Los holguineros tienen más horas de apagón, pero también arroz... de febrero

Holguín está sometida a largos cortes del servicio eléctrico días tras días, sin excepción. A diferencia de La Habana, donde las autoridades temen manifestaciones de descontento, en los municipios del interior, en los que es más fácil mantener el control social, los apagones son más largos: seis horas.

Pero la crisis actual del sistema electroenergético nacional se ha complicado y las horas sin servicio eléctrico, en vez de disminuir, se incrementaron hasta ocho horas y media diarias.

El boletín informativo de la Empresa Eléctrica provincial, difundido por los medios oficiales cubanos , anunciaba que "debido a la compleja situación energética del país, ha sido necesario aumentar el tiempo de afectación por déficit, en el día de hoy (3 de marzo) entre las ocho y las nueve horas, en dependencia del comportamiento real del déficit". 

Según la nota, aunque el incremento anunciado es hasta de hasta nueve horas consecutivas, la planificación adicional será de dos horas y solo llegaría a tres en casos de necesidad. Todos los horarios serían corridos, en dependencia del déficit de cada momento. Esto no solo incrementa el suplicio de la población por falta del servicio, sino que les impide planificarse para aprovechar los "alumbrones".

"Ya era insoportable con seis horas todos los días. Casi siempre, cuando más falta te hace, se va la corriente. Uno anda loco, como un zombi sin saber qué hacer. Es una desgracia no tener electricidad, todo depende de la corriente. Ahora, hasta nueve horas. Ya mejor que la quiten completa. Este país se ha vuelto insoportable, la gente está desesperada", asegura a DIARIO DE CUBA Kenia, una madre holguinera que trabaja en el sector de la gastronomía privada.

Cris es cuentapropista y tiene una cafetería. Se queja de que el helado se le derrite y "cuando más inspirados estamos vendiendo pizzas, se va la corriente y la masa pierde calidad, porque (la corriente) vuelve a las seis horas". 

"Ahora será peor, porque la subieron a nueve horas. Es difícil trabajar con tanta inseguridad de todo y lo peor es no tener garantía de electricidad. Tenemos muchos productos refrigerados que pierden calidad por tanta congelación y descongelación sucesivas. Y a nadie le importa eso", lamenta.

A los apagones se suma la inestabilidad en el abastecimiento de los pocos productos que el Estado vende a los cubanos a través de la libreta de racionamiento y con los que la población apenas subsiste una semana.

"La leche de los niños menores de siete años ha estado faltando por varios días consecutivos y aunque la traen al otro día doble, la mayoría de las veces se corta. Debe ser por los apagones", cuenta a esta redacción Yailén, madre de dos niños.

"Pero en tres o cuatro ocasiones llegó medio litro, porque no alcanzaba. Hay que estar el día entero pendiente de la maldita leche porque tenemos niños y estamos obligados, pero casi siempre viene de tarde o de noche; a veces, de madrugada. Es terrible y parece que va a seguir así para siempre", añade.

En febrero, solo se repartieron dos libras de azúcar por persona a través de la libreta y las familias se han visto compelidas a comprar sus alimentos en las MPYMES, a precios exorbitantes y cada vez más altos, debido al aumento de la tasa del dólar en el mercado informal cubano, que es donde el sector privado adquiere la divisa para pagar sus compras en el exterior. Mientras, los salarios y pensiones, que el Estado paga a los trabajadores en pesos cubanos, continúan perdiendo poder adquisitivo.

Cada vez son más las familias que hacen una sola comida al día y las personas que piden ayuda a sus vecinos o "limosna" para poder comer. 

"Siempre hemos estados jodidos desde que triunfó la Revolución y ha habido escasez, y hemos pasado trabajo, pero siempre también había un escape y la cuota no fallaba. Ahora sí está fallando y grandemente. Hay mucha gente pidiendo casa por casa un poquito de azúcar, o un vaso de arroz para darle comida a un hijo, o un vasito de leche, porque las madres están desesperadas", comenta Gustavo, quien dice sobrevivir gracias a que tiene un hijo en Austin, Texas, que le envía dinero y combos de comida.

"Pero es muy duro ver eso pasando a tu alrededor. El colmo fue ver a un niño frente a una pizzería, vestido de uniforme de secundaria, pidiendo un pedacito de pizza porque no tenía almuerzo en su casa. Me he quedado traumado", dice.

"Yo le di 50 pesos y la mitad de mi pizza; y otra persona le regaló 100 pesos. A una señora se le salieron las lágrimas. La dependienta dijo que a cada rato había gente pidiendo porque tenían hambre, y no las personas mal de la cabeza que son vagabundos y siempre lo hacen, es gente hasta bien vestida, principalmente ancianos que no les alcanza la jubilación. ¡Ni se sabe a dónde va a parar este país como va la cosa!", lamenta.

En medio de esta situación, el Gobierno cubano ha anunciado una buena noticia en esta primera semana de marzo: el arribo del arroz de febrero, o de una parte de él.

Al holguinero municipio Mayarí, por ejemplo, llegaron "más de cien toneladas de arroz (…) para completar la entrega de la canasta familiar normada del mes de febrero. La transportación hacia las bodegas del territorio es paulatina, tomando en cuenta la capacidad de carga de los vehículos y el déficit de combustible", informó el portal oficial de la internet.