Fausto Canel no pudo llegar a La Habana debido a trámites burocráticos, pero el Instituto de Artivisto Hannah Arendt (INSTAR) lo tenía decidido: reparar un intencional olvido histórico con uno de los mejores cineastas de la década de 1960 y de la historia del cine cubano.
De esa manera, en la sede de este proyecto cívico en La Habana Vieja, las noches del 26 al 28 de julio, por vez primera se presentó toda su filmografía hecha en Cuba, y que permaneció durante décadas en las bóvedas del ICAIC, hasta que el crítico Luciano Castillo decidió rescatarla por su cuenta.
Se exhibieron los cortometrajes El final (1964) y Espera (1977) y los largometrajes Desarraigo (1964) y Papeles son papeles (1966). Al final de cada proyección, el cineasta presentó sus películas y respondió a las preguntas que tanto la coordinadora de este ciclo, la actriz Lynn Cruz, como el público, le hicieron en directo vía Internet.
Canel recordó el ambiente hipnotizador que a inicios del castrismo causó el proceso revolucionario en amplias capas de la sociedad y en especial en aquellos jóvenes fundadores del ICAIC, entre los que estaba él con apenas 19 años.
En sus obras se aprecia la intención de recrear los conflictos que el huracán revolucionario generó en la sociedad cubana: la separación familiar; los conflictos personales de las clases más acomodadas con un proceso supuestamente identificado con los más desposeídos; la intención de industrializar el país; las expropiaciones y el cambio de todos los patrones que hasta ese momento habían regido a la Cuba republicana.
A juicio de la actriz y articulista Lynn Cruz, Canel "es sin dudas uno de los cineastas mas completos de ese período a pesar de su juventud, debido a sus puestas en escena, caracterizadas por largos planos secuencia, profundidad de campo y vistas panorámicas".
Una pregunta recurrente del público al realizador cubano es si su obra es una anticipación o le sirvió de inspiración a Tomás Gutierrez Alea, pues puede apreciarse una similar intención temática entre ambos, expresada muy nitídamente en el filme Desarraigo.
Sin embargo, Canel siempre lo aclara: si Titón se "apropió" o le sirvió de inspiración Desarraigo para Memorias del subdesarrollo nunca se lo manifestó personalmente ni lo expresó públicamente en vida. La partida forzada al exilio de Canel en 1968 rompió definitivamente los vínculos entre ambos.
Este ciclo en homenaje a Fausto Canel es el primero de varios que INSTAR desarrollará con cineastas borrados del panteón oficial, ya sea por haber abandonado el país o por realizar su obra fuera de Cuba. INSTAR incluirá además a cineastas foráneos que han desarrollado un cine independiente o arriesgado.
La obra de todos esos cineastas, la mayoría dispersa, puede copiarse y consultarse en la sede del Instituto.