Cuando los feminicidios en Cuba llegan a 54, según el subregistro que llevan los observatorios de la sociedad civil independiente, resulta inevitable preguntarse qué ha observado y, sobre todo, qué está haciendo el Observatorio sobre Igualdad de Género creado por el Gobierno, cuyo sitio web fue lanzado el pasado 8 de junio.
En el momento del lanzamiento, la violencia machista había dejado 35 víctimas mortales en Cuba, verificadas por observatorios como el de la plataforma Yo Sí Te Creo y el de la revista feminista Alas Tensas (OGAT). La cifra era inferior en apenas una muerte a las corroboradas durante todo 2022 por estos observatorios, que no cuentan con los recursos del Estado y son criminalizados por el régimen.
El 13 de julio último, la oficialista Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) realizaron la primera edición de un taller que fue bautizado con el mismo nombre del observatorio estatal, del que son las entidades responsables.
En esa misma fecha, OGAT y Yo Sí Te Creo confirmaron los feminicidios 51 y 52 ocurridos en Cuba en menos de siete meses.
Sin embargo, según la publicación en la página de Facebook de la ONEI, el mencionado taller oficialista culminó "con propuestas de acciones concretas a corto y largo plazo, según esferas de trabajo del equipo técnico del Observatorio".
¿Cuáles acciones concretas? ¿Qué impacto buscan en la violencia género, que cada vez se cobra a más víctimas? ¿Se hizo alguna alusión al incremento de los feminicidios en Cuba en lo que va de año?
Las cifras de feminicidios en la Isla resultan aún más alarmantes cuando se les compara, por ejemplo, con España. En ese país, cuya población es cuatro veces mayor que la de la Isla, las muertes como resultado de esta violencia en todo 2022 fueron 49.
Durante las recientes sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el observatorio oficialista fue presentado ante la Comisión de Atención a la Juventud, Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer como "una herramienta conceptual que tiene la intención de identificar problemáticas con datos estadísticos oficiales y actualizados que evidencien los avances y desafíos del país en materia de género", de acuerdo al sitio Cubainformación.
Lo cierto es que el principal desafío en materia de género que enfrenta el país en este momento es el aumento de la violencia, de la que los feminicidios constituyen el último escalón. Para el 20 de julio, fecha de la publicación en Cubainformación, ya llegaban a 54.
Pero no podemos esperar una estrategia para hacer frente a la violencia de género y a los feminicidios de un observatorio que cuenta con todos los recursos del Estado, pero evita el término al referirse a los asesinatos de mujeres como resultado de esta violencia.
Durante décadas, el régimen cubano vendió al mundo la imagen de que en la Isla no había feminicidios y de que eso era "un efecto de la Revolución".
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) considera la inclusión del delito de feminicidio en los códigos penales de los países como "una clara respuesta al problema". El Estado cubano no ha respondido con tanta claridad. El Código Penal aprobado en mayo de 2022 y puesto en vigor en diciembre último no tipificó este delito.
En su informe de abril de 2023, el BID señaló además la importancia de la estandarización de los datos, "ya que las discrepancias entre el hecho y su catalogación provoca que las cifras de feminicidio se diluyan entre las de homicidios generales y parezcan menos importantes de lo que son".
El BID apuntó que dicha estandarización "facilita el monitoreo de las respuestas de los Estados para atender este delito, instaurar o evaluar políticas de prevención ya existentes, además de mejorar la comprensión local y regional de su contexto".
El nuevo observatorio del régimen cubano ignora los apuntes de la entidad latinoamericana y demuestra que responde más a los intereses gubernamentales que a los de la población, al insistir en eludir el término feminicidio.
El sitio de este observatorio oficialista presenta un análisis que asegura que "según los procesos judiciales resueltos en los tribunales del país en 2022, 16 mujeres fueron víctimas de homicidio intencional por parte de su pareja o expareja íntima" y que la cifra se corresponde con "una tasa de 0,35 por cada 100.000 mujeres de 18 años y más".
Otro análisis sostiene que "según los procesos judiciales resueltos en los tribunales del país en el 2022, 18 mujeres fueron víctimas de homicidio intencional por razones de género, que equivale a una tasa de 0,39 por cada 100.000 mujeres de 18 años y más".
Ninguno de los análisis aclara cuándo fueron cometidos esos feminicidios que el Estado cubano denomina "homicidios intencionales". Pero según los observatorios independientes, entre 2019 y 2022 se contabilizan ya 172 feminicidios (14 casos en 2019, 32 en 2020, 36 en 2021, 36 en 2022 y 54 en lo que va de 2023), a los que no hay mención en el sitio del Observatorio de Cuba sobre Igualdad de Género.
De acuerdo al sitio del observatorio del régimen, la información que presenta será actualizada el 30 de junio de cada año. Hasta esa fecha de 2024 habrá que esperar para contar con cifras oficiales que muestren algo de la realidad que en menos de ocho meses del presente año deja 54 mujeres asesinadas en Cuba como consecuencia de la violencia de género.
Otro logro de la "robolución": al igual que en los países islámicos, en Cuba la mujer es cosificada. Si a una mujer la asesinan, la vida sigue igual y las autoridades poco hacen por buscar al victimario.