Las nuevas estructuras de la base de supertanqueros de Matanzas tendrán una distancia entre sí de más de 100 metros, según transcendió en un taller sobre las experiencias que dejó el devastador incendio ocurrido allí en agosto de 2022.
"La distancia anterior entre los tanques no superaba los 25 metros y ahora se proyecta que debe superar los 100", dijo Rigel Rodríguez Cubells, director de la División Territorial de Comercialización de Combustibles Matanzas, citado por la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).
En el encuentro se conoció además que actualmente se trabaja en la zona donde ocurrió el siniestro para crear un primer tanque.
Rodríguez Cubells explicó a ACN que previamente se realizaron revisiones técnicas de las normas internacionales, además de visitas de trabajo a instituciones de países como Irán, México y Venezuela para intercambiar criterios sobre el tema.
Al mismo tiempo, de acuerdo al directivo, se labora en la recuperación de capacidad de almacenamiento de agua, se estudian las variantes más eficaces para la instalación de un nuevo sistema de pararrayos, y se enfatiza en la preparación del personal para responder con mayor prontitud y agudeza ante un accidente de origen industrial o natural.
La versión oficial del Gobierno fue que el incendio que acabó con las vidas de 17 cubanos y provocó heridas a decenas fue provocado por un rayo. Ninguna entidad oficial ha hecho público el resultado de la investigación que explique las razones por las que el incendio no pudo evitarse ni controlarse.
Por otra parte, la opinión ofrecida a DIARIO DE CUBA por un experto apunta a que esos hombres fueron en realidad víctimas y varias de esas muertes pudieron ser evitadas.
Amauris Betharte Chapeaux, exinspector de Seguridad Química, opinó que uno de los mayores fallos del siniestro radicó en "las respuestas de emergencia".
El experto explicó que, según las normas estándares internacionales, en este tipo de instalaciones debe haber al menos dos bombas, una de agua y otra de espuma, y al menos una se debe activar automáticamente.
El otro factor decisivo para Betharte Chapeaux es "la preparación del personal", ya que "instalaciones como esta deben contar con un equipo de bomberos propio", puesto que deben estar muy bien preparados y "mostrar un grado de especialización para atender este tipo de situaciones". Algo que obviamente no se cumplió en esta tragedia, ya que se encontraban prestando labores jóvenes reclutas sin la suficiente preparación. Lo que "ha causado la mayor cantidad de víctimas".
"Si se hubieran tenido los equipos y toda la técnica contra incendios necesaria, ellos no hubieran estado allí cuando la segunda explosión, e incluso se pudo haber evitado esa segunda explosión", opinó.
"Los mandaron a un suicidio", señaló Betharte Chapeaux, quien recalcó que era imposible apagar el incendio con mangueras de agua, como las que se vieron en las imágenes que los medios oficiales.
En enero pasado, Estados Unidos completó una donación de los 100 trajes de bomberos al Gobierno cubano.
En el propio mes, la prensa oficial informó que recuperar la capacidad de almacenaje de combustible y las instalaciones de la base de supertanqueros de Matanzas, destruidas en el mayor desastre industrial de la historia de Cuba, tomaría hasta cuatro años.
La base de supertanqueros de Matanzas es un enclave estratégico para Cuba, que depende de la importación de combustible para mantener en marcha la economía y el sistema eléctrico. Allí se almacenaba la mayor parte de los embarques de crudo que arriban a la Isla.
Con la nueva construcción, de acuerdo a la información reciente proporcionada a ACN, se busca crecer en capacidad de almacenamiento con la construcción de cuatro nuevos tanques hasta 2026, lo que representaría 200.000 metros cúbicos de contenido.