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Historia

Christina Civantos: la dinámica de aceptar lo no deseado

Hija de cubanos que emigraron en los 60, la investigadora no ha olvidado su origen, pero se ha reinventado a sí misma en el estudio de otras lenguas y culturas. 'Jamón and Halal: Lessons in Tolerance from Rural Andalucía' es su libro más reciente.

Miami
Christina Civantos.
Christina Civantos. University of Miami

Con Christina Civantos, profesora e investigadora que ejerce en la Universidad de Miami, he tenido un intercambio en torno a su último libro. Hija de cubanos que emigraron a comienzos de la década del 60, Civantos no ha olvidado su origen, pero se ha reinventado a sí misma en el estudio de otras lenguas y culturas.  Navegar con suficiencia en ellas le ha permitido profundizar en otros aspectos de la sociedad y su desenvolvimiento, incluyendo eso que seductoramente ella llama "tolerancia sostenible".

Jamón and Halal: Lessons in Tolerance from Rural Andalucía,  su libro de ensayo más reciente, fue publicado por Amherst College Press en 2022. En su introducción, la autora hace referencia a diferentes capas de narrativas con las que lo fue estructurando.

El abrir con la narrativa familiar es muy efectivo, pues crea un acercamiento personal al proceso de investigación que lo apuntala y sin el cual probablemente el libro no existiría. Esta narrativa familiar tiene un punto de partida en tu bisabuelo, quien muy jovencito dejó La Alpujarra para pelear en la guerra hispano-cubana, y regresó luego a su pueblo natal para casarse y retornar a Cuba a residir. Tu familia de esa zona rural de Andalucía, específicamente del pueblo llamado Órgiva, viviría otra oleada migratoria a gran escala durante la Guerra Civil española, y finalmente, con la revolución cubana de 1959 tus padres se marchan de la Habana a Miami, donde nacerías tú, unos diez años más tarde. Pareciera que estabas predestinada a ser empática con el tema de los desplazamientos migratorios, ya sea por razones de economía, política, o ambos. ¿Estás de acuerdo conmigo en esto?

Más o menos… Estoy segura que las experiencias de mi familia —las múltiples migraciones por las que ha pasado— han contribuido a que intente siempre pensar en la perspectiva de los demás y cultivar la compasión por sus circunstancias. Pero además, a partir de los 18 años me pasé más de una década viajando y viviendo en el extranjero. Sentía una sed por explorar y conocer a gente en otras partes del mundo y tuve la suerte de poder hacer programas de estudio y sacar becas para la investigación en España, Argentina, Palestina/Israel, Egipto y Siria, entre otros países.

Ya en Miami, cuando transitaba entre distintos mundos culturales, y en particular al irme a una universidad en otro estado, había tenido la experiencia de sentirme fuera de lugar. Vivir en lugares aún más lejanos —geográfica y culturalmente— llevó al límite la experiencia de sentirme extraña y tener que aprender códigos de comunicación nuevos. El proceso de navegar entre distintos dialectos del castellano y de luchar por expresarme en árabe me ayudó a sentir empatía hacia cualquier persona que se encuentra fuera de su contexto habitual.

Pero quizás aún más que experimentar contextos nuevos, la autorreflexión es la clave para llegar a la empatía. Justo el otro día estaba pensando que, pensando de una manera maniqueísta, hay dos categorías de personas que han pasado por el desplazamiento: en un grupo están las personas que por alguna razón —quizás el temor a la ambigüedad o al rechazo por parte de otros— se aferran a las identidades nacionales, ya sea la identidad nacional del país que ellos o sus antepasados dejaron, o el país que los recibió, y por racismo, clasismo, o algún otro tipo de barrera no logran sentir empatía hacia los que el nacionalismo exclusivista rechaza. Y en el otro grupo están las personas que reflexionan y se fijan en cuánto se parecen los nacionalismos y las identidades que se construyen a través de la exclusión y llegan a ver a ese tipo de identidad con una perspectiva irónica, pero con empatía hacia los que sufren a consecuencia de esas identidades rígidas.

