Waldo Balart: 'Que nos dejen expresar lo que queremos, esa es la revolución que pide Cuba'

El pintor cubano Waldo Balart no se acuerda del primer cuadro que vendió, lógico después de tantos años de carrera y colores extasiantes. Balart, como su obra, es dinámico y alegre hasta la médula a sus 90 años. "Soy un privilegiado de poder vivir de lo que hago. Pintar me he mantenido vivo y ágil mentalmente. Con la edad, he tenido que renunciar a muchas cosas que me daban satisfacción, menos mal que pintar no es una de ellas", dice el artista en entrevista con DIARIO DE CUBA.

El pincel y la realidad van de la mano, y sobre el momento actual de Cuba tras las protestas del 11 de julio, Balart opina que, "por desgracia, se ha tardado mucho en poder llegar a esto. Ha tenido que ser a partir de una desesperación y eso es terrible, tener que llegar al límite de la tristeza. Todos los manifestantes se han arriesgado a estar presos o morir. Es la imagen de la desesperación".

El pintor confiesa que no tiene muchas esperanzas en el mundo, pero "tenemos que poder luchar y lo que vemos en Cuba es que la gente no puede luchar", dice.

"Que nos dejen expresar lo que queremos, esa es la revolución que pide Cuba, que nos dejen decir y luchar y no nos impongan lo que ellos quieran".

Balart defiende que "como pintor se puede influir en la realidad de la Cuba actual y en la vida entera. En momentos tan trágicos como los actuales, el arte es muy importante.  Me viene a la mente Tania Bruguera, con un reconocimiento tan grande y sigue en Cuba", entrando y saliendo de la cárcel, pero siempre luchando.

"El artista tiene una sensibilidad que lo lleva a tratar de proyectar una realidad más llevadera, tampoco es ideal nada en la vida, pero sí con más colores. Por ejemplo, yo expreso mi alegría interior, si tienes alegría es porque el ambiente es positivo, y si no es positivo tienes que cambiarlo", dice Balart, quien acaba de exponer en el Museo Francisco Sobrino, de Guadalajara, España. 

La juventud es un soplo de aire fresco para el pintor, quien a sus 90 años dice que no ve diferencias entre los artistas jóvenes y los de su generación. "Es una sorpresa fabulosa cada vez que llega un chaval nuevo.  Me encanta como ven la vida, la búsqueda. Los encuentro divinos", dice el pintor, quien no cree en los años sino en el arte.

A Balart le gusta pensar que con su obra está haciendo algo en el mundo, "pero sin verdades". Luchando siempre por algo que tu creas que merece la pena, y que te dejen ser y que la gente pueda vivir. ¡Es tan bonito vivir!"

A las nuevas generaciones de artistas el pintor les aconseja que "se obsesionen con su obra, que vayan más allá de lo posible y que vean en su obra la conexión entre ellos y lo que quieren. No hay que dirigir una idea, sino dejar que la idea se genere.  El espectador debe sentir algo por él mismo, no lo que yo quiero que sienta. El arte no es dogma".

Balart, quien ha llevado su obra a Washington, Holanda, París, Madrid, ha vivido la vida de forma intensa, y de la misma forma espera irse. "Me gustaría desaparecer de forma fugaz, no de poquito en poquito", dice el pintor de la alegría.