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Opinión

El hombre nuevo en Cuba

Difícil de medir en el ámbito educativo, la inmensidad de la devastación castrista ha llegado a influir en el comportamiento, valores, creencias y preferencias de los cubanos.

Miami
Libro de texto cubano.
Libro de texto cubano. Diario de Cuba

Como todo fenómeno social turbulento y duradero, el castrismo deja una larga estela de resultados que, ex post facto, pueden ser vistos en las ciencias sociales como costosos experimentos. De modo similar al estudio y evaluación de las catástrofes después que ocurren, los "experimentos" poseen un valor discutible para quienes no sufrieron los costos. En el futuro, cuando algunos descubran las lecciones del castrismo, esos costos probablemente sean olvidados. Por eso debemos insistir en ellos. La inmensidad de la devastación castrista, que parece no tener fin, es difícil de medir, porque la propaganda totalitaria es abrumadora y la estrategia de ocultar la verdad prevalece durante un tiempo, sobre todo cuando hay deficiencias educativas en la sociedad.

El castrismo se le vendió a la mayoría de los cubanos, desde sus primeros momentos de 1959, con la ayuda de una mezcla de mentiras y promesas que no se cumplirían, pero que se aprovechaban astutamente de los vacíos y lagunas educativas de la población. El castrismo mostró, además, una disposición notable a ignorar y violar cuanto principio ético o moral le impedía mentir y desinformar eficazmente, sin menor reparo o vacilación. Y así fue creciendo el número de ciudadanos que lo apoyaban, pero disminuía en la medida que cada uno lo iba conociendo mejor. Un ejemplo característico es cuando Fidel Castro dice la verdad al negar ser comunista, mientras monta tal régimen en Cuba para luego hacerle creer a los rusos que él es marxista-leninista, con el objeto de lograr la ayuda masiva de Moscú. "No soy comunista" quizás pase a la historia como su mejor mentira, porque escondía otras más.

El sector educativo envuelve muchas actividades diseñadas para control político de la población. Además de las promesas y planes castristas, el plan de alfabetización utilizó un objetivo educativo con fines políticos de movilización de masas, que a la vez servía para acostumbrar a la familia cubana a desprenderse de los hijos por largos períodos. Así comienza un proceso del cual se sabe poco, por la falta de información y de libertad para obtenerla, pero que cobra gran importancia al fin de estos últimos 45 años en que el desarrollo del sector no parece mantener la prioridad inicial del castrismo en la agenda declarada de su política pública.

Junto a las campañas y políticas oficiales para mejorar la educación en general, hubo declaraciones extraoficiales proponiendo la necesidad de enfocar el desarrollo en un utópico "hombre nuevo", definido vagamente como un ciudadano desprendido y generoso, siguiendo los lineamientos idealistas y propagandísticos del comunismo, teóricamente impuestos por el castrismo desde sus comienzos. En este punto es absolutamente crítico separar lo ideológico de lo propagandístico para estudiar el castrismo.

El castrismo, al igual que otras doctrinas y tendencias totalitarias, como el fascismo, se basa en el uso descarnado de la mentira como instrumento principal de la política pública. La eficacia de esta política depende de las destrezas histriónicas del comunicador principal y su elenco acompañante, que suelen ser seguidores del protagonista, una especie de muestra de la masa de seguidores. Mientras el actor principal está a cargo de controlar el sistema, desde el momento en que lo consigue establece un estado de equilibrio que puede derrumbarse con un cambio de mando. El que más manda y los que mandan lo saben. En esta situación, la política pública totalitaria es definida por una ecuación que la incluye como variable dependiente de una variable independiente predominante: maximizar el tiempo que se permanece en el poder a cualquier costo, material y humano, sin restricciones éticas, morales o ideológicas de ningún tipo.

A partir de ahí se monta una forma de gobierno contra una mayoría de ciudadanos que no saben qué está ocurriendo porque no están informados, y no están informados porque no están organizados. O sea, es una cuestión vital para el totalitarismo dominar los flujos de información para controlar a la población. Intuitivamente, los dictadores aplican los principios cibernéticos del control y la comunicación para apoderarse y mantener indefinidamente el poder político, principios que se ponen en práctica en Cuba por medio del aparato represivo. Esto, a su vez, exige que los recursos económicos del país (materiales, humanos y financieros) sean asignados a los sectores correspondientes.

