Sin respiro de apagones en Cuba: otra jornada de más de 1.000MW de déficit

El domingo cerró con más de 1.000 MW de déficit de generación en Cuba, más de lo que estimó en su parte oficial la estatal Unión Eléctrica (UNE), mientras se incrementan los apagones en La Habana.

"Siguen siendo altas las afectaciones al servicio eléctrico. Más de 1.000 MW de déficit este domingo", publicó el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso en su perfil de Facebook.

Durante la jornada siete termoeléctricas permanecieron fuera de servicio, lo cual no ha aliviado la crisis electroenergética, pese a las promesas de las autoridades de que el combustible comprado y descargado durante el fin de semana significaría un respiro momentáneo.

La contingencia, una más entre muchas, obligó a tomar "medidas severas" durante los últimos días, incluyendo "cortes continuos de hasta nueve horas, por tres con electricidad" del que no han escapado la capital y los hospitales.

El domingo estaban fuera de servicio por averías la unidad 8 de la central termoeléctrica (CTE) Mariel, las unidades 5 y 6 de Nuevitas, la unidad 2 de la Felton y las unidades 5 y 6 de la CTE Renté. En mantenimiento estaba la unidad 2 de la CTE Santa Cruz.

Según el parte oficial de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), las limitaciones en la generación térmica eran de 372 MW y además estaban fuera de servicio por déficit de combustible 44 centrales de generación distribuida, para un total de 278 megawatts afectados por este concepto.

Para la hora pico nocturna de este 22 de septiembre la entidad estimó una disponibilidad de 2.290 MW y una demanda máxima de 3.100 MW, para un déficit de 810 MW, por lo que pronosticó una afectación de 880 MW en este horario, pero la realidad superó la cifra.

Durante la inauguración de la III Feria de Energías Renovables en La Habana, el primer ministro, Manuel Marrero, celebró que, a pesar de no alcanzar la estabilidad deseada, se lograron "evitar afectaciones mayores" y que hubo avances en el "mantenimiento" y la "recuperación" de las centrales termoeléctricas, imperceptibles para aquellos que se enfrentan a prolongados apagones.

La situación sigue tan complicada que la Empresa Eléctrica de La Habana anunció en sus redes sociales el aumento y la frecuencia de los apagones en la provincia, que es señalada por los cubanos de provincias de permanecer siempre en una situación "privilegiada".

La "programación de afectaciones por déficit de generación en La Habana entre los días del 23 al 28 de septiembre de 2024" tiene prevista cuatro horas ya establecidas (de 10:00AM a 2:00PM), que afecta a los residentes en el bloque B4 los lunes y los viernes, a los del bloque B2 los martes y los sábados, mientras que los residentes de los bloques B3 y B1 solo se ven afectados por una jornada de apagones en este horario (miércoles y jueves, respectivamente).

Sin embargo, este sábado la Empresa Eléctrica de La Habana avisó que "ante situaciones de emergencia por salidas imprevistas de plantas generadoras", se sumarán 12 horas semanales más a los bloques B1 y B4, y ocho horas a los bloques B2 y la B3.

Tendrán 16 horas de apagones a la semana los residentes en los bloques B1 y B2; 12 horas los que residen en el bloque B3; y 20 horas para los residentes del bloque B4.

En la noche del jueves un déficit superior a los 1.500MW provocó apagones en hospitales en provincias, mientras autoridades prometieron "mejoría" en el servicio en los próximos días tras el supuesto "sacrificio" que dijo haber hecho el Gobierno al pagar por el combustible que permanecía en barcos sin poder despacharse.

El viceministro de Energía y Minas dijo al periodista de la televisión estatal Bernardo Espinosa que inició la descarga de combustible y su traslado a los emplazamientos. Dijo que "debe percibirse mejoría en el servicio eléctrico en los próximos días".

El ministro de Energía y Minas, Vicente De la O Levy, intentó el miércoles aplacar el malestar por los apagones hablando de "sacrificios financieros" para llevar combustible a las unidades de generación y promesas de dejar instalados antes del fin de año los primeros 400 megawatts de los nuevos parques solares.

De acuerdo con las páginas de seguimiento de tráfico marítimo, en este momento el tanquero Delsa, propiedad del conglomerado empresarial de los militares cubanos, GAESA, se encuentra en la bahía de Nipe, en Holguín, presuntamente descargando petróleo crudo, que habría cargado en México.

El Vilma, también de GAESA y que recién cargó en México, está en la bahía de Cienfuegos, mientras que el Prímula, que opera para La Habana con bandera de Belice, se encuentra en el puerto de Pastelillo, al norte de Camagüey. 

Otro buque petroquímico propiedad de los militares, el Alicia, estuvo en La Habana y viaja hacia Nuevitas con petróleo cargado en Venezuela. Este es el único cargamento en un mes procedente del principal suministrador de crudo de La Habana en los últimos años.

También en el puerto de Matanzas están el María Cristina, otro barco de GAESA, y el Marlin Azurite, un buque petroquímico que navega con bandera de Islas Marshall. Este último podría ser el cargamento que, las autoridades, fue pagado y comenzó a descargar.

Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas, indicó a DIARIO DE CUBA que en el periodo entre el 25 de agosto y el 19 de septiembre últimos la Isla apenas recibió cargamentos de combustible.

"Cuba no está recibiendo el suficiente petróleo para cubrir su déficit", aseguró. Precisó el experto que, además de los anteriormente mencionados, un buque pequeño llevó gas licuado de petróleo a Moa en días pasados.

Según Piñón, el cargamento de diésel que lleva el Marlin Azurite "parece una compra spot que cargó en Amberes, Bélgica, y llegó a Cuba en agosto". O sea, el problema de pago de esa carga habría tomado casi un mes para resolverse.

Piñón especula que la situación de "cuellos de botella" para la descarga de buques con cargamentos destinados a la Isla puede deberse a dificultades con "líneas de crédito o efectivo para comprar spot en los mercados internacionales". Es decir, La Habana no tendría dinero para pagar por sus compras y las empresas estarían renuentes a descargar el combustible sin un depósito bancario.  

Asimismo, podrían existir "problemas técnicos en las refinerías, lo que no les permite procesar petróleo crudo", así como menos envíos por parte de los tres principales socios políticos y tablas de salvación de los últimos años: México, Venezuela y Rusia.