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Emigración

Ante la política migratoria de la Administración Trump, crece la incertidumbre de miles de cubanos con I-220A

El temor es 'que aplique medidas generales, no analice caso a caso, y quienes tengamos un asilo político sólido caigamos en el saco de otras personas'.

Miami
Un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU durante una detención.
Un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU durante una detención. Los Angeles Times

Decenas de miles cubanos que entraron a EEUU por la frontera sur y fueron liberados con un documento conocido como I-220A, que los mantiene actualmente en un limbo migratorio, temen ser deportados a raíz de la nueva política migratoria anunciada por la Administración de Donald Trump. Sin embargo, Ismael Labrador, un abogado de inmigración del sur de la Florida, dijo a Martí Noticias que nada ha cambiado respecto a estos migrantes: "Las personas con casos de asilo no pueden ser deportadas hasta que no se tome una determinación".

No obstante, Labrador recomendó a los cubanos en esta situación "tener sus documentos de inmigración encima, su número de ID válido, su permiso de trabajo y todos los documentos que les ratifiquen que tienen un caso de asilo pendiente frente al Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) o frente a la corte de inmigración".

El citado medio de prensa destacó el caso de Oscar Casanella, un activista político que llegó a EEUU en enero de 2022 con su hijo pequeño y su esposa embarazada. El joven, un científico que investigaba el cáncer en el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología, aplicó al asilo y tiene su primera cita en la corte programada para este año.

Casanella comentó que su mayor "temor con respecto a la política de la nueva Administración es que aplique medidas generales, no analice caso a caso, y personas que tengamos un asilo político sólido caigamos en el saco de otras personas". Así, él recibió amenazas y detenciones arbitrarias por parte del régimen, y se exilió poco después de participar en el acuartelamiento de San Isidro, en 2020, por lo que, dijo, él y su esposa son "perseguidos políticos", algo que, al cruzar la frontera por El Paso, Texas, los agentes no les permitieron explicar, ni les hicieron la entrevista de miedo creíble. "Nos liberaron con el I-220A sin poder explicar nada", dijo.

Otro caso expuesto por Martí Noticias es el de Yunior Luis Pino Pérez, un activista que salió de Cuba poco después del 11J y recibió un I-220A en EEUU tras cruzar la frontera por México, sin que le hicieran la entrevista del miedo creíble. "Mi vida corre peligro en Cuba, después de haber sido chantajeado y obligado a exiliarme. Simplemente no puedo regresar", subrayó.

Dayvel Álvarez, otro cubano que llegó a EEUU y recibió un I-220A en la frontera, dijo a Martó Noticias que, a pesar de haber solicitado asilo en julio de 2022, "solamente me llegó el permiso de trabajo. Estoy esperando, eso está parado, cuando reviso el caso, aún no tengo fecha de corte" para el caso de asilo. "Hay que andar por el hilo y portarse bien", comentó, ante el miedo generado por las redadas de inmigración en las últimas semanas en varias ciudades de EEUU.

El procesamiento de los migrantes cubanos en la frontera ha generado numerosas polémicas en los últimos años. Según expertos en materia migratoria, ello responde a los diferentes criterios aplicados por las autoridades federales.

"Es difícil explicar lo que ha sucedido en la frontera, el por qué unos fueron liberados con I-220A y otros con parole. Se han registrado muchos errores de procesamiento. A ciencia cierta, no sabemos qué criterios utilizaron los oficiales en cada caso", explicó en octubre de 2024 a Martí Noticias el abogado de inmigración Willy Allen.

En este contexto de temor acumulado por parte de los cubanos con I-220A, que llevan años en un limbo migratorio y, en más de una ocasión, durante el Gobierno de Joe Biden, se manifestaron frente a la Casa Blanca para pedir respuestas, la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar dijo que, aún cuando defiende las deportaciones masivas, "el problema es que la gente buena sea protegida y en eso estoy". Salazar ha defendido en múltiples ocasiones la necesidad de que el I-220A sea considerado un documento de entrada válido.

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