¿Qué debe hacer un gobernante si, tras su ascenso al poder, el país en vez de mejorar empeora, sumergido en una crisis sin fin; si cada año bajo su poder, de manera inédita, emigran en estampida cientos de miles de habitantes; si los campos que estaban más o menos sembrados son abandonados; si las calles se vuelven intransitables de tantos huecos; si los enfermos mueren por falta de medicamentos; si la electricidad no alcanza más que para unas pocas horas al día?
Cualquiera con sentido común diría que renunciar. Pero el sentido común en el contexto cubano, que padece más de 70 años ausencia de democracia, está muy tergiversado, y que renuncie un dictador no significa que detrás venga uno mejor, ni que podamos elegir. Miguel Díaz-Canel es un líder nominal, designado por la elite política, no por el pueblo, y él se debe al sistema dictatorial que lo puso en su cargo para garantizar "la continuidad". Ese es su mandato.
Pero el contexto le exige lo contrario: cambios verdaderos para salir del atolladero, que inevitablemente implicarían romper con tal encargo. Tuvo y sigue teniendo que elegir entre ser un gobernante fracasado que cumple con la misión asignada por su mentor o ser el reformista valiente que saque al país adelante.
La primera, que evidentemente ha elegido o se ha visto obligado a elegir hasta ahora, lo ha convertido en una marioneta impopular y mediocre. La segunda, que aún tiene tiempo de emprender, le propiciaría un legado positivo a pesar de todo el lodo que carga. No hay dudas de que quien (o quienes) contribuya decisivamente a viabilizar una salida a la crisis nacional que sufre Cuba, sea desde el poder o desde la oposición, se llenará de méritos.
¿Acaso se puede inferir que Díaz-Canel es el bruto que parece, que tiene tan bajo coeficiente intelectual como para elegir el irrespeto y el odio de su pueblo, en vez de los potenciales méritos que arreglar Cuba le traería? ¿Será la tonta marioneta que parece?
Para algunos, y es casi un acto de fe, tal vez solo está maniatado por el influjo de Raúl Castro, cuyo poder real y tácito lo inmoviliza. Castro II ha resultado demasiado longevo y ha robado la posibilidad de autonomía al primer lustro de Díaz-Canel, y a más de un año del segundo, hipotéticamente el último que tendrá como dirigente administrativo del país.
Por otro lado, la tesis de que solo "son unos descarados", que conscientemente nos mantienen en la miseria y bajo represión para garantizar con dependencia y miedo el poder y los privilegios, es plausible. Pero también lo es que en medida significativa estén incapacitados para aprender, para reconocer la realidad y para superarla.
La ideología de los dictadores cubanos es el marxismo-leninismo y no solo es radical, además es la peor que existe, la más retrógrada y la más disfuncional. Y en los aspectos más inhumanos solo es superada por el nazi-fascismo. Un verdadero hueco negro del que no es fácil salir. Inviable, incluso para los propios objetivos de la idea socialista.
Salir de ese hueco profundo, de ese círculo vicioso, es difícil y peligroso incluso para alguien en la más alta jerarquía como Miguel Díaz-Canel, porque existen fuerzas ocultas que mueven los hilos del poder, detrás del poder. Bajo el totalitarismo, el que está a tu lado puede ser un espía y nunca se sabe cuándo te van a serruchar el piso, ni si vas a pasar de victimario a víctima.
Cabe preguntarse entonces: ¿con tantos tropiezos con la misma piedra, haciendo lo mismo sin que funcione, viendo cómo el país se cae a pedazos, acaso no aprenden nada? ¿Será que ni siquiera toman experiencia de sus errores?
Las ideologías radicales, sean religiosas o políticas, sean de derecha o de izquierda, penetran en lo profundo de la mente, se establecen como un dogma y dificultan la capacidad de razonar con objetividad, y te escudan cuando se cuestiona o amenaza lo asumido. De momento el país sigue rehén de esa ideología y condenado a la miseria.
