La actriz cubana María Isabel Díaz habla en una entrevista publicada este domingo sobre lo difícil que fue su arribo a España hace 23 años después de una carrera consolidada en Cuba y a pesar de lo cual nunca pensó renunciar a su vocación profesional.
Para la popular Sole de la serie Vis a vis de la televisión pública española, vivir con el trabajo de actriz ha sido de "todo menos fácil", declara a Noticias de Gipuzkoa.
"He tenido muchos parones y ha sido un camino complicado. Ahora estoy disfrutando mucho. Cuando llegué a España en el año 96 yo tenía una carrera consolidada en Cuba, aquí fue empezar de cero o por debajo de cero porque pasé años sin hacer nada. En 2001 hice Javier ya no vive solo y empecé a tener trabajo intermitente como actriz", cuenta.
María Isabel vuelve a la escena teatral en Euskadi el próximo viernes con el estreno de La vuelta de Nora, secuela de Casa de Muñecas, la obra que hace 140 años estrenara Henrik Ibsen en Copenhague.
La actriz tiene claro que su profesión es "complicada", pero nunca ha pensado "tirar la toalla".
"A veces tienes (trabajo) y otras no. Tienes que aprender lo que dice el dicho: Guarda pan para mayo y maloja para tu caballo. Estoy en este punto por una cuestión de tenacidad, nunca he pensado en dejar la profesión; nunca, jamás habría tirado la toalla, he tenido que vivir de otras muchas cosas, pero sin renunciar jamás a esto, es la profesión que amo y lo que me gusta hacer y estoy dispuesta a seguir en ella", afirma.
Sobre que sea la primera "chica Almodóvar cubana… y única hasta ahora" asegura que "fue una gran experiencia… Un personaje que es un regalo", tanto como su director.
"Trabajar con él (Pedro Almodóvar) en Volver fue muy bonito. Tiene un conocimiento absoluto del ser humano, tiene una sensibilidad muy especial y sabe por dónde tienen que ir los personajes. Tiene muy claro cómo quiere mostrar la historia y eso facilita mucho la labor de los actores. ¿Exigente? Le gustan las cosas bien hechas, pero su trato es maravilloso, no he tenido ningún problema con él. Además, lleva años en el mundo del cine y controla muy bien todas las historias. Fue un placer y un lujo estar en Volver", recalca.
"Nos reíamos mucho con lo que iba sucediendo. Había un ambiente muy bonito en la película, todos estábamos muy contentos de estar ahí (…) Al principio estaba muy asustada, tenía mucho miedo a no dar la talla y decepcionar a todos. Cuando empecé a rodar fue como si me montara en una montaña rusa, estaba eufórica y al momento me venía abajo pensando que no iba a llegar al nivel requerido", confiesa.
De esa experiencia sacó "grandes amigos", afirma la inolvidable Ofelia de Una novia para David que hoy tiene la vista puesta en dos proyectos para cine de los que aún no puede decir nada "porque están en proceso de cerrarse".
Tras su última participación en El viaje extraordinario de Celeste García, la ópera prima del joven realizador Arturo Infante, María Isabel Díaz de momento estará con la obra teatral que se estrena en Euskadi y estará en cartelera hasta junio de este año.