colección Farber, considerada la más completa de arte contemporáneo cubano y que ya se ha ido dando al mercado en los últimos años. En ellas destacaron, como reseñamos en este espacio, las piezas de Raúl Martínez —"Rosas y estrellas" (60.480 dólares)— y de Carlos Cárdenas —"Luchar, Resistir, Vencer"—, ambas con un referente en la Revolución cubana, aunque con diferente entusiasmo hacia ella. En general los autores presentados mantuvieron su tendencia. Ella indica que 2023 no fue un mal año en el mercado internacional para el arte cubano. Veremos qué nos depara 2024.
Poca presencia de mujeres, como Antonia Eiríz, Zaida del Río... Me alegra que Fabelo se mantenga, al igual que Tomás Sánchez. Buen resumen, y me uno a los votos por un 24 mejor, más amplio y rico.