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Música

Inge Ginsberg: De sobreviviente del Holocausto, espía de EEUU a abuela del 'death metal'

Un documental recoge la historia de esta mujer, que a los 96 años ha encontrado 'otra manera de ser escuchada'.

Madrid

El documental Death Metal Grandma de la cineasta Leah Galant recorre la trayectoria nada desdeñable de la austríaca Inge Ginsberg, una mujer que logró escapar de los nazis, se convirtió en espía de EEUU y terminó, de momento, como voz en una banda de death metal.

Inge nació el 27 de enero de 1922 en Viena (Austria), y poco después de la anexión al III Reich, su padre fue enviado al campo de concentración de Dachau. Un año más tarde, en 1939, fue uno de los 937 judíos deportados a bordo del navío San Luis de la HAPAG, que partió con destino a Cuba y que tuvo que volver a Europa tras serle denegada la entrada en la Isla primero, y en EEUU y Canadá después, recoge el diario español ABC.

Su madre decidió huir y se la llevó junto con su hermano Hans a Suiza, donde acabaron en el campo de refugiados de Adliswil, para luego ser trasladados a distintos campos de trabajo en ciudades como Lucerna y Lugano.

En los años cincuenta, logró emigrar a EEUU, donde se casó tres veces, prosperó como periodista y hasta fue espía para la Oficina de Servicios Estratégicos, la precursora de la CIA.

En aquellos mismos años también destacó por su pasión por la música. Inge compuso canciones para Dean Martin, Nat King Cole y Doris Day, aunque otros intereses primaron sobre su carrera musical.

Décadas después, a los 93 años, ya no conservaba las aptitudes vocales de antaño, pero descubrió que había un estilo musical en el que éstas no hacían ninguna falta. No se trataba del punk-rock, sino de algo mucho más fuerte: el death metal.

Entonces decidió unirse a la banda TritoneKings (los reyes del tritono, en alusión al tono musical "prohibido" por la Iglesia por su sonido siniestro, o incluso satánico), una banda en la que sin poder lanzar los alaridos guturales propios de los cantantes death, sí podía desgañitarse a gusto mientras sus compañeros disfrutaban de la "front-woman" más original de la escena.

El grupo participó en el festival de Eurovisión de 2015 con el tema "Laugh at Death" ("Ríete de la muerte"), y hoy, a sus 96 años, Inge sigue grabando canciones como "The Universe Echoes Back", lanzada en sus redes sociales el pasado miércoles.

Esta increíble historia está recogido en el filme documental de Leah Galant.

"Su historia me parece muy destacable", relata la cineasta en un artículo publicado en The New York Times.

"Huyó del Holocausto y, después de la guerra, ella y su esposo, Otto Kollman, se mudaron a Hollywood para construir nuevas vidas y ahí compusieron canciones para algunos de los artistas más destacados de esa generación. Ginsberg siguió escribiendo letras y poesía y se dio cuenta de que necesitaba nuevas maneras de conseguir un público", destaca.

"¿Cómo iba a hacerlo en una sociedad que muchas veces ignora a las mujeres mayores o las silencia? A los 93 encontró una solución: el death metal. Le ofreció una oportunidad para reinventarse a una edad en la que escasean esas posibilidades", añade.

Para la directora de Death Metal Grandma, "más allá del espectáculo de sus actuaciones, la historia (de Inge) en realidad es la de una mujer que busca nuevas maneras de ser escuchada".

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