Rap, funk, reggae y electrónica, con títulos como "La llamada", "No soy de esos" o "Mambo pa´la niña", dan forma al noveno disco del pianista cubano Roberto Fonseca, Yesun, una declaración de intenciones, según ha dicho.
Nacido en La Habana en 1975, Fonseca presentará su nuevo trabajo en un concierto el próximo 24 de noviembre en el teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, en Madrid, y luego continuará con la gira europea que le mantiene fuera de la Isla desde principios de octubre.
"Cuba, La Habana, es mi casa. Me gusta mucho París y Francia en general porque allí me dieron mi primera oportunidad importante, pero soy cubano", aseguró en una entrevista con EFE.
Para los doce temas del disco, todos compuestos por él, aunque en dos comparte autoría, están interpretados junto a su banda: el batería Raúl Herrera y el contrabajista Yandy Martínez.
El artista, nieto de santera y él mismo santero, explicó que Yesun es el resultado de sumar los nombres de Yemaya, diosa del mar, y Oshun, dios del río, porque le han dicho que es "hijo de las dos aguas", sus protectoras, aunque reveló que no domina mucho el medio y no sabe cómo "flotar".
Todos los temas del disco, describió el músico, que ha trabajado con Carlinhos Brown e Ibrahim Ferrer, entre otros, son "como pequeñas películas, historias completas, sin que sea el virtuosismo el fin".
Por ejemplo, detalló, "La llamada" nace de un momento que tuvo "muy desagradable" y de cómo al llamar a los amigos estos "respondieron", mientras que "No soy de esos" está compuesta a partir de una situación en la que "alguien" esperaba que fuera de una manera y él se salió del cliché.
"Tengo una fe muy grande en este disco, tanta que nadie se imagina. Mi meta es que el mundo entero conozca el disco. Hay tanta emoción, tanto de mí... y necesitaría que lo conocieran. Yesun es mi pasaporte, mi carta de presentación, con mucha, mucha carga emotiva", describe.
El mercado español, reconoció, aún se le resiste, y su deseo es participar en "todos" los festivales y tener más presencia.
Aunque publicó su primer disco con 20 años, Fonseca, hijo del batería del mismo nombre y de la cantante Mercedes Castro, tuvo hasta llegar aquí "sus más y sus menos" con el piano.
"Quise dejarlo porque me parecía complejo, mucho esfuerzo, pero me apliqué y tuve una profesora rusa en el nivel medio, Irina, que me enseñó el verdadero significado de ser músico y ser artista", recordó.
Fonseca recibió una de sus principales influencias de su hermano materno, el batería Emilio Valdés.
"Vivíamos en un apartamento pequeño, con solo un cuarto. Por eso, aunque me gustaba la batería, mi padre pensó que era mejor que tocara el piano... Me vino bien aquello de estar tan juntos, porque desarrollé mucho la capacidad de concentración", contó.
El disco son sus referentes. El primero, la melodía de "Romeo y Julieta", que su madre cantaba cuando él era pequeño, además de boleros, jazz y música yoruba, la de los ritos religiosos que aprendió con su abuela, a los que luego se sumarían Bill Evans o Herbie Hancock.