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Relaciones Cuba-EEUU

El castrismo sigue necesitando del diferendo con EEUU

La propaganda oficial insiste en que el 'bloqueo' sigue intacto y pide al pueblo que no se deje confundir por las recientes decisiones del presidente Biden.

La Habana
Reunión de presidentes norteamericanos en el Despacho Oval, 2009.
Reunión de presidentes norteamericanos en el Despacho Oval, 2009. The New York Times

Entre todas las reacciones provocadas por el anuncio de la Administración Biden de que excluía a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, hay dos elementos que deseamos destacar.

En primer término, ese afán de los gobernantes cubanos por dejar sentada una opinión oficial que sea la que prevalezca hacia el interior de la Isla. La cúpula castrista afirmó que la de Biden era una decisión correcta, pero tardía y muy limitada, pues no resolvía las muchas trabas que Washington ha impuesto a las relaciones con Cuba.

Ese punto de vista fue expresado por el gobernante Díaz-Canel,  por el Ministerio de Relaciones Exteriores, por la Mesa Redonda de la televisión, y después por todos los espacios informativos de la radio y la prensa escrita. En consecuencia, todas las personas que eran entrevistadas por la prensa oficialista repetían al pie de la letra la opinión que la maquinaria del poder había establecido como correcta.

El otro elemento que resalta es la aseveración oficial de que el "bloqueo" sigue intacto; que el pueblo no se deje confundir por esta decisión del presidente Biden, y que por tanto  debe continuar luchando y reclamándole a EEUU que ponga fin a esa política "genocida" que asfixia a los cubanos.

No importa que EEUU sea actualmente uno de los principales vendedores de alimentos a Cuba. Tampoco importa que, hipotéticamente, algún gobierno norteamericano levante gradualmente las restricciones que pesan sobre el Gobierno de la Isla. Bastará, por ejemplo, que a cualquier barco extranjero se le dificulte la entrada en puertos norteamericanos después de haber estado en Cuba, para que el castrismo afirme que el "bloqueo" permanece intacto, o que ha sido recrudecido.  

Y es que el régimen cubano necesita la existencia de un enemigo externo para mantener entretenida y movilizada a la población, y también para argumentar que la política "malvada" de ese enemigo es la culpable de la crisis de todo tipo por la que atraviesa el país. En ese sentido, el mito del "bloqueo" alimenta el diferendo  con EEUU, al que se aferra el castrismo como único discurso con que reclamar cierto grado de legitimidad.

Ese pugilato del régimen por mantener el diferendo con su vecino del norte resulta visible, entre otras facetas, en la imagen que la propaganda oficialista brinda de los presidentes de EEUU.  Una imagen después de haber dejado la Presidencia, y otra muy distinta mientras ocupan la Oficina Oval de la Casa Blanca.

En días recientes, Granma y otros medios oficialistas mostraron respeto por la figura del expresidente James Carter con motivo de su fallecimiento. Se dijo que mucho se había esforzado por mejorar las relaciones entre ambos países, lo que incluyó, bajo su mandato, la apertura de las oficinas de intereses en ambas capitales. Sin embargo, no podemos olvidar los mítines y manifestaciones progubernamentales que se producían en Cuba durante la segunda mitad de los años 70, con cartelones que contenían ofensas y burlas al presidente Carter, y con consignas que criticaban su política de defensa de los derechos humanos.

De igual manera ha sucedido con la figura de Barack Obama. Ahora, cuando se contrasta la política hacia Cuba de los recientes inquilinos de la Casa Blanca con la actitud de Obama de restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países, se habla en buenos términos del exmandatario demócrata.

Pero cuando Obama ocupaba la Presidencia, los tanques pensantes del castrismo no se manifestaban de igual forma. En el libro De Petrogrado al socialismo en Cuba, cien años después, de la autoría de varios académicos oficialistas cubanos, al referirse al tiempo que siguió al reestablecimiento de relaciones entre  Cuba y EEUU, puede leerse (pg. 397): "Las peculiares relaciones con la potencia imperialista más poderosa de todos los tiempos, que luego de los anuncios del 17 de diciembre de 2014, más que normalizarse, se tornan más peligrosas que nunca".

Nada, que cada día recordamos más la clarividente frase que escribió el filósofo francés Jean-Paul Sartre en su visita a Cuba en 1960: "Si los Estados Unidos de América no existieran, la Revolución Cubana habría tenido que inventarlos".

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1 comentario

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A los vedeolivos no les basta con los 50.000000 en importaciones de autos ,400 màs en alimentos vendidos por el "imperio".El problema es que quieren que los norteamericanos le paguen la deuda con El club de París,la de Rusia pues quieren màs en sus paraisos fiscales.Ya ven compran autos antimotines,de Turismo,construyen hoteles ,tiendas en dolares.En tanto las lomas de basura donde quiera ,falta de agua,medicinals,alimentos,vivienda etc,etc,etc