El estatal Consejo de Patrimonio Cultural de Cuba, perteneciente al Ministerio de Cultura, otorgó al controvertido Centro Fidel Castro Ruz el Premio Nacional de Restauración de Monumentos, reportó la agencia oficialista Prensa Latina (PL).
Según el acta del jurado, la distinción celebra "la calidad integral de la intervención realizada en el inmueble, que se muestra hoy en todo su esplendor, a partir del proyecto y la calidad de la ejecución". Dicho documento también mencionó "el alto nivel de creatividad y la incorporación de elementos contemporáneos en las áreas de su entorno, dejando clara evidencia de la relación entre lo nuevo y lo viejo".
La obra fue desarrollada por la empresa Restaura de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Esta se ha especializado en proyectos de arquitectura y urbanismo con un alto impacto en la preservación del patrimonio.
Fundado oficialmente el 25 de noviembre de 2021, el centro, que ha recibido numerosas críticas de opositores, exiliados y otros ciudadanos cubanos, se erigió en una mansión de valor patrimonial del siglo XIX que perteneció a la familia Hidalgo de Conil. Prensa Latina dijo que este sitio tiene "múltiples espacios para contribuir al estudio y difusión del pensamiento y la obra de Fidel Castro, con el respaldo de las más novedosas tecnologías de la información y las comunicaciones".
Posee "nueve salas expositivas que ostentan modernas concepciones museográficas a base de realidad virtual y aumentada, códigos QR, sensores de movimiento, pantallas táctiles y soportes audiovisuales, entre otras". También cuenta con una biblioteca convencional y otra digital con servicio especializado para personas débiles visuales, un anfiteatro llamado Turquino, y una imprenta.
La apertura de este centro estaba planificada para 2019, pero los retrasos constructivos y las condiciones que impuso la pandemia ralentizaron la terminación de este millonario proyecto. Mientras miles de cubanos morían de Covid-19, muchos sin asistencia médica debido al colapso del sistema de Salud Pública, el régimen gastó millones de dólares en la edificación de este centro, y no en la compra de medicamentos y equipamiento para socorrer a los ciudadanos golpeados por la pandemia.
Aún peor, Raúl Castro ordenó utilizar un crédito concedido por Arabia Saudita para construir viviendas, en la edificación del museo dedicado a su hermano. Así lo informó a la periodista independiente Luz Escobar una fuente anónima de la Oficina del Historiador de La Habana.
Según la disposición de 2016 de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Decreto Presidencial de 2018 que instituyó el centro, este se dedica a la "promoción y el desarrollo del trabajo de extensión, encuentros y concursos". Acoge "eventos académicos, docencia y proyectos de investigación" y la "edición y producción de libros y otras publicaciones". Además, se encarga de la "articulación de relaciones de trabajo con otras instituciones nacionales e internacionales vinculadas con la figura de Fidel Castro".
Asimismo, entre sus objetivos está contribuir "al enfrentamiento de las campañas enemigas" que el régimen cubano considere "dirigidas a tergiversar la vida, obra y figura" del difunto dictador. Raúl Castro había calificado la realización de la institución como una "ardua labor de suma importancia".
El régimen necesita mantener el culto a Nosferatu, que es el comodían que le queda como "el limón es la base de todo". Ya nadie se acuerda del vampiro convertido en piedra.