El principal sospechoso de la muerte de la cubana Dayami Hechavarría Rodríguez, su expareja Norge Rodríguez, fue detenido por la Policía de Las Tunas este martes, según informa a DIARIO DE CUBA Walter Carballosa Acosta, quien fue pareja de la víctima.
"La Policía no nos ha querido dar detalles de su captura, pero si nos informó que ella murió asfixiada. Este hombre, después de muerta, la desnudó completamente, la envolvió en una sábana y tiró su cuerpo en el hueco de una letrina. Allí estuvo aproximadamente cuatro días cuando las autoridades la encontraron", explicó Carballosa Acosta.
En declaraciones anteriores a este medio, Carballosa Acosta había expresado que "ella lo había denunciado a la Policía, porque él es un hombre violento, pero no sabemos qué la motivó a ella a irse de la casa para verlo a él."
Hechavarría Rodríguez dejó dos hijas, una de 15 años y otra de 20. Vivía en el municipio tunero de Puerto Padre, pero su cuerpo fue encontrado en la localidad de Manatí, donde tiene una vivienda su expareja.
Integrantes de la familia de la víctima piden que las autoridades apliquen las penas más severas al presunto asesino.
La muerte por feminicidio de Hechavarría Rodríguez vendría a ser la número 56 en lo que va de año desde que plataformas independientes como Yo Sí Te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de la revista feminista Alas Tensas llevan un subregistro de estos hechos.
En Cuba, la Policía actúa con negligencia ante las denuncias de las víctimas, como demuestran este y otros caso de feminicidios de mujeres que denunciaron a sus agresores a las autoridades.
Tampoco existen políticas ni locales para la protección de las amenazadas y sus familiares.
A pesar de las constantes denuncias de las activistas en los últimos años, Miguel Díaz-Canel vino a hacer referencia por primera vez al problema en abril último, y posteriormente ha dicho que el régimen tiene "tolerancia cero" con la violencia machista. Mas, aún se desconocen acciones concretas de cara a enfrentarla.
En 2021, DIARIO DE CUBA mostró, mediante un análisis de la entonces vigente Ley de Procedimiento Penal, el contraste entre la severidad con que actúa el régimen contra activistas y opositores pacíficos y la desidia que exhibe ante las víctimas de violencia de género.