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Sucesos

'El edificio se tambaleaba, los niños daban gritos y yo no sabía qué hacer': sismos en Santiago de Cuba

'Parecíamos una manada de vacas a la desbandada, intentando correr y alejarse del peligro', dice un residente en uno de los edificios más altos de la ciudad.

Santiago de Cuba
Residentes de Santiago de Cuba fuera de sus casas por temor a los sismos.
Residentes de Santiago de Cuba fuera de sus casas por temor a los sismos. Diario de Cuba

"Fueron momentos terribles. El edificio se tambaleaba y la caída de unos vasos empeoró la situación. Los niños lloraban, daban gritos y yo no sabía qué hacer, pensé que era el final", comentó Yasmina sobre lo vivido durante los dos fuertes terremotos que este domingo estremecieron la ciudad de Santiago de Cuba.

Eliades, su esposo, sufrió porque jamás había visto a su mujer y sus hijos presos del pánico. "Con el primer temblor quedaron medio aturdidos, pero al producirse el segundo —una hora después— el miedo los dejó paralizados". La familia vive en uno de los pisos más altos de los edificios de 18 plantas de la Avenida Garzón.

"Yo tenía tanto miedo como ellos", dijo el padre, quien logró bajar con su familia de su apartamento "esquivando el tumulto que se hizo en las escaleras, debido a la desesperación de los vecinos".

"Parecíamos una manada de vacas a la desbandada, intentando correr y alejarse del peligro", relató.

Según el matrimonio, desde el balcón de su casa "se veía el edificio de enfrente oscilando como si se fuera a derrumbar. La gente estaba aterrada. No podíamos bajar por el elevador por temor a que se desplomara".

Más calmada unas horas después de los sismos, pero negada a retornar a su hogar como muchas otras madres, Yasmina confirmó que cuando llegaron a la explanada de la Ciudad Escolar 26 de Julio no los querían dejar entrar.

Al resumir la jornada de este domingo, el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) de Cuba confirmó que se habían reportado un sismo premonitorio de 6 grados en la escala de Richter, otro principal de 6,7 grados, y más de 300 réplicas, de ellas 15 perceptibles y de magnitudes que oscilaron entre 2,5 y 5,9 grados de intensidad.

Los de este domingo fueron los terremotos de mayor magnitud en Cuba en más de 30 años. El doctor en Ciencias Bladimir Moreno Toirán, presidente del Consejo Científico del CENAIS, recordó en una entrevista con la prensa oficial que el 25 de mayo de 1992 se produjo uno de 6,9 grados, en Cabo Cruz, también en la provincia de Granma.

Los sismos provocaron derrumbes parciales en viviendas y centros estatales, agrietamiento de paredes, caída de postes eléctricos y otras afectaciones en los municipios granmenses Pilón, Bartolomé Masó, Manzanillo, Buey Arriba, Guisa, Jiguaní, Media Luna, Niquero, Bayamo y Campechuela, informó el diario oficial Granma.

El periodista manzanillero Eliexcer Peláez Pacheco dijo que en su casa la placa se desprendió "casi completamente" del cimiento y las paredes se agrietaron.

En la comunidad pesquera de Cabo Cruz, en el municipio de Niquero, el Faro Vargas —conocido también como Faro de Cabo Cruz—, con 153 años de existencia, "sufrió afectaciones notables en su estructura, mientras que los pilotes del tanque elevado del Acueducto de Guanito, en Niquero, también muestran daños", describió Granma.

En el Muelle de Pilón se levantó parte del suelo, según se aprecia en videos compartidos por varios usuarios.

El terremoto más intenso ocurrió en el mar, a 0,7km de profundidad, a unos 48km al sureste de Pilón, en Granma, a las 10:50AM hora local, dijo al medio oficialista Cubadebate el jefe del Servicio Sismológico Nacional Enrique Diego Arango Arias. "Sentí que la casa se venía abajo", escribió en su perfil de Facebook el usuario Arnoldo Fernández, al tiempo que otro, entre los tantos que se han referido en redes sociales a la alta intensidad con la que fue sentido el sismo, dijo: "Estoy nervioso todavía. Estaba sentado y se sacudió el asiento como si fuera a desarmar".

Sentado junto a su familia en el parque Abel Santamaría, de Santiago de Cuba, Arnoldo recordó que "fue un movimiento muy fuerte, acompañado por un estruendo semejante a un trueno o a una explosión".

"Las columnas de los edificios chocaban entre si y el sonido se parecía al de los martillos neumáticos", describe.