El mejor escenario, si de ellos finalmente depende que en Cuba se abra un camino hacia la solución de la crisis nacional —ineludiblemente conducente a una democracia— podría partir de una reforma ideológica que "ellos" asuman, que justifique "el cambio" y no desate "resistencia mental". De lo contrario, la reacción seguirá siendo enquistarse y aferrarse a la continuidad por más tiempo. Esta sería, tal vez, una pequeña posibilidad de que la luz se abra paso en medio de la oscura y larga noche.
Una corporación militar es “parte de este engranaje que nos asfixia.” No es necesario ajustar por las diferencias culturales entre Cuba, Egipto e Iran, para llegar al esquema que define el poder en estos países. Los tres países muestran una institución militar que controla los sectores más rentables de la economía, creando un flujo de caja en circuito cerrado. Y ese nudo de militares con dinero por encima de la ley ofrece una resistencia significativa al civismo. Porque acomoda al oportunismo como forma de vida; lo explica el “colaboracionismo”. No es posible, desde cualquier ángulo, responder a la corporación militar con una simetría efectiva. Es por eso que emplear una base de datos para movilizar el hemisferio responde a una asimetría necesaria. ❤️
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- [ ] Es fundamental analizar la capacidad que tiene el totalitarismo cubano de “enquistarse y aferrarse a la continuidad por más tiempo”. Las estructuras de gobierno acompañadas por un conglomerado militar-todopoderoso se encuentran en Egipto e Iran. Este esquema (gobierno-conglomerado militar todopoderoso) ofrece una resistencia significativa a la protesta; porque el cuerpo militar afincado en un conglomerado, queda al margen de la justicia, y conserva su propia rentabilidad económica con respecto al resto del país. Por eso es importante estudiar los mecanismos de segregación económica que impulsan los militares en Egipto, y entender la tremenda efectividad que tiene el gobierno iraní para aplastar las protestas.
Los problemas existenciales en estado de crisis de una nación no se definen ideológicamente el enfoque comunista de los creadores del Marxismo bugarronico, atrofia y definitivamente lastra el pensamiento. En ninguna parte del mundo la gente piensa ni relaciona sus actos simples de comer, vestir trabajar, enfermarse, curarse, o estudiar con problemas de sistema político, UD. hace todo lo anterior con arreglo a sus recursos y posibilidades sin esperar que este o aquel acontecimiento político o social le resuelva alguno de los líos de la aventura de la vida.
Ante todo la dirigencia encaramada en los resortes del poder Castrofascista lo único que han demostrado es que no tienen ninguna intención de sacar al país del abismo donde se halla. En cambio lo que si han demostrado fehacientemente que son unos equilibristas bastante irresponsables.
Castro I de Biran es una figura que en lugar de representar un pasado heroico que inspira a otras generaciones representa una derrota estrepitosa de una ideología fracasada y que de paso ha destruido hasta los cimientos las infraestructuras económica y social del país, hasta un grado inferior a la época colonial donde el deterioro es la cara visible de todo. Mientras Candy la Salá y el Gran Visir viven en la TV figurando en actividades que no conducen a ninguna parte. No es cuestión de filosofía o sistema político la lectura que me sugiere este artículo se concreta a esta pregunta : Cuando termina el tic tac en la cuenta regresiva hasta el inicio de la implosión.?
En realidad, la tiranía comunista si algo tiene a su favor es su extraordinaria capacidad de rectificar sus deslices, pero no en lo económico ni en lo sociopolítico.
El cartel de Punto Cero lo único que moderniza con bastante eficiencia es su maquinaria represiva y propagandística.
Tener a las personas en la miseria bajo el control de un estado totalitario que reparte migajas, ha estado y seguirá estando en frecuencia armónica con el empobrecimiento intencional e institucional que generan las políticas socialistas.
Lo que importa y determina, más allá del enriquecimiento de una elite mafiosa, es el sometimiento e idiotizacion de los subyugados.
Todos los comentarios y el autor señalan a Castro II, a Díaz Canel y no mencionan al verdadero patriarca del poder. Señores es el hijo de Raul Castro. Ese es el que está dirigiendo el país.
El bastardo no "dirige" ningún país, el solo "digiere" todo lo que pilla.
