Tras las recientes controversias entre varios artistas cubanos y las instituciones culturales del país, el mandatario Miguel Díaz-Canel afirmó que "arremeten contra la cultura porque es la esencia misma de la Revolución", durante un encuentro con intelectuales y artistas.
El gobernante cubano dijo que la intelectualidad se encuentra unida y agregó que "el propósito de las plataformas colonizadoras es destruir la identidad (cubana), con la aspiración de llegar a dominar" el país, indicó un reporte publicado por la Presidencia de Cuba.
Entre los participantes del encuentro estuvo el primer ministro Manuel Marrero y el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, quien recientemente causó polémica por agredir al periodista de DIARIO DE CUBA Mauricio Mendoza.
Pese a los sucesos de los últimos meses, marcados por las dos protestas protagonizadas por artistas frente al Ministerio de Cultura, los presentes en la reunión celebraron el "acompañamiento de los creadores e intelectuales a las instituciones culturales del país" y reafirmaron su defensa de la política cultural del régimen.
Los participantes del encuentro condenaron lo que calificaron como "linchamiento mediático hacia quienes defienden la Revolución en redes sociales y espacios públicos", aunque no se refirieron a las campañas de difamación contra artistas cubanos en el noticiero televisivo.
Díaz-Canel resaltó la presunta "unidad de la intelectualidad cubana" y rechazó "los intentos por mostrarla fragmentada". Además, dijo que hay que "visibilizar el diálogo que cada día se hace desde las instituciones".
Las autoridades cubanas han insistido en negar la posibilidad de dialogar a los artistas críticos con el régimen, en cambio, organizan encuentros con creadores afines al Gobierno, los que muestra en la prensa oficial como ejemplos de "diálogo".
Mientras, los medios oficialistas desarrollan una campaña de descrédito contras los miembros del grupo 27N y del Movimiento San Isidro, quienes son acusados por el régimen de ser "mercenarios pagados por Estados Unidos" e intentar desestabilizar el país.
El problema de la oligarquía castrista es su carácter fascistoide. Ellos se atribuyen la voz y la opinión del pueblo, de la Revolución, de la Cultura, de la Identidad. Controla y dictan todo, la economía, la cultura, toda la sociedad bajo la persona de "nosotros", que son ellos.