"A mí me cogió el más fuerte en el Parque de Céspedes. Qué clase de sofocón pase. Las torres de la Catedral y el Hotel Casa Granda no sé cómo quedaron en pie. Pensé que el mundo se iba a acabar", dijo Vladimir.

Olexis dice que lo vivido en el Paseo de la Alameda y los alrededores del puerto Guillermón Moncada fue un horror. "Las madres salían con sus hijos en brazos de las cuarterías y los edificios en peligro de derrumbe, sin saber para dónde ir".

Norma se quedó en su casa "sola y sin protección alguna", como otros santiagueros, "por temor a que nos roben lo que el Estado no puede reponer".

"Aquí nadie socorrió a nadie. Todo el mundo escapó como pudo y se le ocurrió. Por eso tengo una mezcla entre rabia y risa por escuchar decir que hay experiencia, disciplina y no se cuántas sandeces más", apostilló una madre que, con su mochila, un pomo de agua y dos banquitos, huyó de su casa para proteger a su bebé.

Liuva, del distrito José Martí, dijo que en la comunidad de edificios multifamiliares las sacudidas "espantaron a la población, porque fueron muy intensas, duraron más de lo habitual, los problemas estructurales (de las construcciones de la ciudad) son muy serios y ponen en riesgo a miles de personas".

En Marimón "las sillas y las mesas bailaban, las puertas se estremecían y la gente se privó", explicó Gonzalo, antes a criticar a las autoridades por "no acudir a la zona y asegurar por la televisión que existían puntos de agua, comida y ayuda emocional".

Carretera del Morro se convirtió este domingo en otro punto de concentración para muchas familias con temor a que sucediera lo mismo que en enero de 2016, cuando la ciudad vivió una actividad sísmica calificada por los expertos como un "enjambre de terremotos".

En los municipios de Palma Soriano y Contramaestre el pueblo se volcó a las calles de forma espontánea, intentando resguardarse y evitar perder bienes.

Entretanto, en Guamá la población de la Sierra Maestra se horrorizó ante el rumor de un posible tsunami, que partió de la supuesta orientación de las autoridades locales de alejarse del mar por un eventual incremento de la marea.

Aunque la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), monopolio estatal, aseguró en sus redes sociales no se registran daños en la zona sur oriental, unos 600.000 clientes de este territorio quedaron inicialmente sin conexión telefónica y acceso a las redes, situación que al parecer se "normaliza".

Muchos santiagueros se informaron de lo que ocurría mediante llamadas telefónicas del exterior y lo publicado por internet.

La situación llegó a tal punto que hasta las reseñas iniciales de los medios oficiales locales se apoyaron en las estimaciones preliminares del Servicio Geológico de Estados Unidos, que en tiempo real cubrió el desarrollo de los acontecimientos.

Sin dar cifras de lesionados, José Angel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, afirmó que se cumplen los protocolos establecidos para casos de sismos y se evalúan la ayuda que pudieran necesitar las provincias.

Mientras, Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Partido Comunista, y el gobernador, Manuel Falcón, han intentado hacer ver una tranquilidad y confianza inexistentes, en las primeras horas de la madrugada de este lunes había aún personas en los parques y espacios públicos porque tenían miedo a retornar a sus casas en medio de continuos y prolongados apagones.

En Granma, unos 14.360 usuarios estaban sin servicio eléctrico este domingo por los sismos, indicaron reportes de la prensa oficial.

Según los registros del CENAIS, en 2022 se reportaron 13 terremotos perceptibles, en el 2023 se estimaron 14, y en lo que va de este año existe un registro similar.

Los terremotos son fenómenos geológicos cuyo origen se encuentra en el interior de la tierra. En Cuba dichos eventos están relacionados con estructuras activas que por lo general tienen su epicentro en el sistema de fallas transformantes Bartlett Caimán, la zona de mayor peligro sísmico del país.

El CENAIS advirtió que se esperan réplicas de los terremotos de este domingo durante los próximos meses, "que deben disminuir en la medida en que pase el tiempo", aunque "no se descarta la ocurrencia de un sismo de mayor magnitud".

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3 comentarios

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Ahora los gobiernos mandan ayuda y comestibles. ¡Qué ingenuos son! No saben que el pueblo recibe esto: 🖕🖕

Profile picture for user Plutarco Cuero

Lo único que les falta es un volcán y ya completan la lista de desastres naturales ...

Igual, tiemble, llueve y relampaguee ... "Por nuevos caminos de Victoria ... "

Profile picture for user padre Ignacio

Parece que los nagues están meados por los perros.