La cubana Ana de Armas atraviesa una etapa inmejorable en el terreno laboral, ya que ha conseguido hacerse un hueco en Hollywood y su nombre es uno de los favoritos de cineastas, crítica y público. Sin embargo, la actriz confesó que lograr el sueño americano no ha sido un camino de rosas.
En entrevista con C magazine, recordó que su mudanza a Los Ángeles hace cinco años se produjo por una "corazonada".
Convencida de que podría triunfar, cogió las maletas y se instaló allí, a pesar de que apenas sabía hablar inglés, algo que dificultaba enormemente las reuniones con sus agentes y con los directores de casting.
"En la primera prueba me dijo el director de reparto que hablaríamos en un par de años, cuando hablara mejor inglés, y yo le dije que no, que hablábamos en dos meses. Él se rió y me dijo que estaba loca, que no podía hacerlo", recordó.
A pesar de que tiene miles de seguidores Ana de Armas aseguró que su punto fuerte no son las redes ni tampoco las entrevistas, sino el trabajo.
"Soy buena en el set. Estoy bien cuando estoy trabajando, ahí es cuando me siento más feliz, cuando estudio y me preparo", reconoció.
Pese a su meteórica trayectoria, la actriz sigue teniendo metas y sueños. Entre ellos, trabajar con Pedro Almodóvar. "Eso sería un sueño. Es una leyenda, es increíble. Ahora soy una chica Bond, pero me encantaría ser una chica Almodóvar. Seguramente audicionaré por él", comentó.
No obstante, su participación en un proyecto tras otro supone para ella un daño colateral: "Me estoy perdiendo a mis amigos, a mis padres, mi hogar... Pero la vida sigue y quiero ver qué oportunidades están por venir".
En los últimos tiempos esta Anna ha demostrado tener un cable cruzado en el coco. A Almodovar lo ven 10 a Bond 30.