La vocación romántica expresada por Pablo Milanés en uno de los versos de su canción Yo no te pido, en la que el trovador cubano cantaba "Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar", ha cambiado en muchos jóvenes cubanos. A día de hoy, no son pocos los que persiguen esos "diez papeles grises" y los trámites migratorios que, las más de las veces, hay detrás de ellos. ¿Los jóvenes cubanos se casan por amor? Quienes conversaron sobre el tema con DIARIO DE CUBA confesaron que sí, que el amor tuvo un peso significativo a la hora de tomar la decisión, pero hubo otros motivos que influyeron tanto o más que el cariño compartido. Entonces, ¿por qué y para qué se casan los jóvenes cubanos?
Hace unos días, el Ministerio de Comercio Interior anunció la venta de "distintos artículos a las parejas menores de 30 años, y que hayan contraído matrimonio oficialmente a partir de julio del actual año", sin embargo, los jóvenes entrevistados no solo desconocían esta iniciativa gubernamental, sino que se rieron de ella. "No, eso en Cuba no pasa y, aunque pasara, aunque fuera verdad, ¿qué resuelven las cuatro cosas que me puedan vender si la situación del país es insostenible y no hay futuro para nosotros aquí?", cuestionó una joven filóloga residente en La Habana, quien prefiere el anonimato, pues teme que sus opiniones puedan poner en riesgo el proceso migratorio en el que se encuentra envuelta luego de casarse con su novio, cubano que accedió a la ciudadanía española mediante la Ley de Memoria Democrática.
"Ya es normal que una pareja joven se case para ambos salir del país, o porque uno ya salió y el otro está adentro y esta es la vía para que salga también. Eso hace unos años no se veía", dijo.
Sobre la información publicada por el periódico oficialista Adelante, que hacía referencia a que "los recién casados podrán acceder a la compra de ajuares, confecciones, equipos electrodomésticos, colchones y muebles, entre otras ofertas", esta joven comentó que "es una estrategia ridícula y desesperada para intentar poner un freno tanto a la crisis migratoria como al hecho de lo envejecida que está la población en Cuba".
En la misma cuerda, una joven abogada de La Habana, quien se casó recientemente, dijo que el motivo de la boda, más allá de amor, fue que ella está en trámites para la ciudadanía española. "Nos casamos para que él pudiera tener derecho a esto y poder irnos del país en algún momento", confesó.
"La decisión de casarme estuvo claramente marcada por un proyecto migratorio, aquí no existen condiciones ni materiales ni de ningún tipo para plantearte un proyecto de futuro", dijo.
Sobre la iniciativa promovida por las autoridades cubanas, opinó que, "aunque te den una arrocera, cualquier electrodoméstico, colchones, lo que sea, al colchón se les salen los muelles en algún momento, el electrodoméstico se te rompe y con eso no resolviste nada. Realmente, para atarnos aquí haría falta mucho más que eso".
En cuanto a la boda, dijo que fue algo sencillo, porque "es bastante caro casarse".
"Yo soy abogada y cobro 4.400 pesos cubanos, con eso no da ni para un paquete de pollo y un cartón de huevos. Además, no valía la pena gastarse tanto dinero en eso, preferimos gastar un poco más en la luna de miel en un hotel en Varadero", relató. Pero en cuanto a esto último, "cuando reservamos nos dijeron que en el hotel nos harían regalos por celebrar la luna de miel allá, cosa que no fue así, ni regalos, ni atención diferente ni nada".
"Más allá del amor, nos casamos por el tema de los papeles", dijo Héctor, un joven habanero recién casado. "Fue una boda normalita tirando para abajo, porque sí, es caro casarse en Cuba en este momento", agregó.
"A mí ni me han dado nada ni quiero que me lo den, porque eso lo usan para engatusarte, para que tú creas que les debes algo, para que sientas que, 'bueno, si me dan esto, a lo mejor la cosa mejora y sí vale la pena quedarse'. Eso es mentira, aquí nada va a mejorar y los jóvenes lo único que podemos hacer es buscar la vía para irnos. Es triste, pero es así, y yo conozco a mucha gente de mi edad que está en lo mismo, casándose para irse, o buscando becas o lo que sea, cualquier cosa menos esperar algo del Gobierno", dijo un joven cubano que también prefiere el anonimato, por miedo a que alguna de sus palabras pueda interferir en su proceso de emigrar a España, luego de casarse con quien fue su novia durante cinco años.
"Nos queremos muchísimo, claro, pero nunca pensamos en casarnos, nosotros no necesitamos eso. Si lo hicimos fue porque a ella le llegó la nacionalidad española, y así yo puedo tenerla también", dijo.
Hay amor en los jóvenes cubanos, por supuesto, pero también hay incertidumbre, hay la pesada carga de un país resquebrajado, hay la necesidad de ir más allá de lo que hicieron sus padres, y si buena parte de la generación anterior, la generación de los padres de los entrevistados, decidió permanecer en Cuba, en quienes ahora son jóvenes late mucho más fuerte el quebranto colectivo del "yo me quiero ir".
Diego Santana, este mensaje va directo hacia ti , no se quien te autorizó a usar mi foto para hacer publicidad , ese joven de la foto soy yo la via mas facil es que la quites y la mas difícil y para ti es que te vamos a demandar por estarnos usando para tu publicidad sin nuestro consentimiento . Eres un falta de respeto , quieres ser periodista ? Hazlo , pero no conoces a las personas para estarlos usando como odjetos , espero que seas muy conciente y tomes la mejor decisión porque nosotros si tomaremos esto en muy enserio , te voy a demandar y a tu revista
Casarse para irse del país no es nuevo para la generación más joven. La generación anterior a ellos también lo hizo, sobre todo a partir de la apertura al turismo cuando jóvenes hombres y mujeres buscaban a un turista que se los pudiera llevar. Es que los males de Cuba tienen laaaarga data, y ninguno se ha resuelto, más bien han empeorado.
Las bodas deben ser rápidas y sencillas; más tiempo para la pareja.