Miguel Barnet criticó ayer con vehemencia el desinterés que en los últimos años han demostrado los cineastas de la Isla en relación a su pertenencia a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).
Arrastrando los pies y ya con bastón, alegando problemas de salud en la rodilla, visitó la sesión vespertina del Evento Teórico Caracol, celebrado en la Sala Villena de la UNEAC. Arremetió contra los que hoy, dentro de la UNEAC, abogan porque no exista una política cultural en la Revolución, pues, según explicó, los partidarios de esta idea la consideran bastante obsoleta, teniendo en cuenta los convulsos tiempos que corren.
La Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC entregaba un reconocimiento a Ramón Samada, presidente del ICAIC, quien probablemente no tomó con desafecto las palabras de Barnet, pero aprovechó la ocasión para adelantar algunos pormenores acerca de los nuevos rumbos de la producción audiovisual en la Isla para el próximo año.
Samada afirmó, para sorpresa de todos, que ya está casi listo un proyecto jurídico, sin especificar directamente si se trataba de una Ley de Cine. Tal proyecto, actualmente en debate en el Consejo de Ministros, intentará darle cuerpo legal a la actividad audiovisual en la Isla que hoy se genera fuera del circuito oficial del ICAIC.
Samada agregó que está en fase final el proyecto de un Fondo para el Fomento del Cine que tendrá como su máximo patrocinador al Estado, que destinará un presupuesto especial cada año para el ejercicio de esta actividad.
Aseguró que está por concluir el debate en los ministerios que tendrán que ver con los aportes a esta actividad, y durante la próxima semana tendrá lugar el intercambio con cineastas y luego con la prensa especializada, antes de su aprobación previa por el Consejo de Ministros.
Samada aseveró también que finalmente tendrá su reconocimiento jurídico la producción del cine independiente en la Isla, así como las innumerables pequeñas productoras que hoy realizan audiovisuales sin el apoyo gubernamental.
Asimismo, anunció la creación de un registro de realizadores audiovisuales, y el reconocimiento a aquellas personas naturales o jurídicas que desean invertir en la producción cinematográfica independiente. Esto incluye, por supuesto, la autorización y el afianzamiento de la actividad inversionista que no solo ejercen cubanos, sino también personas naturales o jurídicas extranjeras.
Samada adelantó la creación de otros rubros en el cuentapropismo que serán autorizados para el desarrollo de esta actividad: el agente de casting, el operador o arrendador de medios de producción audiovisual y el auxiliar de producción, por solo mencionar los más importantes que hoy actúan sin ningún amparo legal en el sistema del sector privado nacional.
Con estas noticias, que aún no se divulgan de manera oficial en ninguno de los medios, podría que empezaran a atenderse los reclamos que hasta ahora —y durante años—, han venido haciendo los integrantes del gremio a las autoridades del ICAIC y del Ministerio de Cultura.
Resta saber si con esta especie de apertura a la creación audiovisual en el país, la censura que hasta el presente ha sufrido la producción cinematográfica independiente, casi siempre contestataria a las políticas de centralización icaicista, quedará finalmente desterrada.
Por lo pronto, aguardaremos el debate de los cineastas, y veremos si finalmente esta historia tendrá su final feliz.