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obituario

Muere el crítico literario cubano Enrique Saínz

El ensayista, investigador, editor y miembro de la Academia Cubana de la Lengua tenía 80 años y se mantenía activo.

La Habana
El intelectual cubano Enrique Saínz de la Torriente.
El intelectual cubano Enrique Saínz de la Torriente. rialta

El ensayista, crítico literario e investigador cubano Enrique Saínz de la Torriente, murió este domingo, en La Habana, a los 80 años, publicó el diario oficial Granma en una escueta nota en la que citó a la oficialista Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

La UNEAC lamentó el deceso del escritor, miembro de la organización, en un tuit en el que lo catalogó como "crítico literario por excelencia" y envió sus condolencias a familiares y amigos.

"Saínz, editor y académico de número de la Academia Cubana de la Lengua, deja un vacío difícil de llenar cuando se hable de estudiosos de la lírica cubana. Su firma prologó textos de grandes poetas, entre ellos la poesía de Fina García Marruz y de Cintio Vitier", señaló el breve comunicado de Granma.

Saínz de la Torriente nació en Isla de Pinos en 1941 y a fines de 1959 se radicó definitivamente en la capital, donde se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras. En 1966 obtuvo el título de Licenciado en Lenguas y Literaturas Clásicas en la Universidad de La Habana, de acuerdo con la enciclopedia oficialista Ecured

Desde 1967 laboró como investigador literario en el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, donde fue jefe de departamento, miembro del consejo científico y del consejo de redacción.

El intelectual tuvo a su cargo la redacción (como coautor) y la supervisión técnica del Diccionario de la literatura cubana entre 1980 y 1984, así como la revisión estilística del Perfil histórico de las letras cubanas desde sus orígenes hasta 1898. Como coautor de este último texto obtuvo el Premio Mirta Aguirre de Crítica Literaria en 1984. 

Sus obras han sido publicadas, entre otras instituciones oficiales, por el Centro de Estudios Martianos, la revista Revolución y Cultura, Casa de las Américas, la Universidad de La Habana y la Universidad de Oriente, de Santiago de Cuba.

Fue prologuista y recopilador de volúmenes de Jorge Manrique, San Juan de la Cruz y Eliseo Diego, entre otros autores. Es el creador de antologías de poemas de R. M. Rilke y Francisco de Quevedo, así como de la Introducción a la conciencia de Zeno, de Italo Svevo.

Realizó funciones como vicepresidente de la Asociación Internacional de Crítica Literaria y como miembro de los consejos científicos de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Saínz ocupó el Sillón J como miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua desde el mes de septiembre de 1995. En el momento de su fallecimiento ocupaba el cargo de bibliotecario dentro de la junta directiva de la institución y colaboraba asiduamente con el portal oficial Cubaliteraria.

Premio de ensayo Alejo Carpentier de 2001, el escritor cubano dejó entre sus libros publicados Silvestre de Balboa y la literatura cubana (ensayo, 1982); La literatura cubana de 1700 a 1790 (ensayo, 1983); Trayectoria poética y crítica de Regino Botti (ensayo, 1987), La poesía de Virgilio Piñera (ensayo de aproximación, 2001); Diálogos con la poesía, 2003; Las palabras en el bosque, 2008, y Las palabras precisas, Ediciones Unión (ensayo, 2014).

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3 comentarios

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Da pena que este diario con diligencia, revisen los obituarios si no es verdad, mencionen de aquella cara oscura sus tristes sátrapas que tanto han ayudado a soportar ese desgobierno. Por poner un ejemplo de esas ausencias inmerecidas por su peso intelectual es el caso del dramaturgo y ensayista Matías Montes Huidobro fallecido recientemente.

Ah, los intelectuales "orgánicos" García Marruz y su marido Cintio Vitier. Catolicones y "martianos," lo que no les impidió firmar la infame carta pública del 2003 apoyando y "justificando" la Primavera Negra de entonces y las ejecuciones sumarias de tres pobre hombres (de color) por el "crimen" de intentar fugarse de la isla maldita. Cierto que otros hicieron lo mismo, pero no todos tenían tales pretensiones.

A Enrique le detectan úlceras sangrantes en el estómago, que le produjeron complicaciones renales y muy baja hemoglobina. Murió ayer domingo en el hospital Calixto García. La mentira de potencia médica tiene aquí un triste ejemplo. Un médico amigo me asegura que un buen tratamiento hubiera evitado las complicaciones. Un fuerte abrazo a su hijo Edel, a María del Carmen. Respecto al estalinista Diccionario de la Literatura Cubana, 1a versión. Los censores fueron Portuondo y M. Aguirre. Enrique era un empleado... Descanse en paz mi tan querido amigo, al que tantos golpes le dio la vida.