El actor cubano Lieter Ledesma, conocido por su actuación en programas como La sombrilla amarilla, A Puro corazón, Mucho ruido y Como me lo contaron... ahí va, tuvo que andar un largo camino hasta poder reencontrase con su familia. "Mi hija Paola y mi esposa Laura llegaron hace poco más de un mes después de seis años de proceso migratorio. Seis años en los que estuve muy presente, tuve la oportunidad de ir 37 veces a Cuba, cosa que no aprueban ciertos sectores, pero fue fundamental para participar en la infancia de mi hija y seguir con nuestro plan de vida", dice Ledesma en entrevista con DIARIO DE CUBA.
"Las fui a buscar a Panamá porque tuvimos que hacer todo el proceso migratorio en la embajada de EEUU en Guyana, no quería que pasaran por eso solas. Yo les dije que cuando se abrieran las puertas del avión en otro país, fuera cual fuera, ahí iba a estar yo", continúa.
El actor tuvo que hacer diversos trabajos para abrirse paso en Miami, ciudad en la que, opina, "hay que pagar un derecho a piso. No se ve bien que llegues y no pases trabajo. Yo, en lo personal, no lo comparto, pero aun así corrí con suerte. Al tercer día de haber llegado, ya estaba trabajando en la construcción. Tuve la oportunidad de dar clases de actuación y lenguaje corporal a bailarinas. Después estuve trabajando como camionero, limpié, fregué, cargué sillas, pero siempre me mantuve de maestro y eso enriquece el alma. En el carro tenía la ropa de maestro. Venía de la construcción, me daba un lavadito de gato en un baño y entraba fresco a las clases", cuenta Ledesma, quien pudo entrar a la Mega TV a los siete meses de llegar a Miami.
Actualmente Ledesma trabaja en Diario Las Américas como presentador de noticias y está a la espera del estreno de su serie documental Testamento, que narra la historia de diez personas que participaron en la invasión de Girón en Cuba.
"Este año se están cumpliendo 60 años de la invasión de Bahía de Cochinos y nosotros crecimos con la información de un solo lado, donde todas esas personas fueron marcadas con un epíteto de mercenarios. Estos llamados mercenarios tienen rostro y una historia. El documental cuenta por qué se fueron de Cuba y qué los llamó a alistarse para volver a la Isla para pelear. También cuenta qué ha pasado con sus vidas después de haber pasado más de dos años de prisión en Cuba".
Aunque Ledesma dice seguir poco la televisión cubana, confiesa que le "gustaría trabajar en Cuba si me dan la oportunidad, algún proyecto en el cine, la televisión. Si tengo tiempo no lo descartaría. Tengo el mayor respeto por los directos y artistas en Cuba".
Sobre el 11J, Ledesma cuenta que lo vivió trabajando. "Estábamos a la expectativa de lo que iba a suceder. Yo creo que es una ingenuidad política esperar que pasara algo. El éxito del 11J fue lo espontáneo del evento y que tomó por sorpresa a las autoridades. Estás pagando una ingenuidad si dices 'voy a hacer esto', en un sistema que en 60 años no ha dejado hacer nada. Ellos, como siempre, han anulado todo lo que se vaya a gestar, y guerra avisada no mata a soldado".
Para Ledesma la principal diferencia entre trabajar en la televisión en Miami o hacerlo en la Isla es que "el equipo en Cuba es mas dócil. Aquí el rating marca mucho las producciones, en Cuba no (...). Rating no es lo mismo que audiencia. A tí te puede estar viendo mucha gente, pero si la gente que te está viendo no tiene la cajita, es como si no te viera nadie, y eso condiciona el trabajo. Muchos proyectos caen en una especie de desesperación, no se asientan. Es un rodillo muy duro, pero no deja de ser un reto. La diferencia es que el rating provoca un estado psíquico de incertidumbre e inseguridad muy grande".
Ledesma concluye enviando un mensaje de esperanza para el nuevo año, que ya está a la vuelta de la esquina. "Muchos han perdido familiares y amigos por esta pandemia. Espero que el 2022 sea un tiempo de sanación, un año lleno de amor y éxitos".
Para ir pa'lante primero hay que mirar pa'lante.
Este es bobo o se hace el comemierda. Mira que huir del lobo y querer entrar en la cueva le ronca la pinga lo que hay que oír
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