"Me da vergüenza llamarme cubana, me duele que por una firma no te puedas operar, porque mi país te ha dado la espalda, mi país ya te enterró y tú aún estás viva", escribió en su perfil de Facebook la cubana Milagros Ortíz, madre de la niña Amanda Lemus Ortíz, que espera hace casi un año por un trasplante de hígado que necesita con carácter urgente.
La menor, nacida en Sancti Spíritus, pero traslada a La Habana junto a su familia en busca de un "mejor" tratamiento, sufre de atresia de las vías biliares, tiene cirrosis de tipo 2 y, como consecuencia de estas afecciones, padece de osteoporosis e insuficiencia renal. La niña fue operada a los dos meses de nacida, con el propósito de alargar la espera para realizarle un trasplante de hígado que le salve la vida. Trasplante que, sin embargo, se sigue demorando.
Ha trascendido, igualmente, que el padre de la niña tiene la compatibilidad necesaria para convertirse en donante, pero el Hospital Pediátrico William Soler, donde se encuentra ingresada Amanda, carece de los insumos para llevar a cabo el trasplante.
"Estaba a la espera de su operación con mucha esperanza, pero me comunicaron que no hay condiciones para hacer dicha cirugía, por ausencia de personal y complementos. Intenté conseguir las cosas necesarias para hacerlo, pero me son negadas porque está prohibido traer nada de la calle", denunció la madre hace casi un año.
"Te pido perdón por no tener unos padres con la influencia suficiente para comprarte tu salud, para comprarte la comida que necesitas, las medicinas, las cosas que una niña como tú necesita. Perdóname porque, aunque tu padre y yo estamos dispuestos a dar la vida por ti, a darte ese hígado que tanto necesitas, naciste en el país equivocado", escribió en Facebook el pasado 21 de enero.
Otro caso que pone al descubierto el desastroso panorama de la salud pública cubana es el de la niña Ashley Manuela Echaide Mesa, que al igual que Amanda Ortíz necesita un trasplante de hígado con urgencia.
"No les interesa nada y mi niña está entre la vida y la muerte, y cada día que pasa se deteriora más", dijo la madre de la menor, Yanirys Mesa, en testimonio ofrecido a Martí Noticias. "Somos una potencia médica donde los niños se mueren todos los días", criticó.
"Voy a hacer lo que tenga que hacer por mi hija y voy a llevar esto a donde lo tenga que llevar, pero no se me va a morir", añadió. Dijo, además, que hace tres meses, cuando fue a quejarse al Ministerio de Salud Pública, le dijeron que en enero trasladarían a la niña a España para poder operarla, cosa que hasta ahora no ha ocurrido.
Al igual que en el caso de Amanda Ortíz, para Ashley también existe un donante, pero el hospital en el que se encuentra ingresada carece de los insumos para llevar a cabo la operación.
"Yo puedo ser su donante, somos del mismo grupo sanguíneo, pero no tenemos forma de salir de Cuba para lograr hacer esta cirugía. No quiero ayuda económica, solo pido que me ayuden a salvar a mi niña con una visa humanitaria", dijo Yanirys Mesa en un video compartido en sus redes sociales.
La salud pública cubana, uno de los estandartes del castrismo, se resquebraja. En julio de 2023 trascendió una encuesta del proyecto Cubadata con cifras alarmantes sobre la crisis sanitaria en la Isla. El 57,6% de los cubanos consultados enfrentaba serios obstáculos para obtener atención médica, y más de un 80% tenía dificultades para hallar medicamentos.
Son cientos los casos de pacientes que no reciben la atención necesaria, que sufren las carencias de los hospitales y la indefensión frente a las políticas del Ministerio de Salud Pública, que priorizan tapar los escándalos, hacer todo cuanto sea posible para que no se viralicen en redes, en lugar de garantizar la calidad de los servicios médicos y los insumos y medicamentos para hospitales y otros centros asistenciales.
