"La solución para luchar contra los picos de violencia en Cuba no es endurecer las condenas o aumentar la cantidad de policías en las calles. Es un problema de satisfacer lo que la gente pide y lo que entiende como básico", consideró el exjuez anticorrupción Frank Ajete en el programa de DIARIO DE CUBA, Los Puntos a las Íes.
Ajete, quien actualmente reside en España, señaló las causas del aumento de la violencia en Cuba son económicas. "Todo está relacionado a necesidades insatisfechas. Hay una teoría psicológica sobre las motivaciones humanas de Abraham Maslow, la famosa pirámide de Maslow, que habla de una serie de necesidades que hay que satisfacer para poder aspirar a otras más elevadas de autorrealización y bienestar. Cuando las necesidades básicas no están cubiertas, las personas van a intentar cubrirlas de alguna manera".
"Mientras menos tienes que perder, más te inclinas a favor de resolver las necesidades básicas de cualquier manera. Mientras mayor sea el estado de bienestar, menor será el índice de delincuencia", advirtió Ajete, quien también mencionó facilidad de corrupción de la Policía en Cuba.
Para Yaxys Cires, director del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, aunque las causas económicas están presentes, es el régimen totalitario que impera en Cuba quien está en la base del aumento de la violencia en el país.
"Aunque no niego la existencia de causas económicas, la base del problema es la crisis sistémica. Por ejemplo, el sistema de educación, en el que desde hace más de 60 años ha primado el adoctrinamiento, el llamar a quien piensa distinto 'gusano'. La cultura en la que se ha educado de no respetar la propiedad privada. La gente tiene muy pocos espacios para realizarse profesional y económicamente. A eso hay que sumar la crisis de gobernanza que vive el régimen. El Gobierno cubano no puede garantizar la seguridad ciudadana como sí hizo en otro momento".
Cires también destacó el daño que se le ha hecho a la célula familiar en Cuba, la base de la educación. "Desde el principio, la Revolución se encargó de dividir a las familias, a los que están afuera y adentro, a los que piensan de una manera o de otra. El propio presidente del país dio una orden de combate a la población contra personas que solo exigieron sus derechos".
Jorge Enrique Rodríguez, periodista de DIARIO DE CUBA en La Habana, opinó que "la violencia es uno de los aspectos centrales de la sociedad cubana, más allá de lo que pudo haber expresada Mariela Castro. Hoy la violencia se esta viendo en feminicidios, desapariciones, secuestros, asesinatos en las viviendas, asaltos que cada vez cobran más victimas".
Los registros oficiales de casos de violencia en Cuba son inexistentes, por lo que, según Rodríguez, el uso de las redes sociales puede aumentar la percepción de la violencia. "Quizá antes no nos enterábamos por la inexistencia de redes sociales, pero sin dudas el nivel de sobrevida en Cuba está incidiendo en la seguridad ciudadana. Sobrevivir es la palabra de orden", dijo el periodista, quien también destacó el aumento del consumo de alcohol y drogas.
Las condiciones de hacinamiento en las que viven muchos cubanos también propician actos violentos, según Rodríguez. "La vivienda es una de las grandes problemáticas que hay en Cuba. Decir que en Cuba no hay violencia e inseguridad ciudadana es vivir de espaldas a la realidad de lo que está sucediendo en la Isla", concluyó el periodista.
Los adultos mayores y las mujeres son los sectores más castigados por el aumento de la violencia en Cuba, según Yaxys Cires. "Por eso insistimos en la creación de reformas para atender las necesidades de estos sectores y de la población en general. Hay que reconocer el gran trabajo de recopilación de datos que están haciendo colectivos feministas independientes en Cuba como, Alas tensas o Yo Sí Te Creo".
La mitad de los policías encubiertos, y buena parte de la gasolina-patrulla que pertenecen a Zapata y C, están en la Universidad de La Habana 🤣
No es posible separar la violencia de la disfunción policial. La crisis económica incrementa el descontento político. La policía, con el mismo presupuesto, tiene que perseguir y controlar a los ciudadanos frustrados, y no alcanza para atender a las víctimas de una ola criminal sin precedentes.