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gastronomía

'La cocina cotidiana de Vero', una invitación a probar los sabores del mundo desde casa

DIARIO DE CUBA emprende el viaje culinario que propone la cubana Verónica Cervera con su segundo libro.

Miami
Verónica Cervera y su nuevo libro.
Verónica Cervera y su nuevo libro. ddc

Adentrarse en las páginas de La cocina cotidiana de Vero, el segundo libro de la cubana Verónica Cervera publicado por la editorial Oberon, es una invitación a viajar, a expandir los horizontes culinarios, sin demasiadas complicaciones.

Esta bloguera, radicada en Miami desde 1994, ha logrado hacer muy atractiva su última propuesta. En ella encontramos desde una concepción de menús para aprovechar una receta o un producto en varios platos, los utensilios imprescindibles que hacen la magia en su cocina, hasta una equivalencia de términos para acercarse a cualquier público.

En conversación con DIARIO DE CUBA, la autora de La cocina cubana de Vero (Oberón, 2015) nos acerca a su nuevo texto, que tiene intenciones de ganarse espacio en un nicho muy competitivo.

Muchas lecturas han llevado a la autora hasta su nuevo libro: "Me debato siempre entre si leer una novela o ponerme a leer un nuevo libro de cocina; a estudiar un poco o ver una serie de cocina de estas maravillosas que se están haciendo. Siempre con esas ansias de probar algo nuevo, experimentar una técnica nueva".

"Desde los inicios del blog yo no solo quería hacer recetas cubanas, quería hacer recetas de otras partes", explica.

"Mucha gente se queda en la comida de su país, en mi familia, mi mamá rara vez se come algo que no sea cubano, a lo mejor una pasta, una pizza, o algo así, pero les es difícil salirse de eso. A lo mejor van a un restaurante especializado, pero en casa no mucha gente se atreve a hacer otras cosas que no sea esa comida a la que estamos acostumbrados de toda la vida", reflexiona.

"Uno viene de Cuba con tanto desconocimiento…, y tiende a quedarse con esa comida que te recuerda el sabor de la infancia", entiende.

"Nosotros no conocíamos mucho porque no había nada. Siempre pongo el ejemplo del libro de Nitza Villapol del año 56. Ahí empecé a ver un montón de ingredientes y de recetas que me llevó años descubrir. Vi ese libro por el año 2012", recuerda.

Cervera llegó a EEUU en 1994 y desde entonces reside en Miami, pero por su trabajo en una editorial ha viajado en numerosas ocasiones. En 2016 la cadena NBC la señaló como una de las blogueras latinas a seguir y un año después fue finalista entre los Top Food Creator de los Tecla Awards de Hispanicize.

"Ya había descubierto por mí misma un montón de cosas (en 2012), pero yo decía, piñones (es el ejemplo que siempre me viene a la cabeza), y cuando probé el pesto la primera vez no me gustó, pero ahora es de lo que más me gusta y hago pesto hasta de culantro", confiesa.

La influencia cubana, por supuesto, siempre halla espacio en la sazón de Verónica Cervera.

"Voy mezclando las cosas que voy conociendo con los sabores nuestros, la verdad es que siempre estoy inventando", apunta Cervera.

Su nuevo libro tiene de esta mezcla y también de su vida diaria.

"Trabajo casi siempre más horas de las que me tocan, tengo que viajar mucho y el fin de semana trato de adelantar cosas que puedo ir usando durante la semana, como por ejemplo desalar un bacalao, separarlo para hacer diferentes platos", explica sobre sus rutinas.

Sobre el mercado de los libros de comida internacional, Cervera tiene claro que es un terreno muy fértil donde la competencia es complicada, por eso buscó la manera de abarcar espacios no muy explorados.

"Yo quería hacer un libro de comida internacional, era mi sueño. En el blog he tratado de diversificar y transmitir las experiencias de mis viajes, de mis lecturas y programas. Es muy difícil vender un libro de comida internacional porque hay muchas propuestas de celebrities, de chefs (…) la comida también se ha globalizado, se ha ido diversificando, extendiendo", señala.

Por eso, "tenía que ser algo novedoso, algo que ayudara a la gente a comer variado y sabroso, y se me ocurrió esta idea, que es lo que hago en casa todo el tiempo, ir cocinando cositas para ir utilizando en diferentes recetas. Lo que sí no me gusta es cocinar un caldero de lentejas, por ejemplo, y estar comiéndolas tres días seguidos", se ríe.

"La idea era usar ingredientes que los tienes en casa o recetas que las tienes cocinadas y puedes emplear en diferentes platos y comer diferente".

Cervera aboga por "la comida casera, que es más sana, más barata y más sabrosa". Es de las cocineras que evita contar las calorías en un plato, aunque siempre tiene en cuenta porciones equilibradas y técnicas de cocción más saludables.

"Un plato que te parece puede ser supersofisticado y te lleva a la gloria en un restaurante puede ser nada complicado hacerlo en casa". Y así lo prueba este libro de Verónica Cervera.

