Los casos de cubanos que piden ayuda en las redes sociales para encontrar insumos médicos para una cirugía o tratamiento, son un signo de alarma de la crisis del sistema de salud cubano, que se agudiza por día. Dentro de la avalancha de publicaciones con ese objetivo hay madres, hijos, hermanos, amigos y también personas solidarias y activistas comunitarios que se dedican a impulsar campañas de ayudas para enfermos.
Este martes, la madre cubana Lorelis Álvarez lanzó en las redes un SOS para su hijo, que lleva casi dos meses ingresado en un hospital de Santiago de Cuba con una insuficiencia renal: "Si en menos de una semana no se consigue un catéter, puede fallecer".
"Estoy ingresada con él en el Clínico hace casi dos meses. Él tiene una insuficiencia renal terminal y se hace tratamiento de hemodiálisis. En estos momentos él está en una condición de vida o muerte", señaló en la publicación.
Por su parte el activista y periodista Tan Estrada publicó esta semana un caso similar: el joven de 26 años Noel Alejandro Pérez Álvarez, que sufre de insuficiencia renal terminal y necesitaba "con urgencia un catéter". Al actualizar sobre la situación del joven este martes, informó que ya la familia había conseguido el catéter y que ese mismo día lo iban a "intervenir quirúrgicamente y luego empezar con las hemodiálisis".
El periodista cubano Héctor González, también con insuficiencia renal desde 2018, logró llegar a Estados Unidos el pasado 4 de diciembre en busca de un tratamiento, después de pasar casi un mes "en una travesía migratoria desde Cuba". Su amiga y colega Mónica Baró publicó la noticia en su perfil de Facebook. Explicó además que, "ante las dificultades para acceder a un visado humanitario que le permitiera viajar legalmente y con seguridad" su amigo tomó esta "difícil decisión para salvar su vida".
"No tenía tiempo. En Cuba ya no le quedaba ninguna esperanza. Los médicos no podían hacer más por él", agregó Baró, que varias veces solicitó a través de sus redes sociales catéteres, donaciones de sangre y también fondos de amigos y colegas para brindar ayuda a González.
El periodista, de 39 años, hizo el recorrido con un catéter en el corazón, el número 24 que le han colocado para realizar diálisis. "Tuvo que hacerse diálisis en distintas clínicas que localizó en el camino y sacar fuerzas de lo más profundo del alma para avanzar", destacó.
La periodista cubana informó además que a su amigo "lo soltaron con i220A y le dieron fecha de corte para 2027", pero apuntó que "ahora mismo su prioridad es recibir atención médica y salvar su vida".
"El dinero que se recaudó en GoFundMe fue empleado casi en su totalidad en el pago de la travesía y de las diálisis que necesitó. Héctor llegó como casi todos los migrantes, con la ropa que llevaba puesta, y no mucho más. Y el abrigo que tenía se le rompió brincando un muro. Se le enganchó con un alambre de púas", precisó Baró.
Las desesperadas solicitudes de ayuda y las denuncias por falta de medicamentos y tratamientos se extienden por toda Cuba, desde hace meses con mayor fuerza. El proyecto Cubadata, a través de una Encuesta de Salud Integral, cuantificó este drama de gran resonancia en los espacios virtuales y que las autoridades cubanas, para no asumir su responsabilidad, atribuyen invariablemente al embargo de EEUU.
Los datos que reveló el sondeo son tan abrumadores que apuntan a una crisis humanitaria. Cubadata demostró que existe una clara tendencia hacia una mayor dificultad en el acceso a medicinas en Cuba. Más de la mitad de los cubanos encuestados (55,8%) calificó como "imposible" el acceso a medicamentos. Si se suman a ellos los que afirmaron tener "mucha dificultad", el 80,3% de la población consultada enfrenta serios problemas para obtener los fármacos que necesita.
En cuanto a la posibilidad de conseguir atención médica, aunque el porcentaje de personas que encuentran "imposible" obtenerla es menor (23,2%), sigue siendo preocupante. Si se suman los encuestados que dijeron tener "mucha dificultad", se concluye que el 57,6% enfrenta serios obstáculos para obtener atención médica.
Mientras todo esto ocurre, el conglomerado militar GAESA, se apropió, como mínimo, de 69,8 mil millones dólares (69.866.399.679 dólares) de ese total, proveniente de los salarios de los médicos exportados. Ese dinero nunca fue invertido en el sistema de Salud Pública como informó el Gobierno cubano, ante las primeras acusaciones de someter a trabajo forzoso a esos profesionales de la salud.
