La actriz cubana Dianelys Brito, Ana en la obra de teatro Los vecinos de arriba, pudo haber sido violinista si su pasión por la actuación no la hubiera hecho cambiar de rumbo. Ahora ha vuelto a coincidir con Alexis Valdés en la obra que el humorista codirige con el actor Mijail Mulkay.
De este nuevo proyecto y de sus inicios en el mundo de la actuación habla Brito en esta entrevista con DIARIO DE CUBA.
Los vecinos de arriba, escrita por el guionista español Cesc Gay, está teniendo gran acogida por el público de Miami que ha llenado el Teatro Trial de Florida en las dos últimas funciones. La obra recoge la historia entremezclada de dos parejas muy diferentes que viven en el mismo edificio. Los vecinos de arriba, interpretados por Claudia Valdés y Alejandro Dávalos, viven su sexualidad al límite, mientras lo de abajo, Dianelys Brito y Mijail Mulkay, han caído en una rutina peligrosa para su matrimonio.
Según Brito, la buena vibra desprendida en los escenarios también se respira detrás de bastidores. "Siempre la pasamos muy bien. Yo estoy feliz de trabajar con Alexis por primera vez como director. Trabajamos juntos hace muchos años en una serie, pero no coincidimos compartiendo escena", dice la actriz y asegura que Alexis Valdés es una persona exquisita para dirigir. "Una vez le dije que es un látigo delante del público, pero en el mejor sentido. Él es un profesional que está arriba del detalle".
El equipo ha creado una tradición antes de salir al escenario, que el cartel de Sold Out en el teatro demuestra que funciona. "Nos tomamos de las manos todos, brincamos y gritamos para poner esa energía bien arriba antes de salir al escenario, con todas las ganas que uno ya trae, pero que la unión magnífica".
Brito, popular por sus papeles en televisión, reconoce que "los nervios" que le provoca el teatro no son los de la televisión.
"No puedo comer antes de hacer la obra, me da un salto en el estómago hasta que salgo y empieza todo aquello que es una maravilla. Me encanta el contacto con el público, que te estén respondiendo en el acto, que no tengas que esperar por las risas. A veces no esperas su reacción, el teatro cada vez es una función diferente. Todo depende del público que esté".
Aunque Brito es la primera actriz de su familia, dice estar segura que la vena histriónica le viene de sus allegados. "Mi mamá es tremendo personaje. A ella le hubiera gustado estudiar actuación, pero nunca tuvo la posibilidad de hacerlo. Eran otras épocas."
La actriz se inició en el mundo artístico estudiando violín en Pinar del Río, su provincia natal. "En décimo grado decidí que quería estudiar actuación, y así pasó", cuenta Brito.
El peor miedo de la actriz, cuando sube al escenario y se mete en la piel de Ana, de Los Vecinos de Arriba, es quedarse en blanco. Su frase favorita de la obra es: "Nadie tiene el derecho de amargarle la vida a nadie".
