El estatal Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) desmintió al cineasta Lester Hamlet, quien denunció haber sido víctima de un "destierro" de cinco años "por no haber regresado a la Isla en tiempo".
De acuerdo con una nota del medio oficial Cubacine, de ese instituto, que cita a Tania Delgado, vicepresidenta del ICAIC y su responsable de las relaciones internacionales, "es como mínimo doloroso que un cineasta con la trayectoria de Lester Hamlet responsabilice al ICAIC de forzarlo a tomar la decisión de permanecer fuera de Cuba, cuando esta es estrictamente personal".
De acuerdo con la funcionaria, es cierto que el Departamento de Protocolo de la institución contactó a Hamlet, "pero no exactamente por su tiempo de viaje, sino porque viajó con pasaporte oficial solicitado al ICAIC. El uso del pasaporte oficial es autorizado para las misiones en el exterior que las instituciones asumen como propias. Este documento, a diferencia del pasaporte corriente, solo es válido dentro de las fechas para las cuales se solicita. A su regreso a Cuba, el portador debe entregar el pasaporte oficial a la institución, en tanto no es un documento personal", explicó.
Pese a asegurar antes que el motivo para contactar al cineasta no era "por su tiempo de viaje", Delgado detalló que "al haber transcurrido más de un mes de la fecha prevista para el regreso de Lester al país, el jefe del área de Protocolo del ICAIC, obligado a interesarse por el pasaporte oficial, lo contactó por escrito utilizando la mensajería de WhatsApp para saber si ya estaba en nuestro país y solicitarle la devolución del pasaporte oficial".
La funcionaria indicó que Hamlet había viajado a México para participar en el Proyecto Comunitario La isla residencia, en el Estado de Quintana Roo, donde se exhibiría un ciclo con sus películas y en el que impartiría un taller de guion.
Sobre la presunta sanción de cinco años sin volver a Cuba que dio inicio a la polémica, Delgado dijo que fue Lester Hamlet quien comunicó al funcionario con el que hizo contacto que su decisión era no volver al país, y que además "preguntó si era cierto que, por su decisión de no retorno, podría estar sometido a una sanción de limitación de entrada al país".
"En ningún momento esta fue una idea enunciada por el funcionario del ICAIC, ni el motivo de la conversación fue informarle de sanción alguna", aseguró. "El ICAIC no está facultado para tomar una medida de esta naturaleza. Tal como lo expusieron en sus cuentas de Twitter el ministro de Cultura y el presidente del ICAIC, puede regresar al país cuando desee", subrayó.
El régimen cubano expide pasaportes oficiales a las delegaciones e individuos que viajan al extranjero autorizados por organizaciones oficiales o por instituciones estatales. Decidir no regresar al país una vez en el extranjero y usando ese documento de viaje suele ser considerado una violación grave.
Si bien es el Ministerio del Interior (MININT) quien utiliza como medida punitiva contra cientos de cubanos, sobre todo médicos, deportistas y artistas que aprovechan los viajes en "misiones" oficiales para iniciar una nueva vida en el extranjero, numerosos artistas cubanos contestatarios son víctimas de esa clase de castigo con el visto bueno de las instituciones que dicen representarlos.
El nuevo Código Penal mantiene como delito el "abandono de funciones en el exterior", y contempla para ello sanciones de hasta ocho años de privación de libertad.
Con pasaporte oficial viaja cualquiera en Cuba, solo necesita que el centro de trabajo (que en su vasta mayoría en Cuba son estatales) lo envíe a otro país. El meollo de todo este lío de Lester Hamlet es que el régimen decide quién, cómo y hasta cuándo viaja un cubano, y además para colmo, si puede o no regresar, como les pasó a dos opositoras recientemente.
Sólo en Cuba existe esa bobería de los „pasaportes oficiales“.