O sea, pasar por desplazamientos migratorios o vivir temporalmente en el extranjero, no necesariamente abre las puertas a la empatía, aunque sí lo facilita. El proceso de reflexionar, sin miedo a lo que uno pueda encontrar, es imprescindible. En mi caso, creo que haber sido muy tímida durante muchos años me dio oportunidades de sobra para observar y reflexionar.

Mientras crecías en Miami, ¿recuerdas haber sido consciente de conflictos entre la comunidad cubana que se iba abriendo paso, y otras comunidades que se resintieron con esta llegada, como los mismos anglos o los afroamericanos? ¿O este proceso pasó desapercibido ante tus ojos en aquel entonces?

Sí, recuerdo momentos de tensión y de rechazo. Uno de mis primeros recuerdos es de entrar en una tienda con mi madre, cuando yo tenía unos cuatro años, juzgando por lo alto que me lucía el mostrador. Mi madre le habló a la empleada angloamericana en inglés, pero la señorita le respondió con desdén: "I don't speak Spanish". En ese momento empecé a entender dos cosas: que aunque yo no me había dado cuenta, mi madre tenía un acento en inglés, y que alguna gente prefería —por pereza o por rencor— no hacer el esfuerzo por entender a alguien que sí se esforzaba por ser entendido.

También, cuando ya podía leer, de vez en cuando veía grafitis en la escuela o en el parque con frases como "Cubans go home!" ("¡Vuelvan a casa, cubanos!"). Pero lo que más me impactó fue oír del English Only Movement. En 1980 un grupo del condado de Dade (todavía no se había convertido en Miami-Dade) logró que su propuesta para una ordenanza anti-bilingüe llegara a las urnas. Cuando anunciaron que había pasado a ser ordenanza, mi madre no podía creer que la mayor parte de los ciudadanos del condado sintieran la necesidad de establecer al inglés como único idioma oficial. Se sentía rechazada. Eventualmente fue derogado en 1993, pero recuerdo claramente el estado de ánimo de mi madre cuando me anunció los resultados del voto.

Este libro debe haber sido una aventura lingüística apreciable, e indudablemente posible por tu dominio de lenguas diversas como el árabe, el español, y el inglés, lo que te permitió dialogar con tipos humanos diferentes, desde un sacerdote católico hasta un inmigrante marroquí, con lo cual podemos decir que la narrativa oral en estos casos te llegó de primera mano.  Pero, ¿qué te llevó en principio a estudiar el idioma y la literatura árabes?

El haberme criado en Miami entre el inglés y el español me provocó el interés en los idiomas y cómo se entrelazan con los códigos culturales. Y los cuentos de mi abuelo andaluz sobre los moros y La Alhambra de Granada —una visión bien romántica y orientalista del legado cultural árabe y magrebí— me llevaron al árabe. También tuvo un papel el elemento visual. En aquel entonces dibujaba y pintaba cuadros y me encantaban las formas de las letras del alfabeto árabe. Antes de entrar en la universidad ya sabía que quería estudiar árabe y había intentado aprender su alfabeto de la vieja Enciclopedia Britannica que teníamos en casa.

Órgiva, llamada también "the Little Manhattan of Andalucía", según encontraste en una cita de Sánchez Alonso, ha devenido un caleidoscopio de nacionalidades, culturas, religiones. Alrededor de un enclave rural fueron creciendo comunidades hippies, un centro sufí, una numerosa población de europeos convertidos al Islam, el Café Baraka con su comida halal, el variopinto mercado de los jueves, el centro de recepción de inmigrantes magrebíes menores de edad…También están esos maravillosos pasajes de tus primeras visitas al pueblo rodeado de olivos y naranjales siendo una jovencita, cuando era más frecuente encontrarse un rebaño de ovejas que una luz de semáforo, los conejos podían colgar de los árboles (antes de convertirse en la cena familiar) y podías chacharear con las mujeres mientras  hacían la cosecha de las almendras. Frente a esta riqueza vivencial de la que, según aclaras en tu libro, ya han surgido algunas narrativas televisadas, ¿no sentiste la tentación de convertir este material tú misma en una novela? ¿No sientes que hay una narradora agazapada en Jamón and Halal...?