Entonces ¿qué quedó del "hombre nuevo"? La lenta evolución del castrismo ha sido esencialmente un proceso de demolición económica e institucional que fue dejando atrás una utopía vagamente expuesta por el Ché Guevara como un componente importante de la política educativa del proceso. Aunque no se menciona mucho últimamente, parece que el concepto de hombre nuevo, como una de las metas grandiosas del castrismo, ha quedado como un escombro más del régimen, pero esta vez como parte de las ruinas de las construcciones propias, no de las confiscadas, y se puede notar mediante la acumulación casual de conversaciones informales con tandas de emigrantes, sobre lo que se sabe y no se sabe en Cuba por la población en general. De tales conversaciones va surgiendo una visión aterradora de los resultados del totalitarismo castrista, una visión que merece ser estudiada más rigurosamente por medio de encuestas y entrevistas diseñadas científicamente, con el fin de medir y definir los verdaderos logros y otros resultados del producto educativo de 65 años de castrismo en Cuba.

Sabemos que el "producto educativo", o lo que pudiéramos llamar la producción del sector educativo, no se mide como se mide la producción de azúcar en el sector agropecuario de un país, en términos físicos o monetarios. El producto educativo no se mide, pero existe. Aunque no sepamos lo que es, se espera alguna transformación en el individuo sometido al misterioso proceso de recibir cierta forma de educación. Una campaña de alfabetización, por ejemplo, puede ser evaluada por medio de indicadores que midan la comprensión de lectura de los beneficiarios, antes y después. Pero cuando se quiere evaluar una tesitura educativa más amplia y compleja, se manifiestan problemas metodológicos e incluso epistemológicos: ¿puede medirse realmente la educación?

En conversaciones con cubanos emigrados recientes, especialmente los que nacieron después de los años de crisis (1990 en adelante), se observan cambios educativos alarmantes para los interesados en Cuba. Entre los más notables se encuentra la falta general de conocimientos sobre la historia nacional y de una buena parte del mundo desde 1959. Por ejemplo, parece que hay una pérdida casi total de la memoria de lo que sucedió en Cuba desde el 20 de mayo de 1902 hasta el comienzo del castrismo. Las conversaciones informales a menudo descubren que una cantidad aterradora de cubanos nunca ha oído hablar del 20 de mayo y muchos otros asuntos elementales, que se da por sentado deben ser parte del conocimiento de todos.

Los monopolios educativos e informativos del castrismo, combinados con la falta de libertades, han conseguido formar un hombre nuevo muy distinto al de la fábula guevarista. Hay muchas razones para creer que las lagunas educativas e informativas que los que todavía mandan en Cuba han creado en estos últimos años son de gran tamaño, medidas en número de personas afectadas y en profundidad. Igualmente, las deficiencias educativas en el dominio cognitivo pueden estar acompañadas de pérdidas en el dominio afectivo, que envuelve formas de comportamiento, valores, creencias y preferencias.

La Cuba poscastrista es una verdadera caja de Pandora. Pero estas consideraciones deben ser manejadas con gran cuidado, porque su base factual es insegura y puede conducir a conclusiones muy erradas, aunque son advertencias severas que sugieren investigación. Es importante tener en cuenta que, a pesar de los fracasos continuos del castrismo, la mediocridad e incompetencia del actual equipo dirigente y el fenómeno de una emigración que no deja de fluir, en Cuba quedan ciudadanos de talento, incluso en el equipo dirigente, que son sensibles a estas preocupaciones y pueden asistir en su solución.

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15 comentarios

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Profile picture for user padre Ignacio

Es una morralla que desafortunadamente esta arribando a las costas de Miami, manojo infame de tumbadores, mentirosos y vagos, que en los trabajos se roban hasta los clavos de las puertas. Gente sinverguenza que no mas llegar a los Estados Juntos en lo único que piensan es en regresar al shithole donde les patearon el oricagua hasta el ultimo dia.

Los arios de Biran...!

Muy educativo este artículo. ¡Hasta por estatura , el cubano promedio ,a partir de los 60 , es más bajito!

No hay hombre nuevo, sino uno hambriento, famélico, intentando por cualquier vía irse del país, hacia Alaska, el Polo Sur, Rusia, Ucrania o Burundi, cualquier otro lugar representa una esperanza de un cambio que el Castrofascismo le niega, mientras hace pactos con el Diablo a ver de que manera pueden mantenerse un tiempo más en el poder a toda costa, y ponen a la momia viviente de Castro II a decir discursos incongruentes y que mas bien parecen doblados, asi de ridículo en ridículo ha llegado el Castrismo al inicio de un año más.

