'Gasté un millón de rublos en mi viaje a Cuba y no quiero volver'

Una turista rusa que visitó Cuba junto con su familia aseguró haber gastado el equivalente a 10.840 dólares de EEUU (un millón de rublos) durante los 16 días que permaneció en la Isla. Y pese a que consideró interesante la experiencia, admitió que no desea volver porque le disgustó "la indiferencia de los lugareños y la falta de voluntad para esforzarse y hacer algo".

Según Elena Liseykina, quien tiene el blog de viajes "Viajar con una cámara" y ha dedicado varias reseñas anteriores a su estancia en Cuba, "antes del viaje, calculé los costos aproximados de un hotel (con tres comidas al día) para cuatro personas y cuánto costaría alquilar alojamiento a los lugareños y comida en un café".

La conclusión inmediata fue que, sin apelar a una reservación en un hotel todo incluido, las vacaciones le hubieran salido aún más caras, "al menos, a expensas de la comida en los cafés, porque realmente no puedes comprar comida en las tiendas para cocinar por tu cuenta. A menos que lleves paquetes de trigo sarraceno".

Después del viaje, Liseykina señaló que optar por una casa de renta podría ser una mejor opción. "Por ejemplo, la primera semana puedes vivir en un hotel, y para el resto de los días reservar alojamiento con los lugareños. Luego decidí que esta era una opción demasiado confusa".

"Pero nos las arreglamos para vivir con los lugareños: fuimos a Trinidad por unos días y alquilamos una habitación allí. Sí, los días pagados en el todo incluido se perdieron, pero no me arrepiento en absoluto", admitió.

Las razones de la turista rusa para barajar esas opciones tienen que ver sobre todo con la dudosa calidad del servicio en el hotel 5 estrellas en que reservó. Por ejemplo, su amor por el té quedó en suspenso durante casi todas estas jornadas.

"En un hotel de 5 estrellas, no había hervidor de agua en la habitación, y en el restaurante, en lugar de agua hirviendo, traían agua ligeramente tibia. Al parecer, para que los turistas no se quemen accidentalmente, porque en las farmacias no hay remedios para las quemaduras", enfatizó.

"Utilicé un intérprete y traté de explicar que necesitaba hacer té, e hice un gesto: un completo fracaso. El único té normal en Cuba, por cierto, fue cuando pasamos la noche en casa de los lugareños. Allí todo estaba magníficamente resuelto. Pero en el hotel, un completo fiasco", aseguró.

Las quejas por el servicio hotelero menudean en las publicaciones de Liseykina. En especial, le choca la demanda de propinas de los empleados, un tema al que vuelve una y otra vez en sus publicaciones. 

"Todo dentro de mí está en contra de dar dinero y regalos así como así. Y en Cuba, simplemente no funciona de otra manera. A diferencia de los países normales, donde primero recibes un servicio y luego lo agradeces, en Cuba primero tienes que pagar unos dólares y luego esperar tener una toalla limpia en tu habitación. O no aparecerá", aseguró.

"Naturalmente, cuando el 90% de los turistas siguen estas reglas y traen montañas de chocolates, cosméticos y otros regalos a las 'pobres' sirvientas, estas no quieren trabajar de otra manera. Y siempre están esperando que se les dé algo".

"Me advirtieron que no esperara ningún nivel especial de servicio en Cuba. Pero no se me ocurrió que en un hotel de 5 estrellas no habría fruta, y las bebidas carbonatadas en los bares se acabarían. Ponen agua en la habitación, pero solo medio litro por persona. Por supuesto, puedes encontrarla, pero para ello tendrás que ir a un bar", subrayó.

"También puedes esperar una respuesta de una chica en la recepción durante 15 minutos. Y esto no por la cola, sino simplemente porque está 'muy ocupada'", agregó.

Las autoridades cubanas, que celebran que el mercado ruso sea el tercero en el aporte de turistas a la Isla, han prometido toda clase de atractivos para esos clientes. En 2024, La Habana espera recibir 200.000 visitantes de ese país, lo que implicaría superar la cifra récord de 185.000 turistas rusos registrada al cierre de 2023.