Obreros especializados empezaron a fabricar el fondo del primero de los cuatro depósitos previstos para levantar en la Base de Supertanqueros de Matanzas, como parte de la recuperación de esta zona industrial tras el incendio que la devastó en agosto de 2022.
Se trata de la colocación de las primeras planchas de acero que corresponden al fondo del tanque número 88, publicó el diario oficial Granma.
La unión de cada plancha quedará sellada "mediante una rigurosa soldadura", a cargo de los trabajadores de la Empresa de Mantenimiento del Petróleo (EMPET), y se realiza después de fijar el cimiento del piso, incluida la irrigación de una capa asfáltica. La base de este depósito cuenta con 61 metros de diámetro.
El ingeniero Rigel Rodríguez, director de la División Territorial Comercializadora de Combustible, explicó que el nuevo tanque, cuya construcción debe concluir en abril de 2024, también contará con una membrana interna de aluminio flotante y un domo geodésico, y almacenará 50.000 metros cúbicos de combustible.
Para la recuperación de la zona, el plan constructivo incluye en general 14 objetos de obras, entre ellos un vial en la zona sur de los tanques incendiados, una especie de dique situado por encima de los cubetos, que hará de muro de contención en caso de derrame, y los proyectos para garantizar un suministro estable de agua a la instalación y para enfrentar cualquier incidente.
Rodríguez dijo que se trabaja en el sistema automatizado contra incendios, para el cual disponen de un donativo de 250.000 dólares realizado por el Gobierno de Vietnam.
Además, dijo que están en fase de aprobación nuevas propuestas de sistemas de pararrayos, y se aceleran los trabajos para la conexión de los tanques aún en desuso.
Insistió en que el distanciamiento entre los tanques será mayor al anterior, de acuerdo con la norma internacional actual: en el espacio donde estaban aquellos cuatro depósitos, ahora se colocarán solo dos.
Otro cambio tendrá que ver con los cubetos, los cuales contendrán 1,5 veces la capacidad del tanque, y se armarán con tierra revestida de hormigón, cualidad que evita el colapso de esa estructura si es embestida por el fuego y el derrame de crudo.
La versión oficial del Gobierno fue que el incendio que acabó con las vidas de 17 cubanos y provocó heridas a decenas fue provocado por un rayo. Ninguna entidad oficial ha hecho público el resultado de la investigación que explique las razones por las que el incendio no pudo evitarse ni controlarse.
Por otra parte, la opinión ofrecida a DIARIO DE CUBA por un experto apunta a que esos hombres fueron en realidad víctimas y varias de esas muertes pudieron ser evitadas.
Amauris Betharte Chapeaux, exinspector de Seguridad Química, opinó que uno de los mayores fallos del siniestro radicó en "las respuestas de emergencia".
El experto explicó que, según las normas estándares internacionales, en este tipo de instalaciones debe haber al menos dos bombas, una de agua y otra de espuma, y al menos una se debe activar automáticamente.
El otro factor decisivo para Betharte Chapeaux es "la preparación del personal", ya que "instalaciones como esta deben contar con un equipo de bomberos propio", puesto que deben estar muy bien preparados y "mostrar un grado de especialización para atender este tipo de situaciones". Algo que obviamente no se cumplió en esta tragedia, ya que se encontraban prestando labores jóvenes reclutas sin la suficiente preparación. Lo que "ha causado la mayor cantidad de víctimas".
"Si se hubieran tenido los equipos y toda la técnica contra incendios necesaria, ellos no hubieran estado allí cuando la segunda explosión, e incluso se pudo haber evitado esa segunda explosión", opinó.
En enero pasado, Estados Unidos completó una donación de 100 trajes de bomberos entregada al Gobierno cubano.
Ese mismo mes, la prensa oficial informó que recuperar la capacidad de almacenaje de combustible y las instalaciones de la base de supertanqueros de Matanzas, destruidas en el mayor desastre industrial de la historia de Cuba, tomaría hasta cuatro años.
La base de supertanqueros de Matanzas es un enclave estratégico para Cuba, que depende de la importación de combustible para mantener en marcha la economía y el sistema eléctrico. Allí se almacenaba la mayor parte de los embarques de crudo que arriban a la Isla.