¡Definitivamente! Por una parte, uno de los retos de escribir este libro fue encontrar el equilibrio apropiado entre elementos autobiográficos y análisis académico. Por otra parte, las lagunas en mi conocimiento acerca de los personajes que surgieron en los cuentos familiares a veces me llevan a rellenar esos huecos con mi imaginación. Hace años escribí un cuento —en árabe, para una clase— sobre mi bisabuela, Nieves en el libro. Trataba de entender por qué había vuelto a España con sus hijos pequeños, dejando a su esposo en La Habana, por qué estuvo años muda y al recuperar la voz le prometió a la Virgen solo vestirse de luto, para después pasar sus últimos años incapaz de hacer otra cosa que mecerse en un sillón. Además, están todas las vivencias surreales que surgen en Órgiva. A ver si tu pregunta me empuja a desarrollar más mis primeros intentos de narrar estas historias y vivencias.

En tu búsqueda de claves para entender la tolerancia en esta región del mundo de apenas 6.000 habitantes, has hurgado en fuentes varias. Nos llamas la atención sobre la tesis de Américo Castro de que fue precisamente durante la dominación musulmana en esta zona del mundo luego llamada España, particularmente durante el califato de Córdoba, que cristianos, judíos y árabes experimentaron eso que se dio en llamar "convivencia", concepto que desarrollaría luego este intelectual que vivió gran parte de su vida en el exilio. Hay otros conceptos que para nosotros, lectores para quienes el inglés no es la primera lengua, son más difíciles de asimilar, y pienso ahora en la diferenciación entre tolerance y toleration. ¿Cómo pueden entenderse a la luz de tu investigación estos dos conceptos?

Debo de comenzar por explicar que toleration es un término que solamente se usa dentro de ciertos campos académicos, como son la sociología y las ciencias políticas. Se usa para denominar un conjunto de prácticas en los ámbitos sociales y políticos que crean la tolerancia; más específicamente, es permitir o aceptar una acción, idea o persona que a uno no le gusta o con la que no está de acuerdo. Para mí, es una manera de señalar el mecanismo específico que da lugar a la tolerancia. Pero lo que trato de enfatizar en el libro es que para crear una tolerancia sostenible —o sea, una que causa el menor daño posible y así perdura— hay que reconocer el valor humano de cada uno de los que participan en esa dinámica de aceptar lo no deseado y hay que admitir el papel del poder en esa dinámica.

Sé que has visitado Cuba al menos una vez. ¿Has concebido algún proyecto que te acerque a este aspecto importante de tu idiosincrasia?

Llevo años trabajando en un estudio literario y cultural sobre Cuba y el mundo árabe. El punto de partida fue mi interés en la peculiaridad de Ceuta y Melilla, los enclaves españoles en el Norte de África, y la particularidad de la relación entre Cuba y Ceuta, ya que las autoridades coloniales enviaban a los cubanos que detenían por promover la independencia de Cuba a cumplir sus condenas en el presidio de Ceuta. En parte por lo desalentador que fue no encontrar cierto material de archivo que buscaba (las cartas que escribió Juan Gualberto Gómez desde Ceuta), decidí darle prioridad al proyecto sobre la Alpujarra. Pero he seguido definiendo y desarrollando el estudio sobre Cuba y en cuanto termine con mi proyecto principal ahora —el de traducir Jamón and Halal al español— volveré a retomar el trabajo sobre Cuba y el mundo árabe. El eje central del trabajo es el papel del legado de al-Ándalus, el orientalismo y el eurocentrismo en las letras y la política cultural cubanas desde el siglo XIX hasta nuestros días.

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2 comentarios

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Profile picture for user Proscopito Arrechabaleta

Esta señora se ha pasado toda su vida de vacaciones pagadas alrededor del mundo sin producir ni un dollar. Bravo por ella.

Profile picture for user Amadeus

Periscopio__ „esta señora“ es una de las grandes poetas cubanas de todos los tiempos. Cada cual a lo suyo. Usted siga barriendo en el parque.