Luego de dos intensos días de combate contra las llamas, fuerzas del Cuerpo de Guardabosques (CGB) y del sistema de la Agricultura lograron sofocar el incendio forestal de grandes proporciones que devoró entre 300 y 350 hectáreas de bosques en el municipio pinareño de Viñales.
Según publicó el diario oficial Granma, el teniente coronel Alexander Pereda, jefe del CGB en la provincia de Pinar del Río, explicó que en el control del siniestro participaron alrededor de cien personas, auxiliadas por diversos medios, incluyendo un buldócer.
El fuego se originó en el Alto de Manaca y se extendió por la zona conocida como Cayo Grande. Se trata de una extensa área de plantaciones de pinares en la que no existen viviendas ni ningún tipo de construcción, por lo que no representó un peligro para los habitantes del territorio. Según el medio oficial, no se puede decir lo mismo sobre la naturaleza de esta región de la serranía pinareña.
Después de lograr el control del incendio, mediante la construcción de trochas y otras medidas técnicas especializadas, Pereda precisó que las fuerzas bajo su mando realizaron la "guardia de cenizas", mediante la cual se comprobó que el fuego está apagado completamente y que no existe el riesgo de que vuelva a propagarse.
Según la oficial Prensa Latina, exámenes preliminares indican severos daños al sotobosque y a las copas de algunos pinos adultos. Actualmente una comisión de expertos investiga las causas del incendio, el número 31 que registra la provincia de Pinar del Río en lo que va de año, pero el primero de gran envergadura en la provincia.
Un informe del Cuerpo de Guardabosque de Cuba citado por EFE señaló que de enero a mayo de 2023 se registraron 613 incendios forestales, que dañaron 13.980 hectáreas de bosque y 489,5 de herbazales de ciénaga.
Los territorios más afectados fueron las provincias de Pinar del Río (141 hectáreas), Artemisa (45) y Matanzas (40), la oriental Holguín (79) y el municipio especial de la Isla de la Juventud (69).
Más del 85 % de los incendios forestales se originan fundamentalmente por la acción humana debido a la quema de potreros, la caza furtiva y la irresponsabilidad de los transeúntes, según el informe oficial.
El más devastador de todos estos siniestros, uno de los peores ocurridos en Cuba en los últimos 40 años, fue el de Pinares de Mayarí, en Holguín, que arrasó con cerca de 5.700 hectáreas de bosque. Las autoridades demoraron más de dos semanas en poder extinguir ese gran incendio, que provocó la evacuación de numerosas familias.
La pregunta del millón: ¿obra de la naturaleza o de patriotas contrarrevolucionarios?