"La combinación del colapso del régimen de gobernanza, la extensión y profundización del descontento social, el surgimiento de tensiones internas en el bloque de poder y una mayor claridad estratégica en Washington a la llegada de la Administración Trump podría marcar un punto de inflexión y el inicio de una etapa decisiva en la Isla", consideró Cuba Siglo 21 en un nuevo informe en el que describe un panorama crítico para la gobernabilidad en el país y la posibilidad real de un cambio de régimen en 2025.
Para el laboratorio de ideas, las circunstancias coinciden con la grave crisis del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. "La codependencia de ambos los ha ayudado a sortear varias crisis en el pasado, pero esta vez puede ser el Talón de Aquiles común que marque su caída".
En el dossier "Cuba 2025: posibilidades y probabilidades", el grupo de análisis ha incluido por primera vez una valoración de la gobernabilidad general en la Isla, que ha calificado como "mala". Para ello evaluó seis de los indicadores internacionales usualmente usados para este tipo de análisis: estado de derecho, seguridad económica-social, eficiencia estatal, corrupción, relaciones internacionales y estabilidad política.
"Muchas cosas que hasta hace poco se consideraban imposibles, hoy son posibles e incluso probables", afirman los autores, el economista Emilio Morales y el politólogo Juan Antonio Blanco.
El análisis detalla que el régimen enfrenta un debilitamiento sin precedentes debido a una serie de factores acumulativos, entre ellos el colapso económico, con la caída drástica en los ingresos del turismo, las remesas y la exportación de servicios médicos, junto con la ausencia de inversión directa extranjera, que han dejado al país en un estado financiero precario; la crisis social, con el éxodo masivo de más de un millón de personas en los últimos tres años como ejemplo de la desesperación generalizada mientras la pobreza afecta a cerca del 90% de la población; y la inestabilidad política evidenciada en que desde las protestas masivas del 11 de julio de 2021, la ciudadanía ha mostrado una persistente resistencia, desafiando la creciente represión del Estado.
"Sin cambiar el sistema totalitario del Gobierno cubano no es posible estabilizar la Isla, evitar nuevas migraciones masivas y asegurar que deje de ser un foco de subversión internacional. El cambio de régimen es el reclamo que hoy exigen de forma pública amplios sectores de la población", sostiene Cuba Siglo 21.
Por "cambio de régimen" el informe se refiere a cambiar un entramado de instituciones, leyes, normas, regulaciones y formas de pensamiento que son administrados por el Gobierno. Así, el laboratorio de ideas señala que "el cambio del Gobierno se hace también imprescindible, porque en este caso ha demostrado, más allá de toda duda, que se opone al cambio de régimen y pretende perpetuarlo: es parte del problema y no de la solución".
El dossier subraya que la eventual muerte de Raúl Castro en 2025 podría desatar luchas internas en la elite de poder, lo que, combinado con el descontento popular y la presión internacional, podría conducir a una transición hacia un nuevo modelo político. Para los autores, aunque este cambio no está plenamente garantizado —ni tampoco la dirección que pudiera tomar— las condiciones actuales lo hacen más probable que nunca.
Entre las posibilidades que se vislumbran en el horizonte, Morales y Blanco identifican dos principales: un movimiento cívico-militar liderado por fuerzas prodemocráticas que establezca una transición hacia la democracia y el estado de derecho y un cambio controlado desde dentro del bloque de poder, que podría resultar en un nuevo régimen autocrático e iliberal con algún grado de apertura económica controlada.
"La comunidad internacional, en particular Estados Unidos bajo la Administración Trump, podría desempeñar un papel crucial si decide apoyar activamente las demandas democráticas del pueblo cubano y disuadir al régimen de recurrir a la violencia incluso, de hacerse necesario, neutralizando con acciones militares, quirúrgicas y puntuales, su aparato represivo", consideran.
El informe concluye que "2025 podría ser un año decisivo para la historia de Cuba, siempre y cuando las fuerzas sociales y políticas alineadas con la democratización logren articular una representación y estrategia conjunta".
Los autores llaman la atención de que "lo que decide los acontecimientos históricos no es lo que los analistas creamos posible, sino lo que los actores mismos —equivocados o no— deciden creer posible. Es esa fe la que los conduce a actuar y triunfar contra toda lógica aparente. Al intentar lo imposible una y otra vez terminan por hacerlo posible".
Y resumen: "2025 presenta una coyuntura histórica donde cosas antes 'imposibles' ya son posibles y podrían volverse realidad si se conjugan las condiciones necesarias".
Tuve la oportunidad de leer el extenso informe sobre el año 2024 en Cuba que realizó Cuba Siglo 21. Es mucho más que el titular de esta noticia, y más también que el apretado resumen que por razones obvias se hace aquí en DDC. Pienso que es un trabajo muy serio de análisis sobre lo sucedido en el año pasado y sobre las probabilidades (en plural) de lo que pudiere suceder en la isla.
Ya perdí la cuenta de las veces que estos “expertos “ vaticinaron que “este año se cae”. Tengo la profunda sospecha que ellos son los primeros interesados en que no suceda para continuar viviendo del cuento, hasta que “la eventual muerte” de ellos mismos les llegue.
Porque pronósticos políticos basados en argumentos como “la eventual muerte de Raúl Castro“ (que obviamente acabará ocurriendo en algún momento como la de los “politólogos” Morales y Blanco o la mia) lo que dan es pena.
Bobo, parece que estos expertos no saben que desde hace muchos años antes de que ellos aparecieran, ya existían muchos cantamañas vendiendo a diestra y siniestra sus "sabidurías" e "ideas".
Pero lo más triste del caso, es que tienen su público aunque brinden la misma charla una y otra vez.
Mr. Bobo:
De acuerdo plenamente con UD. estos señores aplican variables de comparación y análisis de circunstancias sociales que a Cuba no son aplicables, por las características específicas del fascismo castrista.
Es una verdad de Perogrullo, que en este año el Castrofascismo desaparecerá, o por lo menos en estilo de gobierno, dado que el grupo de poder solo está está soportando el nombre de Castro II.
En la práctica de la diaria gobernanza, está colapsado, su actividad gubernamental se limita a paliar la crisis de turno, y las consuetudinarias, así como el infaltable aparato de represión, sin el cual el pueblo, que gobiernan a patadas ya los habría derribado. Estos son los factores que los sesudos de Siglo XXI no aprecian. Lo demás es Bla, bla,