El escritor cubano Leonardo Padura y el nicaragüense Sergio Ramírez, fueron elegidos por la Academia Mexicana de la Lengua (AML) como "miembros correspondientes suyos en las ciudades de La Habana y Managua, respectivamente", informó este lunes la institución en un comunicado.
La AML consideró importante a Padura en las letras hispanoamericanas, como autor de novelas policiacas que, a su juicio, "han convertido el género en arte mayor", como la tetralogía Pasado perfecto, Vientos de cuaresma, Máscaras y Paisaje de otoño. También mencionó obras que "demandan una exhaustiva indagación", como El hombre que amaba a los perros, en la que da cuenta de la estancia y muerte de León Trotsky en México.
"Cronista, periodista, amante del béisbol y de la música, la trayectoria de Padura se ha visto coronada, hasta el momento y entre otros galardones, con el Premio Princesa de Asturias", apuntó la AML.
La AML afirmó que la labor narrativa de Sergio Ramírez, "lo ha hecho uno de los autores imprescindibles de la literatura en nuestra lengua. Sus libros de cuentos De tropeles y tropelías y Charles Atlas también muere lo perfilaron como un destacado cuentista, y su novela Margarita, está linda la mar lo consagró como artífice de la palabra, labor por la que ha sido reconocido con el Premio Cervantes, el Premio de Novela Alfaguara y la beca Guggenheim, entre otros".
La junta académica destacó que el escritor nicaragüense tiene una "distinguida carrera como narrador y periodista. Su congruencia y experiencia política lo han llevado a ejercer altos cargos en la administración de su país natal".
Ambos fueron propuestos por los académicos numerarios Jaime Labastida, Vicente Quirarte y Jorge Ruiz Dueñas.
La corresponsalía de Leonardo Padura será en La Habana, Cuba, y la de Sergio Ramírez en Managua, Nicaragua, señaló la AML.
Daría lo que no tengo por oír una discusión de Sergio Ramírez con Padura sobre el régimen cubano. En tiempos del sandinismo, Ramírez no soportaba a Fidel Castro.
Wátchala, güey. Padura, ¡en la Academia Mexicana de la Lengua! Padrísimo. Y nada menos que como su corresponsal en La Habana, algo parecido a un reportero del 'Excelsior'. Órale. El escritor canófilo, que también ama los aguacates (tal vez su mayor identificación con el México lindo y aguacatero), podrá exhibir todos los méritos y lauros literarios que se quiera, pero no se caracteriza por ser dueño y señor, no ya de una prosa brillante, sino simplemente correcta. En realidad, sus textos están plagados de tantas faltas morfosintácticas y léxico-semánticas que harían las delicias de aquellos cazadores de gazapos de las revistas de antaño. De tocho morocho ese muestrario de incorrecciones y chapucerías de redacción y estilo, ese guacamole de solecismos e impropiedades (usar una palabra con el significado de otra) que impacta, güey. Sin perjuicio de sus méritos como narrador, que no es el tema aquí y ahora, Padura no me parece que pueda contribuir mucho al buen uso del español. ¡Híjole!