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Pobreza

En Cuba hay 'historias de vida terribles por el abandono', advierte una ONG

El Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo atiende a 120 familias vulnerables de Cárdenas, Matanzas. Su líder resalta el empeoramiento de la crisis y el incremento de personas que necesitan ayuda para sobrevivir.

Cárdenas
Dos hombres buscando sustento en un contenedor de basura.
Dos hombres buscando sustento en un contenedor de basura. Diario de Cuba

Enrique, un anciano de 92 años, vive solo en su precaria casa en Cárdenas, Matanzas. Uno de sus momentos favoritos del día es cuando llegan las personas del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo (CCRD), que le llevan comida y se encargan de tareas domésticas y de su aseo personal, reporta EFE.

"Son mi familia. Les agradezco mi vida. Me han ayudado tanto, en tantas cosas", dice.

El CCRD atiende diariamente a unas 120 familias de Cárdenas. Es una de las mayores entre las escasas organizaciones no estatales en labores de apoyo a colectivos en extrema pobreza.

Como otras ONG, religiosas o no, el CCRD ha ampliado en los últimos años sus programas ante la profunda crisis económica que devora a Cuba —ya en su quinto año y no hay visos de mejora a corto plazo— y la creciente incapacidad del Estado para atender a estos colectivos.

Rita García, directora ejecutiva del CCRD, señala que, entre otros, ofrecen cursos de capacitación y emprendimiento, servicios médicos y psicológicos, campamentos de verano, talleres sobre violencia de género y derechos humanos, programas de atención a la adolescencia y acciones de apoyo y acompañamiento a colectivos LGTBI.

Mantiene asimismo una finca de agricultura ecológica, plantas de biogás y purificadoras de agua, además de apoyar diversos estudios de investigación independientes en el ámbito de las ciencias sociales. Su objetivo, desde que hace una década decidieron "salir a donde estaba la gente", es "incidir en la calidad de vida" de las personas.

"Hoy más que nunca se necesita atender al pueblo cubano, a la gente que pide ayuda, que pide cómo hacer las cosas, cómo emprender, cómo continuar muy a pesar de la situación de Cuba", explica García.

La demanda de atenciones, añade, "es muy grande y ha crecido mucho". Aunque "la crisis viene de hace mucho tiempo", en los últimos cinco años la situación se ha agravado: "Hemos tenido que aumentar de dos a cinco psicólogos, y eso lo dice todo".

La falta de alimentos, medicinas y combustible, los prolongados apagones diarios, la inflación desbocada y la falta de perspectivas han atizado una ola migratoria sin precedentes (un 10% de la población en cuatro años, según los conservadores cálculos oficiales), que ha dañado mucho el tejido social, advierte García, presbítera gobernante de la Iglesia Presbiteriana Reformada de Cárdenas.

"La migración ha desestructurado todo, todo, todo. La familia, los amigos, los compañeros de trabajo… la sociedad en general", lamenta.

Resalta "la cantidad" de menores y personas mayores que han quedado solos tras la marcha de los adultos jóvenes. "Las historias de vida son terribles por el abandono", señala García.

"Ese es el tema más difícil que hay: la desesperanza. Es muy difícil de conversar. La depresión es muy difícil de tratar. Y eso estamos haciendo", explica la directora ejecutiva del CCRD, donde en se han puesto en marcha iniciativas de apoyo psicosocial y espacios de teatro, pintura y bailoterapia para que las personas "no se sientan solas".

El CCRD trabaja desde hace 34 años. En los años 90 empezó con la violencia de género, "hubo una necesidad terrible y las mujeres se volcaron a la calle", recuerda García refiriéndose al llamado "Período Especial". Desde entonces, considera, algunas cosas han cambiado mucho. Otras, no tanto.

"Siempre hubo violencia, por supuesto. Lo que pasa es que estuvo callada, escondida", señala. Ahora el problema "se está visibilizando por la sociedad civil y por organizaciones e instituciones en Cuba", aunque, a su juicio, las leyes cubanas "no acompañan".

La legalidad sigue también rezagada en el campo de los derechos de los trans, considera García: "Es una comunidad muy golpeada, sola, que se siente desprovista de acompañamiento de leyes".

Su relación con el Estado cubano "a veces se complica", reconoce García, quien matiza que en ocasiones también tienen "cierto apoyo".

Para mantener todos sus programas, el CCRD se han convertido en "cazador" de financiación, principalmente proveniente de Europa, Canadá e iglesias de Estados Unidos. "Toda convocatoria es buena, siempre que tenga que ver con lo que hacemos", afirma García, que recalca que no aceptan todo.

En los últimos tiempos, no obstante, siente que los fondos han caído "mucho" porque las donaciones están centrándose en las guerras, con Palestina y Ucrania a la cabeza.

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