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Música

Los reparteristas toman la escena de lo alternativo

Athanai Castro y los artistas invitados, Chezca Zana, Uneducated y El Chicle, intentan expandir el 'reparto' en un bar de La Habana.

La Habana
Athanai Castro.
Athanai Castro. YouTube/ A Buena Hora Cuba

Dos intentos de expansión del "reparto" se escucharon el pasado sábado 7 de octubre en un bar de La Habana. Se trata de esta variante cubana y dura del reguetón saliendo de su círculo sonoro en busca de nuevos horizontes. Los experimentos fueron conducidos por Athanai Castro, que promueve su nuevo disco, Rock Repa BR, y los artistas invitados, Chezca Zana, Uneducated y El Chicle, jóvenes que empiezan a llamar la atención de la escena alternativa habanera.   

Athanai, cuyo centro pudiera decirse que es el rock, ha coqueteado desde sus inicios con otros géneros, como el rap o la trova, aunque esta vez el juego parece ser más radical. Con su nuevo disco quiere adaptar la condición del reparto a la sonoridad del rock and roll, con sus distorsiones de guitarra eléctrica, su batería, pero también sus pistas grabadas que cubren la presentación en vivo a manera de un DJ.

Musicalmente, en lo estrictamente sonoro, el resultado es interesante y revela un trabajo esforzado de escritura. Sobre todo a nivel rítmico, los hallazgos de la batería al fusionar los golpes afrocubanos con la simetría del metal y la fuerza del beat electrónico, pueden encontrar un buen futuro. Esta mezcla se ha intentado ya, desde el estricto rock and roll (que no es el caso del rocasón de Habana Abierta), pero creo que sin demasiada fortuna.

El experimento de Athanai es atendible. Se trata de una búsqueda musical que podría estar indicando un nuevo camino y hay que decir que en vivo el conjunto sonó muy bien. Ayudaba, desde luego, el hecho de que no se entendiera apenas aquello que decía el cantante. Una escucha posterior, más pausada, ha revelado que sus textos reproducen el estrechísimo mundo semántico del reguetón que lo inspira y entonces titula sus canciones como "A chuparla ya" o "Mi pingona", sin sorpresas en su contenido. Un trabajo literario que estuviera a la altura del musical se agradecería (al menos por mi parte).

Los chicos Chezca Zana, Uneducated y El Chicle, no forman un conjunto, como suele pensarse, sino que son jóvenes que van descubriendo que comparten conceptos y gustos musicales, por lo tanto se unen para cantar. Estos prometedores muchachos también son defensores del reparto y con todas sus fuerzas intentan incorporar la estética del subgénero en sus creaciones. Los caracteriza la energía en la escena. Sus búsquedas, además, los llevan por los caminos del punk, el trap, e incluso la música pop.

Chezca Zana, que es quien mejor se promueve en las redes, ha conseguido letras ingeniosas como "No pasa nada", y ritmos eficientes, como "El repa es el nuevo punk", uno de sus últimos temas que defiende con la devoción de un himno —desgraciadamente, al igual que Athanai, se ha dejado cautivar por la literatura repartera más de lo que una querría—.

En el bar donde tocaron tuvieron la mala idea de programarlos el Día del Reguetón. Grave confusión porque, a pesar del entusiasmo, el público del reparto no los admitirá, tal y como ocurrió ese día. ¿Quién aceptaría a unos pelúos, mal vestidos y peor peinados, sonando extraño? Muy a pesar de la fidelidad orillera con que se esfuerzan, estos chicos  significan ya un cambio de código. El estribillo con que se defienden es pegajoso, sin embargo, por mucha voluntad que se echen, el repa no es el nuevo punk.

Como ha observado el crítico Fabricio González, el punk es nihilista. El reguetón (el repa) en cambio se inserta completamente en el sistema, nunca lo cuestiona. La aspiración de los autores y sujeto lírico del reguetón es tener mucho dinero (sobre todo aparentarlo) y sexo. Sin dobleces. Me temo que la declaración de fe de estos muchachos nuevos consiste en una intelectualización del fenómeno que no será admitida por sus cultivadores.

El público del rock and roll tampoco va a entender a Athanai. La percusión cubana va a ser demasiado para ellos. De modo que el lugar en la programación que más se les ajuste será el de la noche de lo alternativo, de los bohemios, de los universitarios. Como los orientalistas, como los siboneyistas,  su velada va a ser la de los reparteristas, no la de los reparteros.

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