El actor y director cubano Jazz Vilá no soñó con la actuación desde niño como otros muchos, pero terminó enamorándose de la profesión que lo ha llevado a lo más alto. Lo dice ahora que presenta su obra Candela en el mundo de Broadway en Nueva York.
El director ahora deja huella en el espectáculo neoyorquino, manteniéndose fiel a su estilo tragicómico. Las risas no distraen de los temas trascendentales que toca en sus obras, explica Vilá, quien ha atendido a DIARIO DE CUBA en pleno ajetreo de las presentaciones.
"Es un sueño cumplido presentar esta obra como actor y director en Nueva York. Para llevar Candela —obra creada en Cuba— a un lenguaje más universal usamos canciones que están en la memoria colectiva. Creo que por eso la obra conecta con un público tan diverso. En el estreno había puertorriqueños, dominicanos, colombianos, fue algo muy bonito", dice Vilá, actor de conocidas producciones, como Juan de los muertos y El acompañante.
Candela, presentada en el teatro LATEA en Nueva York, trata del impacto de la inteligencia artificial en el trabajo de los artistas. También habla de la importancia de perseguir los sueños sea cual sea la profesión en la que te hayas embarcado. A diferencia de Candela, protagonista de la obra, Vilá nunca ha perdido de vista su sueño.
"La obra incide en el valor que el arte tiene en la vida de los seres humanos y cómo la tecnología puede cambiar esto. Todos estamos buscando un sueño, Candela también. Ella sueña con ser actriz, pero cansada de intentarlo se rinde. En ese momento entran en escena otros personajes que la animan a seguir adelante. Los artistas no cambiamos el mundo, pero alimentamos el alma".
Los últimos días en Nueva York están siendo agitados para el dramaturgo, quien intenta disfrutar de su escaso tiempo libre, caminando por Central Park. En un par de semanas presenta, también en la capital del mundo, la obra Farándula, historia basada en una vivencia de Vilá.
"En la vida real fue más trágico, yo lo plasmé en la obra con mucho humor y eso tiene que ver con la forma en la que miramos las cosas. Farándula es una comedia de enredos, donde el sexo, la amistad, la soledad, las adicciones y la corrupción están unidos con el amor, que es la esencia de la historia".
Farándula es una película que el director estrenó en Nueva York y ahora lleva al teatro. La historia, según Vilá, también formará parte de una telenovela.
Independientemente del formato, su carrera está marcada por no rendirse y ver ventanas que se abren en vez de puertas que se cierran. Esto sucedió cuando Vilá tenía 14 años y no aprobó los exámenes de acceso a la Escuela Nacional de Arte (ENA).
"A veces pasan cosas malas que pueden resultar en buenas. A los tres días de suspender las pruebas de la ENA entré a trabajar en la novela Las huérfanas de obra pía. Esa fue mi escuela y ahí empecé a admirar profundamente la profesión viendo a los grandes actores que allí conocí. Fue un descubrimiento mágico y supe que quería dedicarme a hacer eso toda la vida".
Vilá, quien disfruta enormemente sus estancias en Nueva York, ciudad en la que está enterrada su abuela, regresa a La Habana para montar una nueva obra a principios de octubre. "No paro de trabajar, pero eso me hace sentir realizado", concluye el actor.
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