Las cuestionadas obras del Hotel K23 en El Vedado, La Habana, siguen adelante en medio de la crítica situación económica y social que padecen los cubanos. Publicaciones en redes sociales muestran imágenes del avance constructivo y dejan algunas pistas de lo que será en su interior el monstruo de concreto que se levanta en calle K y 23, en el barrio de El Vedado.
Entre las fotografías se muestra un imponente voladizo en el piso 32 destinado a espacios recreativos, dotado ya de cristales panorámicos, según explicó Carlos Espinosa Betancourt en el grupo de Facebook Fotos de La Habana en una publicación en la que citó al ingeniero Alejandro Manuel Silva González.
El edificio contará con vigas de acero con un revestimiento de yeso, destinado a prevenir un sobrecalentamiento en caso de incendio; ventanales con paneles de cristal doble reforzado, sellados con un gas a presión en su interior para una mayor resistencia ante impactos, añadió Espinosa.
Según el usuario, en el piso 41 se ubicará el acceso al restaurante Sky Bar con vistas panorámicas de La Habana.
En otra imagen se aprecian las columnas del lobby con terminación en ocre y piso de granito.
El Grupo Gaviota, propiedad del conglomerado empresarial de los militares cubanos, GAESA, anunció en octubre que la empresa española Iberostar será la encargada de gestionar el hotel con categoría cinco estrellas que se levanta desde septiembre 2018. El edificio se convertirá en el más alto de Cuba, con 42 plantas.
Cuando comenzó la construcción del inmueble, el edificio fue bautizado como Torre K o Torre López-Callejas, en referencia a Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, emparentado con Raúl Castro, quien al morir dirigía GAESA y era considerado uno de los hombres más poderosos de Cuba.
De acuerdo con un reporte del portal oficial Cubadebate, la obra debió estar concluida en 2022.
La construcción recibió desde su inicio críticas de arquitectos y urbanistas que señalaban su ubicación y su altura. El arquitecto Sergio Isa lo calificó como "el mazacote más feo que se ha construido en La Habana. En parte también porque en este país no se somete nada a concurso. Todo se realiza a 'Pepe timbales'".
De igual manera, el profesor y arquitecto cubano Universo García Lorenzo opinó que hay "normativas y regulaciones, y sentido del contexto que no se expresan en modo alguno, tales como considerar la orientación para la protección o apertura de fachadas, las alturas, etc.".
En enero el periodista franco español Ignacio Ramonet, simpatizante del régimen y autor del libro Cien horas con Fidel, calificó a la Torre K como un "horror".
"Vedado, La Habana. ¡Arquitectura horribilis! ¡Horror urbano!", escribió Ramonet en su cuenta en la red social X.
Eso será como el edificio de los Juzgados de Las Palmas de G.C. que construyeron un edificio perfecto para Finlandia, todo acristalado y dándole el sol por todos lados, tuvieron que variar la fachada y abrir ventanas y al final terminaron haciendo otro porque allí no había quién trabajara.
¡Como condominio esto no tiene precio!
Eso será un gigantesco sauna. Entrará tanto calor que el aire acondicionado quedará nulo. Ese voladizo da miedo, parece que se va a desprender. La estructura adelgazada del edificio da la sensación de vulnerabilidad ante un tornado o huracán fuerte. Imitación del edificio de la ONU en el lugar equivocado. En fin, edificio mal concebido y dinero despilfarrado. El Havana Hilton, irónicamente rebautizado como Habana Libre, construido por los gringos, seguirá siendo el rey de los hoteles. La mano de obra esclava será baratísima. 15 o 20 centavos la hora versus $I5+ la hora en EEUU. Dijo Carlos Pascual Peña: Este será el epicentro de viviendas con peligro de derrumbe, calles bacheadas, derrames albañales, regueros de basura, ómnibus oxidados, almendrones envueltos en humo, farmacias sin medicinas, shoppings desabastecidas, prostitución a raudales y miseria, mucha miseria.
Pronto abrirán casinos y demás, pronto llegaremos a La Habana de 1958, aunque con mayores desigualdades sociales y económicas, hoteles de lujo para extranjeros, como el Hilton, hoy Habana Libre, y ahora este, a media cuadra.