La generalización del arrabalerismo es la consecuencia primera del castrismo.Ser educado era signo de "burguesito" y la palabra decencia se desapareció del léxico del cubano.Vivir de lo robado y del robo puso a todos al mismo nivel por aquello de "tanta culpa tiene el q mata la vaca..", la prostitución la transformaron en "lucha" y las fundas de Cubalse mostraron el verdadero rostro del interés del gobierno con el slogan "lo mío primero".La utilización de eufemismos, el obligar reproducir el discurso oficialista aunque se hiciera lo opuesto o se pensara diferente creó unos nacionales de doble moralidad.

...señor contrarrevolucionario...y que les hacen repetir alla en los USA???...porque alla hay odiadores , hijoputas, maquinas de matar, gangsteres , enemigos de la humanidad...no seran todos pero si hay bastantes... me podria explicar a que se debe eso???...y el señor jcaleman retrato a varios de por aqui con su clasificacion de hombre nuevo...

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En respuesta a por Chancleta de Palo

Plasta de mierda comunista: más hijos de puta (como tú) hay en Cuba, odiadores profesionales (como tú) envidiosos del éxito de sus compatriotas en este país. Eso de máquinas de matar lo inventó el Asesino de los Bifes al cual tú le huele el culo Herrera Carles…a que se debe eso? Pues a un hijo de puta que hace más de 65 años coartó todas las libertades de una republica.

En respuesta a por Chancleta de Palo

¿Con qué frecuencia entregas el informe al oficial que te atiende? ¿Cuántos Mb te asignan al mes? ¿A cuánto asciende la remesa que te envía tu pariente? ¿Sabe a qué te dedicas?
Estas y otras preguntas tendrán respuesta el mismo día en que ya las clarias dejen de ser útiles, y llegue la hora de quitarse las máscaras; desaparecerán miles de cuentas y perfiles como los tuyos.
Saludos.

Medular analisis académico del castrismo. Más que eso, este artículo es, en síntesis, una clase magistral universitaria. Felicito al Dr. Sanguinetty.

Artículo nada maniqueo, como la compleja realidad.

Al niño, desde la escuela le hacen repetir esto: Seremos como el Che. Esto lo resume todo: Seremos odiadores, hijoputas, máquinas de matar, gánsteres, enemigos de la humanidad...

Profile picture for user JCAleman

Hombre Nuevo = Resentido, vago, traicionero, ignorante, envidioso, manipulador, servil, reguetonero y apolitico, excepto cuando se trate de hacerle actos de repudio al vecino disidente.

Este frankenstein socialista devenido en un zombie obediente, fue hecho de una mezcla del caracter y la personalidad de el Che, Fidel, Esteban Lazo, Raul y Robaina, es el logro mas importante del comunismo en el campo de concentracion antillano.

Profile picture for user Ramon Santis

Totalmente de acuerdo JC Aleman. El resultado de ese "hombre nuevo" se ve a diario tanto dentro como fuera de Cuba. Eso es lo que da darle el poder a estos joeputas sapingos resentidos y con gonorrea en el cerebro para regir los destinos de un pais y de su pueblo. Los resultados son evidentes y no hace falta mas explicaciones.

Fueron muchos los factores que han influido en la educación del “hombre nuevo “. Lo primero que no deberíamos confundir es la educación intelectual con la educación formal y cívica, son muchos los ejemplos que podemos ver de personas con muy baja escolaridad pero con una educación cívica excelente en sus formas de actuar y hablar con sus semejantes, incapaces de decir las palabrotas, que hoy son tan comunes hasta en profesionales (hombres y mujeres) en momentos que ni vienen al caso. Las malas mañas adquiridas en tantos años por la mala educación y la no enseñanza de valores, hacen que se vea algo normal robar, discutir de manera violenta o no respetar a las demás personas. El deterioro lo viví en Cuba y 30 años después veo como se ha multiplicado exponencialmente. Los cubanos nunca nos hemos caracterizado por tener buena dicción, pero muchos jóvenes de hoy, no hablan sino ladran al punto de sólo entenderse entre ellos. Este es el peor de los daños que sufre Cuba hoy.

En la Cuba actual lo bueno es malo y lo malo es bueno. Es aceptable hablar con la boca abierta, terminando los infinitivos con ele, p.ej: voy a caminal; también es aceptable hablar con palabras vulgares y en un dialecto inentendible. Si un joven trata de hablar correctamente pronunciando la ese final de los plurales y la erre final de los infinitivos lo tachan de burgués finolis y hasta de afeminado. La juventud de hoy se define en una sola palabra: MIERDA..