En Cuba no solo "La china" ostenta el poder, la cúpula militar dirigida por momios maneja los hilos del país y del títere Canel. El verdadero poder de la tiranía esta radicado en viejos con una mentalidad cerrada que no van a aceptar cambios de ningún tipo. El temor a una perestroika caribeña les viene a la mente cuando sopla algún aire de cambio, optando por matar al mensajero de tales noticias. Canel no es tan tonto como se pinta, ha sabido lamer la bota de los Castros y presentarse como alguien "confiable" para la cúpula. Él sabe que está en el filo de la navaja, es una pieza descartable que será arrojada para calmar a la turba enfurecida si el pueblo se cansa de tanto atropello. El solo es el portavoz de los designios de la cúpula, salirse del libreto le costaría una cita con "madame guillotin", lo cuál no quita su baja moralidad y escrúpulos, dejando su huella en la historia como "el singao de Cuba.
TODOS LOS CASTROS, DIAZ CANEL, MATONES, REPRESORES, SEGURIDAD DEL NARCO ASESINO CUBANO. ASAMBLEAS DEL PODER POPULAR, COMITE CENTRAL, PCC, CTC, FMC, UJC. CDR . MTT, MININT. CONSEJO DE ESTADOS, CONSEJOS DE MINISTROS. ANAP. COOPERATIVAS. TODAS LAS CLARIAS CASTRISTAS. , TODOS LOS CHIVATOS, VIGILANTES. TODOS AL INFIERNO. AL INFIERNO. PURA LACRA ASESINAS.
Con todo respeto pienso que lo del régimen no es asunto de ideología, ni marxista-leninista, ni ninguna otra. Se trata de un grupo de ineptos, encabezados por Raúl Castro todavía, que no quieren perder el poder, ese poder que les garantiza la sobrevivencia. Hay en ese régimen generaciones para quienes Girón, las nacionalizaciones, la reforma agraria, la Revolución de Octubre, el CAME, etc son historias pasadas, que solo les sirven de referencia para los discursos. Ellos también cuidan sus cargos con sus buchitos de privilegios, tienen hijos y parientes viviendo fuera y no quieren cambiar nada de eso porque para ellos es algo "estable", se llame revolución, socialismo o lo que sea.
Estoy totalmente de acuerdo con Ana. J. Falla.
Estimada Ana,
Tiene razón, de ese grupo se podría decir más, es una mafia. Como lo interpreto, la intención del autor es mostrar como la ideología marxista-leninista les ha servido (y sirve) bien para mantener el poder. Como no hay mucho para repartir, de cara al publico, no pueden abjurar de esa ideología. En mi opinión, el día que digan que no son marxista-leninistas todo se viene abajo, Castro I lo sabía muy bien.
Gracias por sus comentarios, son muy apreciados.
Gracias. Vale su comentario.
El autor tiene razón, "el marxismo-leninismo ..., además es la peor que existe, la más retrógrada y la más disfuncional". El problema, como político, de Diaz-Canel es que, criado y aupado por ese sistema, ni siquiera cubre las apariencias. Es el único presidente en el mundo al que le he escuchado decir, publicamente, que todas las decisiones serían consultadas con el anterior presidente.
No creo que al desgobierno le pueda quedar un ápice de ideología, la ideología Castro siempre consistió en el Oportunismo.
El autor pregunta "¿Acaso se puede inferir que Díaz-Canel es el bruto que parece, que tiene tan bajo coeficiente intelectual?" Yo le respondería: es de los peores brutos, los que son tan brutos que no se percatan que lo son, aquellos que no conocen el "solo sé que no sé nada".
En su caso, los ejemplos bastan, pero citemos uno reciente: Canel acaba de arengar en la Asamblea Nacional que los campesinos de las montañas no sólo deberían producir leche para consumo propio (la que ya no producen), sino en cantidades suficientes para abastecer las ciudades!
No aprendió "en la Ñico López" que no se puede criar ganado en terrenos inclinados y que si Camaguey fue historicamente la provincia ganadera y lechera se debía precisamente a sus amplias llanuras. Claro que las llanuras solas no son suficientes para resistir el embate de los "dirigentes" y "doctores" al estilo Canel, capaces de lograr la hazaña de convertir a Cuba en un pais importador de azúcar.