Interacción cultural

"Aquí en Miami convivimos personas de diferentes culturas y no es Nueva York, pero hay restaurantes de comida de todas partes y uno va interactuando con todas esas culturas y con todas esas comidas, en definitiva, aprendiendo un montón", cuenta esta autora cuyas recetas han sido publicadas en Baby Center en español, Telemundo 51, entre otros.

Cervera cita a Perú, donde ha estado y de cuya gastronomía ha quedado fascinada.

"Hay mucho de fusión, y esa fusión me maravilla. Tiene mucho de comida china, de comida japonesa y también de la comida autóctona que han sabido conservar bastante, como es el caso mexicano, donde la riqueza de la gastronomía es enorme", añade.

Al hablar de Japón se nota un cariño profundo: "He ido como seis veces, un año sí y otro no".

"Desde la primera vez que fui quedé fascinada con la cultura y la comida. Poder probarla como se hace en los hogares es una experiencia grandiosa", asegura.

"Todo lo pregunto y también pruebo todo lo que me encuentro, me fascina desde el respeto por el espacio ajeno, a lo que los cubanos no estamos acostumbrados, hasta un templo enorme donde te puedes perder, enajenarte del mundo", relata.

Según Cervera, "con el ramen los japoneses dejaron a los chinos atrás. Ellos suelen adaptar para mejorar muchos platos e ingredientes importados".

En su libro, incluye varios platos de ese país poco conocidos fuera de Asia, pero muy sencillos.

"Lo que traté fue de recoger comidas japonesas que son facilísimas de hacer, que no te las encuentras en los restaurantes de occidente, como el tonkatsu y el soboro, y que sí suelen comer a diario y es muy barata".

"No soy muy purista. Hay recetas originales, pero otras no", defiende. "Me encanta armarme de fusiones y sustituir ingredientes". Así ocurre en La cocina cotidiana de Vero, lo cual le da un valor agregado porque ofrece alternativas igual de sabrosas, algunas incluso más saludables.

"Me sorprendió que al final salieron bastantes platos vegetarianos. Hay opciones para todos", asintió.

La cocina cotidiana... es, en resumen, y según las propias palabras de su autora, "una invitación a viajar desde casa con platos variados, aprovechando los ingredientes que tienes a mano, una invitación a probar los sabores del mundo desde tu propia cocina". 

A pesar de la competencia, Verónica Cervera considera que es un libro que puede llegar a más público que su anterior propuesta de cocina cubana: "Ojalá llegara a personas que les encanta cocinar, pero que tienen miedo a atreverse con platos de otras partes", concluye.

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5 comentarios

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Pero estamos resucitando a NITZA VILLAPOL? la gran cocina cubana de los Castros?.... Este librito es para los cubanos exiliados. Verdad?

Profile picture for user Amadeus

Anna J. Faya___Es cierto, pero no había dada la época, esa tendencia actual de cocinas internacionales, donde ya aburren los programas televisivos de tanto cocineros e inventos. No dudo que la cocina cubana hubiese evolucionado en 60 años con las condiciones necesarias.

Como bien usted dice el helado en Cuba era un monopolio chino que aprovecharon todas las frutas cubanas para hacer helados y crearon un producto nacional antes que el Copelia. En el Polinesio en el hotel Hilton se comía el mejor pollo a la brasa de Cuba y el arrozfrito más auténtico y así una serie de reataurantes. Todo se perdió y no ha quedado nada.

Profile picture for user Ana J. Faya

Es cierto. La cocina internacional más expandida entonces era la española, por razones obvias, y la china, pero no así la mexicana, del medio oriente, francesa u otra. Eran las de culturas ya asentadas en el país. Pero la creatividad se hubiera disparado de no haber existido la escasez, como dice usted. El Polinesio tuvo una de las mejores cocinas de La Habana, incluso avanzados los 60 en medio de tremenda escasez ya. Gracias por recordarlo. En honor a la verdad, en algunos restaurantes de La Habana se hicieron maravillas con lo que tenían para cocinar, desde los Carmelos, o el Atlántico de Santa María, hasta cualesquiera de los restaurantes chinos.

Profile picture for user Ana J. Faya

Recuerdo de antes de la hecatombe en Cuba, las bodegas que en mi pueblo pertenecían a personas de diferentes nacionalidades, y por tanto las muchas opciones que el comercio libre les proporcionaba a sus clientes, fueran de emigrados españoles o chinos. Esas muchas opciones para preparar comidas caseras por supuesto que iban más allá del arroz moro y el puerco asado. Me parece estar viendo los jamones y pencas de bacalao o tasajo colgando, higos, dátiles y ciruelas secos, vegetales y helados de fruta sin leche o crema con los chinos. Todo un universo que les fue vedado a las generaciones que vinieron después.

Profile picture for user Amadeus

A los cubanos nos gusta nuestra cocina que es la que conocemos desdes nuestra infancia, pero a decir verdad, la cocina cubana es limitada y sin muchas luces comparada con otras conocidas. Sin embargo, 60 años de escaseces y pobreza la han limitado aún más.

Me puedo imaginar lo que hubiese evolucionado en otras condiciones en plena globalización y modernidad, porque creatividad siempre ha habido más allá de los moros y cristianos, el puerco frito y los tostones. La de creaciones deliciosas que se hubieran producidos con víveres y abastecimientos sin colas!!